Desde la última vez que vistió la camisa tricolor, han pasado 1 año, 8 meses y 21 días, fue contra Panamá por Nations League
Con apenas 21 años, Jewison Bennette habla con la madurez de un jugador que ha vivido etapas duras y cambios drásticos en muy poco tiempo.
Mundialista con Costa Rica en Qatar 2022, hoy juega en el LNZ Cherkasy de Ucrania, donde asegura que ha encontrado la estabilidad y los minutos que necesita para volver a vestir la camiseta de la selección nacional.
“Mi meta es volver a la selección nacional, eso es lo que me mueve todos los días. Tal vez he perdido tiempo ahí ... La Sele es lo que más me encanta, pero ahora entreno más que nunca, hago trabajo extra y cuido mi alimentación. Quiero pelear por un puesto y sé que puedo lograrlo”, dijo Bennette en entrevista con ESPN desde Ucrania.
El exHerediano reconoce que el último año no ha sido sencillo, pero insiste en que su deseo por defender la camiseta de Costa Rica sigue intacto:
“Representar a mi país es lo más importante para mí. Me encantaría volver a un Mundial, jugar una Copa Oro o una Copa América. Es un orgullo que no se compara con nada”.
Ucrania: minutos, confianza y una vida más tranquila de lo que imaginaba
Cuando decidió irse a Ucrania, Bennette sabía que el reto no era solo deportivo.
El país vive un conflicto armado, pero el jugador asegura que su día a día en Cherkasy transcurre con normalidad.
“Aquí la vida es muy tranquila. La zona en la que vivo no tiene problemas, los restaurantes están llenos, salgo con mis compañeros y no escucho sirenas. No es como la gente lo imagina”, comentó.
"Cambié de Agencia de representación, y eso me ha servido mucho, para mí es un antes y un después estar con C&H Sports y ProStar quienes están conmigo día día, y eso es algo muy bueno para mí que estoy por acá solo", mencionó a ESPN.
En lo futbolístico, el cambio ha sido positivo:
“Tengo un entrenador que confía en mí y me da minutos. Eso era lo que más necesitaba, jugar, sentirme importante y tener ritmo para que el técnico de la Selección me vea”.
El club en el que milita Bennette tiene múltiples nacionalidades, el jugador confirma que tiene una gran relación con los africanos quienes mastican el inglés muy bien, con los ucranianos es más complejo pero existe el traductor.
"Durante los entrenamientos, esperamos que termine de sonar las sirenas y continuamos, es muy diferente donde yo estoy a Kiev", explicó.
Antes de llegar a Ucrania, Bennette pasó por el Aris de Grecia, un capítulo que describe como complicado.
“Estuve seis meses y no me pagaron. Entrenábamos poco, sin gimnasio obligatorio, y las canchas no eran buenas. Cuando reclamé lo que me debían, el presidente se enojó y me sacó”.
Una espinita en Inglaterra
En Inglaterra, con el Sunderland, su inicio fue prometedor:
“En mi primera temporada jugué más de 20 partidos, pero luego llegó un nuevo director deportivo y decidió no tomarme en cuenta, sin darme razones. Me quedó esa espinita de volver a jugar allá porque sé que puedo rendir”.
El mundialista aseveró que mantuvo una conversación directa con el director deportivo, no le supo dar mucha explicación del por qué no lo utilizaba y no tuvo respuestas, fue cuando decidió dar un paso al costado y buscar nuevos aires.
Bennette sabe que para convencer al cuerpo técnico de la Selección necesita algo más que talento. Por eso, asegura que está cuidando cada detalle de su preparación.
“Antes no hacía tanto trabajo extra, ahora sí. Voy al gimnasio más seguido, trabajo fuerza, velocidad, y en casa cuido mi alimentación y descanso bien. Estoy comprometido a llegar en mi mejor forma”.
Consciente de que la competencia por un lugar en la Tricolor es alta, el jugador no se intimida:
“Quiero competir con cualquiera, donde el técnico me necesite. Si es por la banda o por el centro, no tengo problema. Lo que quiero es aportar”.