La Argentina tiene una rica historia en la Copa Libertadores, con 25 títulos, más que el resto de los países de la región. Independiente es el máximo ganador con siete trofeos, seguido por Boca Juniors, con seis. A lo largo de estos 60 años pasaron grandes equipos, pero solo ocho clubes se subieron a lo más alto del podio. Se podrá ver en vivo por Star+ (solo para Sudamérica).
Independiente comenzó el camino
Boca había llegado a la final en 1963, donde perdió con el Santos de Pelé. Independiente siguió los pasos del xeneize, pero consiguió un gran logro mayor: en la siguiente temporada derrotó en semis a los brasileños, sin O Rei y sin Coutinho, y luego a Nacional, en la final. Un año más tarde sería bicampeón tras vencer a Peñarol. Pero la mística comenzaría en 1972, tras la seguidilla de cuatro títulos consecutivos. Con Santoro, Sá, Semenewicz, Pavoni, Bochini y Bertoni, el Rojo haría historia. Es cierto, en esa época el campeón entraba a la competencia recién en semifinales. Pero Independiente había armado equipos duros, que sabían jugar en esas instancias y lo demostraron a través de los años. La última conquista para el Rojo llegó en 1984, tras el triunfo contra Gremio.
Racing, de la mano de josé
La Academia, justamente otro club de Avellaneda, siguió unos años más tarde el camino iniciado por Independiente, con el recordado equipo de José. Sí, de Juan José Pizzutti, quien marcó una época de oro para la Academia. Se trató de una Copa especial porque fue muy dura e intensa: se jugaron un total de 117 partidos. Racing se impuso en la final tras vencer en el tercer encuentro a Nacional de Uruguay, tras empatar en el ida y vuelta sin goles. Fue la primera y única Copa Libertadores de la historia de la Academia en 1967, con jugadores recordados como Cejas, Perfumo, Basile, Maschio y Cárdenas, nada menos, autor del gol ante el Celtic que le dio a los de Avellaneda la Copa Intercontinental.
Estudiantes, de La Plata al Mundo
Estudiantes rompió el molde en 1968. Campeones en el ‘67, los de La Plata sorprendieron a todos tras ganar la edición del ‘68 para luego consagrarse tricampeones. El conjunto de Osvaldo Zubeldía se basó en dos pilares: la gran preparación física y la disciplina táctica para convertirse en el más poderoso del continente. Y hasta del mundo, cuando venció a Manchester United. Bilardo, Pachamé, Malbernat, Conigliaro y la Bruja Verón, autor de goles fundamentales, fueron algunos de los integrantes de ese recordado equipo, el primero de la historia que pudo consagrarse tricampeón. En 2009, de la mano de otra Bruja, la Brujita Verón, el hijo de Juan Ramón, el Pincha volvería a levantar la Copa al derrotar a Cruzeiro.
Boca y un sueño muy esperado
Boca siempre le había dado importancia a la Copa. Pero le venía siendo esquiva, desde aquella final perdida con el Santos de Pelé en 1963. Esperó 17 años para dar el primer grito, de la mano de Juan Carlos Lorenzo. El Toto armó un equipo sólido, compacto, que marcaba pocos goles pero era hermético en el fondo, para ganarla en 1977 y 1978. Gatti, Pernía, Sá, Suñé, Mastrángelo, fueron algunos de los pilares. Luego, tras 22 años de sequía, llegó Carlos Bianchi e inició la época dorada con las conquistas de las Libertadores de 2000, 2001 y 2003. Jugadores como Riquelme, Palermo, Guillermo Barros Schelotto, los colombianos Córdoba, Serna y Bermúdez, marcaron el camino. Riquelme fue el gran conductor en el último título, el de 2007, logrado con Miguel Angel Russo como entrenador. Ahora, con Hugo Ibarra en el banco, sueña con la séptima para alcanzar al Rojo.
Argentinos, el club humilde que hizo historia
Hasta 1985 sólo equipos grandes o reconocidos en el continente habían levantado la Copa. Podría ponerse como excepción, en todo caso, a Estudiantes de La Plata. Pero el caso de Argentinos Juniors fue especial: el humilde club de La Paternal, de donde surgió Diego Armando Maradona, superó todos los límites con una Copa histórica. El conjunto de José Yudica venía de ser campeón argentino en 1984 (dirigido por Roberto Saporiti), y contaba con un juego vistoso, efectivo y con un jugador desequilibrante como el Bichi Borghi. América de Cali fue el rival de la final: ganó un partido cada uno y en el tercero, el Bichito venció por penales. Ese mismo año Argentinos estaría al borde de la hazaña, tras perder la Intercontinental por penales luego de darle batalla de igual a igual a la poderosa Juventus de Platini.
River tuvo su alegría
Sufrió y mucho para conseguir la primera. Una final increíble perdida en 1966 ante Peñarol, otra ante Cruzeiro en 1976… Tuvieron que pasar 10 años más para que River Plate tuviera la primera Copa, al vencer en la final a América de Cali. Con varios campeones del mundo, como Pumpido, Ruggeri y Enrique, el millonario logró el trofeo tan deseado. Cuestión de números, 10 años más tarde lograría la segunda, con Enzo Francescoli como estandarte. Hasta que Marcelo Gallardo llegó para darle otra mística al club de Núñez, y conquistar dos nuevos títulos en pocos años: la Libertadores de 2015, tras vencer a Tigres de México, y la histórica de 2018 jugada en Madrid, nada menos que ante Boca, su clásico rival, sin dudas la más valorada por los hinchas.
Vélez y Bianchi, una fórmula imbatible
Vélez apareció en el escenario internacional en 1994. Tras la llegada de Carlos Bianchi al club de Liniers, El Fortín salió campeón del fútbol argentino y se consolidó como uno de los mejores del país. Chilavert, Trotta, Sotomayor, Bassedas, Pepe Basualdo, Turu Flores, Turco Asad, formaron la base de un equipo sólido, que venció en la final al San Pablo de Brasil en los penales. Para coronar un año inolvidable, en la final de la Intercontinental derrotó al Milan de Fabio Capello.
San Lorenzo, tras 54 años de espera
San Lorenzo era el único grande de la Argentina que nunca había levantado la Copa. Y luego de muchos años de sufrimiento, el título llegó. En 2014, de la mano de Edgardo Bauza, San Lorenzo por fin gritó campeón. El Ciclón había participado de la primera edición, donde en semifinales perdió con el campeón Peñarol. Este equipo, armado a la medida de Bauza, que venía de ganar el torneo con Liga de Quito en 2008, no brillaba; ganaba con lo justo, pero demostró tener templanza para vencer a todos. Ortigoza, Mercier y Romagnoli fueron el eje conductor de ese conjunto campeón. En la final superó al modesto Nacional de Paraguay, tras empatar de visitante 1-1 y derrotarlo 1-0 en el Nuevo Gasómetro.