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João Félix tiene maravillado al Atlético de Madrid

Pocas veces en la historia del Atletico de Madrid, un nuevo fichaje causó tanto impacto como el chico maravilla João Félix. Que sea la operación más cara de la historia de la entidad no hace más que relamerse a la directiva.

El joven portugués de apenas 19 años, ha entrado con el pie derecho en el equipo colchonero, y en sus primeros 66 minutos oficiales dejó muy claro que con él no van los periodos de adaptación. Su exuberancia a la hora de manejar el esférico, su cabeza siempre levantada y la claridad para ver el pase adecuado se han convertido en su tarjeta de presentación.

Pero quizás su peso específico en el grupo se notó más cuando faltó.

Mediada la segunda parte del primer partido liguero, el portugués se echó la mano a la parte posterior del muslo, se quedó sentado en la hierba y pidió el cambio. El silencio se hizo en el Metropolitano, pues la afición se temió lo peor. Fueron minutos difíciles y al equipo le costó controlar la presión típica de los finales de partido apretados.

La buena noticia es que Joao Félix no sufre ningún percance grave y con toda seguridad será de la partida de nuevo ante el Leganés, por lo que Diego Simeone puede respirar tranquilo.

La exhibición del ex del Benfica antes de retirarse a vestuarios fue espectacular.

Joao Félix se manejó con una soltura impropia de su edad. Es un verdadero líder y su capacidad técnica le permite rayar muy por encima de la media aparentando un esfuerzo mínimo. Para el recuerdo dejó una jugada antológica en el arranque de la segunda parte en la cual se fue de todo defensa que le salió al paso. Mantuvo el control del balón en una carrera de 65 metros y acabó sufriendo un penalti.

Álvaro Morata, que ya había anotado el 1-0, fue el encargado de lanzar la pena máxima y la falló. Quizás hubiera sido más sensato que la lanzara el propio atacante portugués.

Pero más allá de la trivialidad de quien tiró el penalti, lo cierto es que la jugada definió a Joao Félix a la perfección. El portugués ha demostrado en esta pretemporada que es todo potencia, calidad, clase y gol. Aunque en esta ocasión no pudo celebrar un tanto, pocos dudan ya tras haberle visto en acción que pueda --por lo menos-- batir la cifra que consiguió Antoine Griezmann el año pasado.

Tal vez desde el aterrizaje de Sergio Agüero en el club, en 2006, con sólo 18 y el sambenito de ser el sucesor de Fernando Torres, no habíamos presenciado un arranque tan demoledor y resolutivo como el de Joao Félix. “El Huracán” ha acallado las críticas de cuajo y convencido a todos los incautos que osaron dudar de su capacidad. No le ha pesado ni el precio que se pagó por él, ni las expectativas creadas a su alrededor.

Ni siquiera el cargar con la cruz de ser la estrella de un equipo en la que hay futbolistas del nivel de Morata, Diego Costa, Koke, Saúl u Oblak. Nada puede con la moral de este joven portugués que tiene ganas de comerse al mundo y ha conquistado en muy poco tiempo el corazón de todos los colchoneros.