BARCELONA -- Munir El-Haddadi acaba contrato con el Barcelona al finalizar esta temporada, a partir del 1 de enero estará en disposición de negociar públicamente con cualquier club que quiera ficharle a coste cero y el Barça empieza a temer que el delantero abandone el Camp Nou sin dejar ninguna compensación.
El temor y el enfado son tales en los despachos del club que, sospechándose que Munir tenga sobre la mesa alguna propuesta de cara a la próxima temporada hay quien estima la opción de ‘castigarle’ tal como anunció Antero Henrique con Rabiot en el PSG: dejándole sin jugar lo que resta de curso.
De hecho, los representantes del delantero y el Barcelona llevan muchos meses encallados en una negociación de renovación que no circula en el camino esperado. Las posturas de ambas partes se mantienen muy distanciadas porque el club no aceptó la última propuesta presentada por el jugador, quien estima que no se le ofreció lo mínimo exigible después de dos temporadas a buen rendimiento en Valencia y Alavés. Más aún cuando se le trasladó en verano plena confianza, incluso por encima de Alcácer, quien acabó dejando el equipo.
Con la llegada de las vacaciones de Navidad se descubrió un interés del Sevilla en incorporarle el próximo verano, a coste cero, y a partir de ahí han surgido informaciones que han relacionado a Munir con Schalke, Marsella, Roma, West Ham y, también en España, Betis, Alavés o Celta. No son pocos los clubes que estiman interesante su fichaje si llegase con la carta de libertad para poder ofrecerle un buen contrato y el Barcelona empieza a contemplar imposible contrarrestar esas posibilidades.
FIRME
La opción de negociar un traspaso en este mercado de invierno, también contemplada desde los despachos a pesar de la poca aceptación por parte de Valverde si esa venta no fuera compensada con otro jugador, se antoja de momento poco menos que inviable porque el propio Munir se mantiene firme en permanecer en el Barça hasta acabar la temporada.
Y todo ello, de momento, ha provocado que en el último partido el entrenador solventase dejarle fuera de la convocatoria, descartándole en lo que empieza a considerarse un mensaje envenenado. Faltará por ver la capacidad de aguante que tenga el jugador ante esta situación y esperar al regreso de las vacaciones.