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Un desastre "Real" para el equipo de Carlo Ancelotti

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¡El partido de su vida! Taty Castellanos marcó su cuarto del juego (0:42)

El argentino consiguió el Poker ante el Real Madrid con un remate de cabeza a los 61 minutos de partido. (0:42)

El Real Madrid no puede salir a competir en ningún partido como lo hizo en Montilivi. La imagen fue penosa e indigna para un club de la categoría de los blancos. Y ahí está el resultado, 4 goles a 2, reflejando un partido en el que, salvo Vinicius -del que luego hablaremos-, pocos se salvan.

La hecatombe blanca tuvo sus dos protagonistas. Como si de una película de acción se tratara, los dos actores principales saltaron por los aires en una escena final que demuestra que el Madrid, este año, no ha competido en LaLiga. Militao, actor principal, y Nacho, actor secundario, confirmaron la mala noche del equipo de Ancelotti que, cada vez que miraba al banquillo, más perdido estaba.

Militao ha jugado, seguramente, su peor partido con el Madrid. Sí, en medio del debate de si es el actual mejor central del mundo. Y Nacho, por su parte, fue sustituido recién empezada la segunda parte, por lo cual no hace explicar mucho más.

Fue una noche, sólo una nada más, pero el Madrid no se puede permitir este tipo de deslices. Por historia, por escudo, por compromiso y por personalidad. Obvio, también por la exigencia histórica de lo que es un club en el que siempre hay que ganar. Repito, siempre.

Las excusas son para otros. Sobre todo en un momento tan complicado de la temporada en el que, ya con LaLiga perdida, los blancos están a un partido de ganar la Copa del Rey y a dos de competir en otra final de la Champions League. El resbalón de Girona puede devolver los nervios a una afición que, tras el partido contra el Chelsea de Stamford Bridge, respiraba aliviada por la vuelta de las mejores sensaciones del año.

Decíamos que Vinicius fue de lo poco que se libró. Y gracias. El brasileño se mostró activo en ataque con un gol y una asistencia, como para que nadie le reproche nada. Eso sí, volvió a perderse en disputas y provocaciones varias con los rivales y en protestas al árbitro que sigue sin superar. Y eso, tenga o no razón, es algo en lo que el vestuario y el propio club le tienen que ayudar. Más que nada porque los marcadores ya saben dónde hacerle cosquillas. Y no es la primera vez.

Tras el partido parte del vestuario le desvelaba a este redactor que fue un “accidente” y que la actitud del equipo “no volverá a ser así”. Toca, por tanto, esperar a que los hechos pongan a cada uno en su sitio y, de una vez, el Madrid se ponga las pilas en LaLiga. Porque aunque esté perdida, los blancos no pueden permitirse tanta distancia con el Barcelona.