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Marcos Llorente se confirma como la gran decepción del año en el Atlético de Madrid

Se le siguen amontonando los problemas a Diego Simeone, pues su equipo no acaba de arrancar. No se le puede negar que no lo intente el técnico argentino, pues está rotando al equipo más que nunca, pero no está siendo capaz de encontrar los once hombres que mejor interpreten su fútbol.

El Atlético de Madrid lleva años con un equipo reconocible, basado en grandes jugadores más que asentados de los cuales se podía esperar siempre un desempeño bastante parecido. Sin embargo esta temporada, al desprenderse de golpe de seis titulares, la situación ha cambiado. El “Cholo” y su equipo técnico acertaron en la confección de la plantilla, pues la gran mayoría de los fichajes están dando un buen rendimiento, pero el periodo de readaptación del grupo está siendo difícil de transitar.

De todos esos jugadores que llegaron al club el verano pasado, quizás el que peor está llevando este arranque de Liga sea Marcos Llorente.

El excanterano madridista volvió a ser titular con el Atlético de Madrid ante el Alavés, y volvió a ser sustituido al mediotiempo, tal y como le ocurrió en sus otras dos titularidades: ante el Eibar y la Real Sociedad.

Llorente le costó al club 40 millones de euros —-van Saponjic llegó por algo más de cinco y todavía no ha debutado, pero fue más una inversión del club que un fichaje pedido por Simeone— y se esperaba que rápidamente agarrara las riendas dejadas por Rodrigo Hernández al fichar por el Manchester City de Pep Guardiola. Las condiciones y el estilo de juego de Llorente son muy parecidas a las del ex del Villarreal, por eso se suponía que sería uno de los hombres que tuviera una adaptación más rápida al estilo del “Cholo”, pero nada más lejos de la verdad.

Hasta el momento el técnico argentino no confía en él y cuando lo ha hecho el madrileño no ha demostrado merecer muchos más minutos de los que ha tenido hasta ahora.

La situación opuesta es la que vive el mexicano Héctor Herrera, un hombre que también llegó al presentarse como una oportunidad de mercado —-llegó libre al acabar contrato en el FC Porto—, pero que poco a poco ha ido ganándose a su entrenador. Ante el Alavés fue la pareja de baile de Llorente y aunque ambos tuvieron una mala primera mitad, una vez que Thomas Partey entró por Llorente al descanso, Herrera se convirtió en el mejor jugador colchonero en el arranque de la segunda parte, hasta que fue sustituido al 60.

Por eso el mal trago por el que está pasando Llorente preocupa mucho. No se trata de un problema físico, pues el centrocampista es de esos jugadores que vive en el gimnasio y cuida su dieta al milímetro. Simplemente parece que el cambio de club le ha quedado bastante grande. Sus actuaciones recuerdan a las que dejó en la primera temporada en el Real Madrid con Zinedine Zidane en el banquillo, tras su gran año de cesión en el Alavés. Todos esperaban que Llorente demostrara el arrojo y las condiciones que brillaron en el equipo vasco, con el cual fue capaz de llegar a la final de Copa del Rey, pero lo que el chico producía era siempre una versión light del futbolista que lleva dentro. No fue hasta mediados del año pasado, ya con Santiago Solari en el banquillo, que Marcos se soltó los grilletes y empezó a dejar anonadado a todo el madridismo. Lideró al equipo en partidos importantes, fue el mejor jugador de la final del Mundialito de Clubes en Dubai y hasta marcó goles importantes.

Quizás sólo sea eso, y el chico necesite tiempo para rayar a ese nivel en su nuevo equipo, pero es normal que tras desembolsar 40 millones por su traspaso, la afición del Atlético de Madrid —y su entrenador— le exijan mucho más.