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Rafa Márquez, ante la hora de la verdad en el clásico por el ascenso frente al Real Madrid Castilla

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La mano dura de Rafa Márquez en el Barcelona B (1:41)

El entrenador mexicano decidió dejar a una de sus figuras en el banquillo porque no le agradó su actitud. (1:41)

BARCELONA -- Rafa Márquez fichó por el Barcelona, para dirigir al equipo filial, el 14 de julio de 2022. Firmó por dos temporadas y en sus primeras palabras dejó claro que el objetivo principal debía ser "desarrrollar mejor a los chicos, darles todos los conceptos, ideas y herramientas que necesiten para que tengan la oportunidad de estar en el primer equipo en un futuro no muy lejano". Pero al cabo de once meses afronta la hora de la verdad.

El equipo se clasificó en cuarto lugar de su grupo de 1ª REF y entró en el play-off de ascenso. Este domingo, las casualidades del futbol, se estrenará contra el filial... del Real Madrid, con Raúl González al frente.

"Es un partido para disfrutar porque el premio de estar en el play off ya lo tenemos pero ahora hay que aprovechar y no dejar escapar esta gran oportunidad", relató este viernes, mezclando tanta ambición como cautela y tranquilidad, porque si algo quiso dejar claro Márquez es que el Barcelona Atlético "ha superado el objetivo de los resultados, no esperábamos estar en el play off".

"Al comenzar la temporada no contemplábamos esta oportunidad, pero ahora, llegados hasta aquí, hay que competir y sacar un buen resultado", refirió Márquez, claro en que todo pasará por "ser muy eficaces y rozar la perfección".

Mantuvo el técnico que este debe ser un momento "para disfrutar" y reveló que uno de los secretos para superar la eliminatoria, "que son dos partidos", será "mantener la intensidad de principio a fin.

"Un Clásico es especial, claro... Y conociendo el carácter de Raúl, seguro que lo transmitirá a sus jugadores, que no darán una pelota por perdida y lucharán hasta el final", avisó el técnico azulgrana, que en cierta manera le trasladó el papel de favorito al Real Madrid Castilla porque Raúl "tiene la ventaja de haber estado más tiempo con el grupo".

CONFIANZA

Al cabo de 25 años ese será el segundo Clásico de filiales con un ascenso en juego. En junio de 1998 ya se enfrentaron, en una eliminatoria definitiva y el Barça, con Xavi y Puyol, aplastó al Madrid, venciendo por 5-0 en el desaparecido Miniestadi y volviendo a ganar en la vuelta, jugada en el Santiago Bernabéu, por 0-2.

Desde entonces se han enfrentado en otras seis ocasiones, siempre e Liga regular, con dos victorias para cada uno y otros dos empates, en una igualdad absoluta que confía romper a su favor el equipo azulgrana, sabedor de la necesidad de ganar al menos un partido, por cuanto la ventaja de haberse clasificado en tercer lugar de su grupo el Castilla (el Barça fue cuarto) provoca que en caso de llegarse con la eliminatoria igualada al final de una prórroga en el partido de vuelta sería el equipo merengue el clasificado.

Esperando a Lamine Yamal, "tiene cualidades para ayudarnos", Márquez descartó la presencia de Pablo Torre, que solo ha jugado tres partidos con el filial en toda la temporada y extrañamente no se ha ejercitado con el equipo en toda la semana.

"Aquí hay gente preparada y con entusiasmo", proclamó el mexicano, que negó que el de este sábado sea un partido cumbre "porque si hemos llegado hasta aquí ha sido por el buen trabajo de toda la temporada".

Una temporada cuyo resultado final empieza a ponerse en juego este sábado, con un mini Clásico por todo lo alto.