Con Piojo Herrera al mando, el regreso de Keylor y una delantera en forma, La Sele inicia su camino en el torneo regional con la mirada puesta en un título esquivo
La Copa Oro ha sido, históricamente, una promesa incumplida para Costa Rica. A pesar de décadas de talento, generaciones doradas y múltiples semifinales, el trofeo más importante de la región nunca ha llegado a suelo tico. Este domingo, desde las 9 p. m., en San Diego, la Sele arranca un nuevo intento de romper esa maldición, y lo hace entre interrogantes… pero también con señales que invitan a soñar.
Miguel Piojo Herrera no es un novato en este torneo. Ya la ganó con México en 2015, y ahora quiere hacer historia con los costarricenses. Su mensaje ha sido claro desde que asumió el cargo: hay equipo para competirle a cualquiera. La contundentes goleadas previas, donde Costa Rica arrasó ante Belice y Bahamas, le dio respaldo a ese discurso.
"Tenemos la ilusión y el compromiso de lograrlo. Este grupo tiene con qué, lo ha demostrado", dijo Herrera en la conferencia de prensa previa al duelo ante Surinam, primer escollo del Grupo A.
Una de las grandes novedades de esta edición es el regreso de Keylor Navas al arco nacional. El guardameta vuelve a vestir la camiseta de la Selección en un torneo oficial tras una prolongada ausencia, y lo hace como uno de los líderes naturales del camerino. Su presencia eleva la moral y la seguridad de un equipo que ha sufrido en defensa en el pasado.
Pero no solo en la portería hay razones para el optimismo. El ataque también genera ilusión. La dupla Manfred Ugalde–Alonso Martínez ha mostrado entendimiento, movilidad y gol. Ambos fueron protagonistas en las recientes goleadas en eliminatoria y llegan encendidos al debut en Copa Oro. La velocidad de Martínez y la inteligencia táctica de Ugalde forman un binomio que puede hacer daño a cualquier defensa del torneo.
Además, el grupo parece haber recuperado el hambre competitivo. “Este equipo se ilusiona. Hemos trabajado mucho en el convencimiento. El nivel está parejo y todos quieren jugar”, expresó Herrera, quien también valoró el liderazgo interno de figuras como Francisco Calvo y Juan Pablo Vargas.
Surinam será la primera prueba en un grupo que promete ser muy parejo. El Piojo no se fía y advierte que el crecimiento del Caribe es real. “Ya un equipo caribeño va al Mundial. Nadie regala nada. Hay que competir con seriedad y cabeza fría”, enfatizó.
Costa Rica llega a la Copa Oro con cuentas pendientes, con heridas recientes y con el recuerdo aún fresco de torneos que se escaparon por detalles. Pero también llega con figuras clave de vuelta, goles en el bolsillo y un técnico que sabe lo que es levantar el trofeo.