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Barcelona -- Javier Hernández, autor del gol con el que el Sevilla derrotó al APOEL en la Europa League el último jueves, regresó al banquillo en la vuelta del equipo andaluz a la Liga. Lopetegui apostó otra vez por Luuk de Jong y el holandés falló lo increíble, tanto en la primera mitad, aún con 0-0, como en la segunda, apenas iniciarse y estrellando un balón en el palo que pudo haber devuelto a su equipo al partido... No lo hizo y el entrenador, que había metido tras el descanso a Munir, apostó, por fin, por el Chicharito para que intentase revolucionar los últimos 25 minutos. No tuvo fortuna pero sí acierto el mexicano, que cerró la noche provocando la expulsión de Ronald Araujo, defensa uruguayo del filial azulgrana y que debutaba en el primer equipo entrando por Todibo, en un pase adelantado en el que ambos corrieron y la carga del joven central del Barcelona la interpretó el árbitro como tarjeta roja. Fue protagonista, involuntario, del escándalo con el que se acabó el partido aunque ya antes, con su movilidad y juego al primer toque obsequió al Sevilla con mejores minutos de los que le había dado De Jong en la hora larga anterior. Colocado como segundo punta, al lado o por detrás de Munir, combinando con Fernando y buscándose con Ocampos, el Chicharito robó un balón, provocó un corner (además de la expulsión) y jugó con agilidad y acierto al primer toque, obligando a la defensa azulgrana a retrasarse para no perder la consistencia, insegura como se mostró por delante del gigante Ter Stegen. En su segunda aparición en el Camp Nou, cuatro años después de jugar, entonces como titular, con el Bayer Leverkusen, Javier Hernández volvió a perder aunque mostrando unas sensaciones que, comparadas con el rendimiento de Luuk de Jong debería hacer reflexionar y dudar a Lopetegui respecto a su delantero titular.
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