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Así se vivió la 'jornada del silencio' en la casa del campeón nacional Herediano

El COVID-19 propició que el fútbol en Costa Rica se juegue a puerta cerrada para evitar una mayor propagación, pese a que en varias ligas del mundo tomarán la decisión de suspender por completo sus actividades.

Herediano recibió a Limón FC y ahí, por ejemplo, las calles estaban desoladas y sin banderas, no se escuchaba el sonido de la afición, solo ingresaban pocos medios de comunicación al estadio --jugadores, cuerpos técnicos, árbitros y encargados de diferentes áreas. Era un partido atípico, víctima de la jornada del silencio.

A las fueras del estadio solo había una persona encargada de velar por la seguridad de los vehículos de los futbolistas, no tenía más, ese es su trabajo para llevar el sustento a su hogar. La mayoría de los negocios cercanos mantuvieron cerradas sus puertas, a excepción de un bar, empero, eran contadas las personas que estaban dentro.

Dentro de las instalaciones del estadio Eladio Rosabal Cordero tampoco hubo mucho movimiento. En efecto fueron pocas las reacciones que los medios de comunicación recopilaron antes del juego y, los pasadizos principales que conducen a los aficionados con las respectivas tribunas, fueron gobernados por la soledad.

Los baños se reforzaron con mayores medidas sanitarias, tanto así, que en sus paredes pegaron imágenes con las indicaciones que el Ministerio de Salud decretó para el pueblo costarricense y, en la puerta principal, un miembro de seguridad privada recibía a las personas autorizadas de ingresar con alcohol en gel.

Para los futbolistas fue muy extraño llegar al calentamiento y no ver a las personas en las graderías, algunos volvían a ver para los lados y evidenciaban la incomodidad de disputar un partido de esa manera; no obstante, no tenían otra opción que estar concentrados de cara al juego.

No existía la algarabía, entusiasmo e ilusión en las tribunas rojiamarillas, lo único que se escuchó al momento de iniciar el compromiso era la música correspondiente que establece el protocolo de la UNAFUT y en las acciones del juego solo se oían los gritos de los jugadores, las directrices de los entrenadores o al animador encargado de anunciar si había cambios o incidencias del partido.

Los jugadores trataron de obedecer las reglas sanitarias y al llegar el gol de Limón FC en la celebración no hubo ni tampoco las sacudidas de manos, solo chocaron sus codos y celebraron con sonrisas dibujadas en sus rostros.

El tiempo transcurrió y no hubo más que silencio en las graderías, bueno, se escuchó un grito de los limonenses al destrozar el invicto florense y hacerse de tres valiosos puntos. Al finalizar todo no hubo personas a las afueras del estadio esperando a sus jugadores y se fueron directamente a sus destinos. Así se vivió la jornada del silencio en Heredia.