El reto de vencer al Barcelona en dos comptencias parece demasiado para un Real Madrid alicaído, pero Ancelotti aún podría salvar su cabeza
El Real Madrid acostumbró a sus aficionados a siempre pelear por los principales títulos, pero tras ser eliminado en la Champions, ahora pueden concentrarse en conquistar dos trofeos, la Copa del Rey y LaLiga, aunque lo harán en un ambiente incómodo para el técnico Carlo Ancelotti y frente a su acérrimo rival: el Barcelona.
La decepción por la doble derrota ante el Arsenal desató los fantasmas que habían reposado durante mucho tiempo, porque sin importar el rendimiento individual o colectivo, el Real Madrid siempre encontraba milagrosos triunfos cuando parecía destinado a fracasar.
Esos fantasmas ahora vuelven a rondar y ya se menciona a los candidatos ideales para reemplazar a Ancelotti. Incluso, algunos medios publicaron que el técnico italiano ni siquiera terminará la temporada de LaLiga si pierde la final de la Copa del Rey.
Pero para quien tiene poca memoria, ese equipo desahuciado, que no jugó bien ante Arsenal, tiene un aura inigualable.
La búsqueda de culpables llega con cada derrota, y suelen ser señalados los mismos de siempre. Thibaut Courtois, Vinícius Júnior, Rodrygo, Federico Valverde y Jude Bellingham están entre los más cuestionados, cuando hace poco eran los grandes héroes de las grandes conquistas del Real Madrid.
Su falta de contundencia ahora se confunde con un mal sistema de juego. Puede ser cierto que Ancelotti haya tenido responsabilidad en no tener un plan diferente y sólo esperar que llegara milagrosamente, como cada temporada, una voltereta a lo Real Madrid que salvara y maquillara una carencia de trabajo táctico.
Más allá de la eliminación en la Champions, el Real Madrid tiene frente a sí un desafío interesante, pues puede demostrar ante el Barcelona que sigue siendo el gran rival a vencer.
Las condiciones favorecen actualmente al club azulgrana para el primer duelo, el próximo sábado 26 de abril, una final de Copa del Rey en la que volverán a chocar los estilos antagónicos, la predecible posesión del Barcelona frente al juego individual de los merengues.
No parece haber armas secretas, aunque a favor del equipo de Hansi Flick está el mejor rendimiento general en todas sus líneas, mientras Ancelotti dependerá una vez más de la inspiración de sus múltiples figuras.
LaLiga parece más complicada, aunque el Clásico del próximo domingo será otra oportunidad para que el Real Madrid frene este tren azulgrana que marcha sin freno rumbo al triplete.
El ambiente en ese partido dependerá mucho de lo que ocurra en el Estadio Olímpico de la Cartuja de Sevilla, pues el ganador llegará con el espíritu más elevado y tendrá aires de revancha para el perdedor. Para el Barcelona, posiblemente, podría significar la definición del título, pues actualmente tiene cuatro puntos de ventaja, y tras el Clásico restarán nueve puntos por disputarse, así que el 11 de mayo, en caso de ganar, estaría sellando su coronación en LaLiga.
Si el Real Madrid no dependiera tanto de sus figuras, la baja de Kylian Mbappé no debería preocupar demasiado, pero sin duda, Ancelotti necesitará una estrategia más funcional si es que quiere levantar al menos un trofeo.
¿Se quedará Ancelotti si gana la Copa del Rey y/o LaLiga?
No es muy difícil predecir que el ciclo de Ancelotti podría terminar si no gana ninguno de los dos títulos frente al Barcelona. Sería un rotundo fracaso, sobre todo porque recibió al refuerzo soñado desde hace varios años.
Kylian Mbappé llegó al Real Madrid tras muchos intentos y si se va en su primera temporada sin títulos importantes, ya que ganaron la Supercopa de Europa y la Intercontinental, solamente se podría hablar de fracaso.
Y aunque no toda la culpa sería de Ancelotti y no se puede olvidar su gran trabajo, un equipo con esa grandeza no puede depender de milagros.
Necesitan un entrenador con más recursos, que trabaje con las figuras y les imponga un estilo, que discipline a Vinícius y deje de exprimir a jugadores como Valverde, a quien mueven cada semana y en pleno partido de posición.
Ancelotti se irá como uno, si no es que el mejor técnico del Real Madrid en la historia. Sus logros quedarán en el imponente salón de trofeos del Bernabéu como registro, pero la sangre nueva, como Xabi Alonso, podría aprovechar su estructura y hacer funcionar una máquina que no está descompuesta y solamente necesita ajustes para volver a ser la aplanadora a la que se acostumbraron los aficionados.
En cambio, si el Real Madrid ganara ambas competencias o al menos una (la Copa del Rey parece más asequible), Ancelotti tendría algún argumento para seguir la próxima temporada, aunque la presión externa seguramente seguirá pidiendo su cabeza.