Independiente vivió una verdadera odisea para llegar a la altura de Potosí y terminar cayendo ante Nacional por 2-0 en un escenario complicado por las condiciones geográficas. El estadio Víctor Manuel Ugarte, situado a 4.090 metros sobre el nivel del mar, presenta desafíos físicos considerables: la menor presión de aire, una digestión más lenta y un desgaste físico mucho mayor para los jugadores.
A esto se sumó el hecho de que el aeropuerto de Potosí se encontraba cerrado por obras, lo que obligó al equipo a idear un complejo plan de viaje, con un trayecto largo y exigente para afrontar su debut en esta edición de la CONMEBOL Sudamericana.
La delegación partió el lunes de Buenos Aires hacia Sucre en un charter. Una vez en la capital boliviana, el equipo descansó y el martes emprendió el viaje en camionetas hacia Potosí. El recorrido, que abarca 150 kilómetros, resultó ser arduo y serpenteante, demandando más de dos horas para llegar a destino.
Tras el almuerzo y descanso previo al partido en un hotel local se dirigió al Manuel Ugarte para afrontar el choque ante Nacional, con todos los pormenores que la altura exige. Tras el encuentro, la delegación regresará a Sucre, para finalmente tomar el vuelo de regreso a Buenos Aires el miércoles por la mañana.
