El delantero del Spartak Moscú asume el rol de figura en la tricolor, combinando olfato goleador con visión y entrega total en la cancha
Un aficionado casual podría pensar que la gran figura de Costa Rica en esta Copa Oro sigue siendo Keylor Navas. Pero en esta edición, ha emergido un nombre que brilla con fuerza propia: Manfred Ugalde.
Aunque su posición es la de delantero centro, quien lo ha observado en los primeros partidos sabe que el nacido en Barva es mucho más que un simple "9". Ugalde inicia presionando como un defensa, construye como un creativo y resuelve como el delantero letal que es.
Su camiseta dice 9, pero su fútbol refleja inteligencia, técnica y esfuerzo dignos de un 10, e incluso el sacrificio de un volante de marca. En resumen: un jugador total.
Costa Rica necesitaba un ejecutor en momentos clave, y Ugalde respondió con tres penales convertidos con frialdad quirúrgica, asumiendo el liderazgo ofensivo del equipo en instantes de máxima presión.
Aunque no siempre se siente cómodo frente a los micrófonos, el delantero del Spartak Moscú asume su rol con madurez, como lo demostró al decir:
“Uno como delantero siempre quiere meter el gol, pero lo más importante es que gane la selección. Si se me dan las anotaciones, pues bien, y lucharé para eso”.
Ayer fue clave de nuevo, no solo marcando, sino también asistiendo con precisión a Josimar Alcocer para el tanto que selló la clasificación ante República Dominicana y mantiene viva la esperanza de la Tricolor rumbo a Las Vegas, donde enfrentará a México.
Con actuaciones como esta, no sorprende que su nombre haya sonado en el radar de clubes como PSG y Mónaco. Manfred Ugalde no solo está listo para liderar a su selección, sino también para dar el salto definitivo en Europa.