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Promesa con su padre llevó a José Luis Cordero a convertirse en futbolista profesional

El volante vive sus últimos años en el fútbol pero está muy agradecido con su familia por el apoyo que le dieron para cumplir su sueño

El desarrollo de un niño o adolescente que sueña con jugar al fútbol siempre tiene que ir de la mano con el desarrollo académico y eso lo tenía muy claro el papá del volante José Luis Cordero, quien hoy le agradece por cómo direccionó su crecimiento desde niño con una pelota en una mano y con los cuadernos en la otra.

El volante de Guadalupe FC de 34 años, está gozando de sus últimas campañas en la primera división, esto lo admite él mismo que cree que está jugando su último o penúltimo año como profesional, pero para llegar a convertirse en un futbolista tuvo que mantener una promesa con su papá, quien también se llama José Luis Cordero.

Fue cerca del año 1996 cuando su padre le vio talento y pensó que con trabajo su hijo podría llegar a ser profesional en ese deporte y le hizo una promesa de que si aprobaba toda la educación primaria lo iba a dejar irse a vivir con su hija mayor a Alajuela, dejando así el pueblo de Siquirres, Limón.

“Cuando estaba en tercer año mi papá me dijo ‘si usted me llega a sexto grado de la escuela sin quedarse ni reprobar ningún examen lo mando a vivir con su hermana a Alajuela para que tenga la oportunidad de conseguir un equipo y pueda hacer realidad ese sueño suyo y mío’ y al final me vengo para Alajuela porque logré pasar los años sin quedarme y él cumplió su promesa. Rápido conseguí equipo en El Roble de Alajuela y después empecé con Liga Deportiva Alajuelense”, comentó Cordero en entrevista con ESPN.

El jugador vive totalmente agradecido con su padre y también con su mamá Sonia Manzanares, pues siempre vio el sacrificio que hicieron para que él pudiera perseguir su anhelo de ser futbolista.

Sus orígenes son humildes, sus papás trabajaban en una planta bananera en esta zona del Caribe de Costa Rica y cuando José Luis necesitó de algo, siempre estuvieron ahí para ayudarlo, como la vez que donaron sus aguinaldos de diciembre para que fuera a jugar un torneo a Guatemala con los rojinegros.

“El entrenador me quería llevar y me llevaron pero yo no tenía dinero, económicamente no estaba muy bien entonces me ayudaron con el tiquete de avión. Eso fue para un diciembre y mi papá y mi mamá trabajaban, ellos en ese año, tomaron los dos aguinaldos y me los dieron a mí para que yo me pudiera ir para Guatemala, los usé para pagar impuestos, sacar el pasaporte y por si me quería comprar algo allá”, manifestó.

La disciplina y el empeño le han permitido tener una larga y prolífica carrera futbolística. Debutó en primera división con en 2006 con 17 años siendo jugador del Saprissa donde logró ser campeón, luego pasó por Brujas, Herediano, club con el que tuvo varias etapas, volvió a Saprissa de nuevo, también estuvo en Belén, Alajuelense, San Carlos y Guadalupe. También tuvo un corto periodo en el que jugó en Tailandia.

José Luis Cordero es muy agradecido por ese largo camino que ha recorrido donde ha vivido momentos muy buenos y también difíciles, pero vive en paz consigo mismo y con lo que ha logrado.

Su único pesar es haber estado tanto en Saprissa como en Alajuelense en momentos tan complicados donde ambos clubes atravesaban sequías de títulos y por lo que la presión con la que había que lidiar era muy alta y no pudo salir campeón.

Sin embargo, si lo hizo en otros clubes como con los florenses en dos ocasiones y con los norteños en 2019. “Las cosas me han costado muchísimo, a mí nadie me ha regalado nada, todo ha sido a puro esfuerzo y sacrificio y hoy lo sigo haciendo, solo que la gente no se da cuenta y lo poquito que he ganado lo he disfrutado muchísimo y trato de seguir disfrutando porque sé que en cualquier momento se va a acabar”, contó.