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El Barça Atlétic se hunde sin Rafa Márquez y cambia de entrenador

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El Barça Atlétic, penúltimo y en riesgo de descenso, cesó a Albert Sánchez buscando la reacción de un equipo que no olvida a Rafa Márquez


BARCELONA -- El Barça Atlètic sufre la peor crisis de juego y resultados de los últimos años y el miércoles recibió la esperada noticia del despido de su entrenador, Albert Sánchez, cuyo puesto ocupará hasta final de temporada Sergi Milà, actual coordinador en el futbol base azulgrana y cuya misión será evitar un descenso a 2ª RFEF (cuarta categoría) que ahora mismo es algo más que una amenaza.

El filial azulgrana encadena ocho jornadas sin ganar y es penúltimo en el primer grupo de 1ª RFEF, solo por delante del Amorebieta y a cinco puntos de los 30 que acumulan Ourense y Lugo, los dos equipos que marcan esa salvación que tan cuesta arriba se le ha puesto a un equipo profundamente renovado como suele ocurrir cada verano... Pero que esta vez no ha respondido como en los últimos años.

En el club la añoranza de Rafa Márquez se contempla cada vez más pesada y difícil de gestionar, tanto por su ascendente entre los futbolistas como, también, su personalidad en el club, donde se respetaban unas decisiones que desde su marcha se han evidenciado fatales por parte de los gestores de la entidad.

SORPRESA
El 21 de julio, tres semanas después de comunicarse su continuidad al mando del filial, el Barça anunció por sorpresa la desvinculación de Márquez, que se sumó al proyecto de Javier Aguirre en la Selección Mexicana. Rápidamente se nombró a su ayudante Albert Sánchez como sustituto... Y comenzó una vorágine de cambios que superaron cualquier expectativa.

El mexicano, al que meses antes se nombró como un potencial sustituto de Xavi al frente del primer equipo, mantenía no solo relación con el entrenador catalán (habían sido compañeros) sino que disfrutaba de una capacidad de mando sin fisuras en el filial que su sucesor nunca ha tenido, adaptándose por necesidad a cualquier determinación del club, ya fuera por necesidades del primer equipo (algo a lo que ya se acostumbró en su momento Márquez) o por decisiones extradeportivas.

SALIDAS Y ENTRADAS
Como se esperaba, el capitán Marc Casadó y Pau Víctor ascendieron al primer equipo... Pero a ellos se añadió, por sorpresa, el juvenil Marc Bernal y el lateral Gerard Martín, además del central Sergi Domínguez. Y Mika Faye fue traspasado al Rennes, Marc Guiu al Chelsea, Alarcón al FC Porto y Pelayo se marchó al Rayo Vallecano.

Poco menos que desmembrada la plantilla, solo faltó que futbolistas con cierta experiencia como Moha y Naim también se marcharan, además del portero Marc Vidal, a quien tanto se echa de menos por la difícil gestión a partir de la lesión de Marc-André ter Stegen que ha provocado el ascenso al primer equipo de Astralaga o Kochen.

Ante tanta salida, el club apostó como suele por hacer algunos fichajes de futbolistas más veteranos con que ayudar a los jóvenes, pero su impacto en el terreno de juego ha quedado muy lejos de lo esperado y que sí se vio en cursos pasados.

Barberà volvió desde el Brujas y se fichó a Godoy al Eldense, Rubén al Deportivo, Cédric a Las Palmas o Dacosta a la Ponferradina. No han hecho olvidar a los que se marcharon... Tal como las apuestas por los jóvenes ghaneses Aziz y Oduro tampoco han respondido.

JUVENTUD
La pasada temporada, a las órdenes de Rafa Márquez, el Barça Atlètic dio un golpe de mano consiguiendo meterse en el play-off de ascenso (y cayendo en la final contra el Córdoba de manera cruel) con la plantilla más joven de la categoría. Y esta nueva temporada los ascensos desde el juvenil se han encontrado con un problema de adaptación que ha pesado, demasiado, en los resultados. A ello se han sumado lesiones como las de Mbacke, Piera, Garrido, Ureña, Gistau, Barberà, Olmedo, Trilli, Percan o Dacosta que han acabado por dibujar un escenario dantesco y al que no se ha sabido responder con la agilidad y determinación que sí mostró Márquez en el pasado.

TRASPASO Y CASTIGO
Y para redondear un estado de ánimo tan fatal como deprimente, la última semana de enero se concretó el traspaso del capitán Unai Hernandez al Al Ittihad árabe por 4.5 millones de euros, una marcha inexplicable desde el punto de vista deportivo y que trasladó al escenario la nefasta gestión llevada a cabo con un futbolista de sus características.

Unai (20 años) forzó su salida al contemplar cómo, a diferencia de Casadó y otros jóvenes valores de la cantera, no tenía cabida en los planes de Hansi Flick, a pesar de su papel absolutamente diferencial en el filial. Nueve goles y cinco asistencias sumaba el volante hasta su marcha, que se hizo realidad después de que durante los meses anteriores el Barça no fuera capaz de renovar su contrato que acababa el próximo mes de junio.

Y a su lado se consumó la crisis con Pau Prim, mediocentro de 19 años y excelente consideración entre los técnicos del futbol base pero que acaba contrato también en junio... Y tras un principio de acuerdo del club con sus representantes rechazó la renovación, seducido por una oferta qatarí que el Barça, por principios, no contempla igualar.

De esta forma, el ckub prohibió a Albert Sánchez contar con el concurso de Prim, que ya lleva dos meses sin jugar ni un minuto.