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CHICAGO-- El técnico norteamericano Gregg Berhalter ha iniciado con un juego intenso y ofensivo el proceso de cambio de una selección estadounidense que busca encontrar respuestas tras haberse ausentado del pasado Rusia 2018. El personaje Berhalter ha sido el elegido por parte de la US Soccer, desde poco más de medio año atrás, como la principal figura para reestructurar una selección traumatizada por haber faltado a la Copa del Mundo de Rusia; que, además, tiene ante sí la difícil tarea de que el cambio generacional del conjunto de las barras y las estrellas sea un paso adelante para el futbol estadounidense, el cual se ha estancado en los últimos años. Parece ser la opción adecuada: su mezcla de juventud y nuevas ideas lo hacen un técnico que, en verdad, puede significar una bocanada de aire fresco para los vecinos del norte. En su país se fue formando una gran reputación al dirigir al Columbus Crew, en donde consiguió sacar lo mejor de una plantilla sin grandes figuras y hacerla competir ante los equipos hegemónicos de la MLS. Su carrera como jugador le ha ayudado a tener una visión más amplia del juego: militó varios años en la liga holandesa y alemana, complementando su experiencia con un breve paso por la Premier League. El esquema Aquel técnico que solía hacer apuntes de los entrenamientos cuando era jugador, como han señalado varios medios anglosajones, ha logrado plasmar una idea de juego muy clara en la nueva camada de jugadores estadounidenses. Su selección suele tener un parado clásico: un 4-3-3 con un solo contención, encarnado en la figura del legendario Michael Bradley, y con dos interiores ofensivos de buen pie, representados por Weston McKennie, joven de 20 años que milita en el Schalke 04 y Christian Pulisic, sin duda la estrella del equipo, llamado a ser el sustituto de Eden Hazard en el Chelsea. A pesar de tener menos talento individual que México, esta selección estadounidense ha mostrado mejores cosas que el conjunto azteca. Berhalter ha logrado en esta Copa Oro, después de varios juegos amistosos donde ha sembrado dudas, formar un cuadro fuerte e intenso, que tiene un abanico de propuestas ofensivas que lo hacen sumamente peligroso.  Las virtudes El buen entendimiento entre Pulisic y el extremo Paul Arriola, ha llevado a Berhalter a tratar de morder a los rivales por la banda que ocupan sus dos mejores jugadores en ataque. Hay un mecanismo que se repite constantemente en la banda izquierda estadounidense: el intercambio de posiciones entre Arriola y Pulisic. El nuevo jugador del Chelsea busca cargarse a la banda, mientras Arriola se convierte en un volante por izquierda. Esto le da variedad a las ofensivas del cuadro de las barras y las estrellas, y suele confundir a las zagas rivales. A pesar de que el funcionamiento general del equipo se suele basar en la tenencia de la pelota y el juego asociativo, a Estados Unidos no le tiembla el pulso a la hora de tener que cambiar de piel para atacar al rival. Cuando Michael Bradley toma el balón y encuentra espacios en las laterales, suele tirar trazos largos a sus extremos que suelen ser muy peligrosos para el conjunto rival. Para los laterales mexicanos, en especial para Jesús Gallardo, será una verdadera prueba de fuego la final de la Copa Oro. Además de los mecanismos de ataque antes mencionados, Estados Unidos cuenta con un joven y talentoso guardameta: Zack Steffen. A sus dotes naturales para mantener en ceros la valla norteamericana, se suma su buen pie en los despejes largos; sus trazos suelen llegar casi hasta los linderos del área del equipo rival, lo que fue notorio en la semifinal contra Jamaica. Su talento le ha valido ser nuevo jugador del Manchester City a partir de este verano.  Los defectos Pero no todo es miel sobre hojuelas para la renovada selección de Berhalter. A pesar de tener un buen promedio goleador en lo que va de la Copa Oro y ser productivos en jugadas de peligro, la ofensiva estadounidense suele fallar demasiado frente al arco rival, en especial sus centro delanteros Jozy Altidore y Gyasi Zardes. Al igual que México, deberán de afinar la puntería si quieren convertirse en reyes de la Concacaf. Otros problemas aquejan al conjunto de Berhalter, en especial en su defensa. Miazga y Long, zagueros centrales del equipo, suelen ser seguros en el juego aéreo; pero cuando deben tener continuidad con el balón y asociarse con el talentoso mediocampo estadounidense, suelen perder el balón más veces de lo ideal. Para finalizar, hay otro defecto que seguramente el 'Tata' Martino ha detectado en la zaga de las barras y las estrellas: los tiros de mediana distancia le afectan demasiado, algo que se pudo ver claramente en el partido que jugaron los yanks contra Curazao, donde el conjunto caribeño estuvo a punto de igualar el marcador mediante estas acciones a lo largo de todo el segundo tiempo.  CON INFORMACIÓN DE JOSÉ MERCADO
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