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El Bernabéu pide la dimisión de Florentino Pérez

MADRID -- La derrota por 0-2 ante la Real Sociedad agravó la crisis en el Real Madrid, que prácticamente ha dicho adiós a la Liga en el primer partido del año en casa, pues una victoria del Barcelona en Getafe los dejará a diez puntos de la cima. Esta vez, los reclamos de la grada no fueron al jugador en peor forma, sino al palco de honor.

“¡Florentino, dimisión!” coreó la mayoría de los escasos 53,421 aficionados que se dieron cita este domingo de Reyes en el Santiago Bernabéu, en cuanto cayó el segundo tanto de la Real Sociedad a ocho minutos del final.

Los reclamos duraron apenas unos minutos, hasta que se hizo el silencio solo roto por una rechifla generalizada tras el pitido final.

El enojo de la grada no es en vano. Ha sido la sexta derrota en Liga del conjunto merengue y el noveno encuentro sin conocer la victoria, misma que lo ha hundido hasta la quinta posición de la tabla detrás de Barcelona, Atlético, Sevilla y Alavés. El quinto partido en el torneo en que ni siquiera logra marcar un gol.

Y se han cansado de buscar culpables.

Las críticas al presidente de la institución no son nuevas; ha sido responsabilizado del desastre prácticamente desde que Zinedine Zidane anunció sorpresivamente su adiós apenas conquistar el tercer título de Champions League consecutivo en mayo.

Desde entonces, se ha apuntado a cada una de sus decisiones como un factor que ha desatado el desastre.

La contratación en verano de Julen Lopetegui, en plena víspera del debut de España en el Mundial, fue vista como un sucio golpe a la Federación Española de Futbol. La llegada del vasco al banquillo fue recibida con frialdad, y su relación con la grada no hizo más que empeorar tras la deslucida salida de Cristiano Ronaldo – la enésima estrella que se marcha por la puerta de atrás durante su mandato.

Se le reclama, además, la falta de un Director Deportivo y, por tanto, la nula planificación de la temporada. Haber dejado ir, en los últimos años, a jugadores de cierto peso como Álvaro Morata o James Rodríguez.

Y sobre todo, la política de fichajes de “jóvenes promesas” por encima de estrellas que logren sacar al equipo del abismo.