Fútbol Americano
Servicios de ESPN.com 4y

Alberto Spencer, símbolo del fútbol ecuatoriano

Alberto Spencer está considerado como uno de los grandes futbolistas del fútbol sudamericano. Y aunque gran parte de la historia la escribió vistiendo los colores de Peñarol, también en menor medida lo pudo disfrutar el público de su país.

Primero vistiendo los colores de Everest, luego los de Ecuador, su tierra natal, y en el cierre de su carrera los del Barcelona de Guayaquil, donde jugó hasta su despedida en los años 1971 y 1972.

Spencer es el máximo goleador histórico de la Copa Libertadores (54 goles en 87 partidos). Era un delantero temible, implacable, que se movía con una velocidad fenomenal dentro del área. Tenía además un muy buen cabezazo. Un animal del gol.

Si hubo un club que lo disfrutó y mucho fue el Peñarol de los sesenta, ganador de mil batallas. Gracias a su capacidad goleadora en el carbonero no sólo se destacó en la Copa Libertadores de esos años, también en el ámbito local, donde se cansó de cosechar títulos.

Barcelona lo vio en su etapa final, pero con el mismo hambre de gol de sus primeros tiempos. En Guayaquil, Cabeza Mágica jugó 37 partidos y marcó 19 goles. Y se consagró campeón del torneo ecuatoriano de 1971. En la Selección de Ecuador disputó 11 partidos oficiales, también con un alto promedio de goles: cuatro. Sin embargo, no pudo jugar ningún Mundial.

Hijo de padre inglés y madre ecuatoriana, Spencer recordó siempre con un cariño especial su paso por Barcelona. “Hice seis goles en la Copa Libertadores. Recuerdo en especial uno que le marqué a Unión Española, cuando ganamos 1 a 0, y otros dos que le hice a Junior de Barraquilla”, señaló en alguna ocasión.

Nació en Ancón, provincia de Santa Elena, el 6 de Diciembre de 1937. Y debutó como profesional en el Everest, el 29 de junio de 1955 frente a Emelec. El primer gol de los tantos que marcaría lo hizo el 7 de julio de ese año, contra 9 de Octubre.

Pero un jugador de su talento no pasaba inadvertido en el continente, y por eso Peñarol puso los ojos en él y lo fichó en 1960, por una cifra insólita para estos tiempos: 13.000 dólares. Allí estuvo 11 temporadas, y se convirtió en ídolo absoluto en muy poco tiempo. ¿Cuánto valdría hoy un jugador como Spencer? Imposible saberlo. Con esa venta, el delantero se convirtió en el primer jugador de Ecuador en ser transferido al exterior.

Spencer tenía 13 hermanos, y alguno de ellos también se destacaba con la redonda. Pero fueron sus goles, la altura y la presencia arrolladora en la liga estudiantil los que llamaron la atención de los "señores de las grandes ciudades": a los 14 años se fue de Ancón a Guayaquil. Y allí se quedó, con sus goles.

Seguramente, la gran deuda para un futbolista de su jerarquía pasó por no haber jugado un Mundial. "Me hubiera gustado, claro que me hubiera gustado...", reconocía. Por Eliminatorias, representó a Ecuador en las clasificatorias para el Mundial de Chile '62 y de Inglaterra '66. En estas últimas fue cuando estuvo más cerca: tras terminar primeros junto con Chile (ambos con cinco puntos), debió jugarse un desempate, en el que la Roja se impuso por 2 a 1.

Con la Selección ecuatoriana debutó el 6 de diciembre de 1959 en el Sudamericano de ese año disputado en Ecuador, justamente ante Uruguay, país que sería clave para su carrera y al que le tenía un especial aprecio. “Soy ecuatoriano de nacimiento y uruguayo por adopción”, decía. Para la Celeste jugó algunos amistosos, y marcó también goles importantes.

Esa relación con su país natal y el de adopción, lo llevó a ser diplomático: justamente se desempeñó como cónsul de Ecuador en Uruguay, uniendo así el amor que sentía por esos dos países. Falleció en noviembre de 2006, a los 68 años, en Cleveland, Estados Unidos. Por esas cosas de la vida lejos de los dos países que más lo admiraron y lo quisieron, y en los que dejó un recuerdo imborrable.

^ Al Inicio ^