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Vinícius Jr. se reivindica y da la razón a Zidane

Se ha cansado Zinedine Zidane de decir que cuenta con Vinícius Jr., que el único problema que tiene el chico es que, mientras el año pasado --por lesiones y la mala confección de la plantilla-- era la única alternativa en la banda izquierda del conjunto madridista, este año cuenta con la dura competencia de Eden Hazard y Rodrygo Goes.

Todos leíamos entre líneas que al técnico francés no le gustaba Vinícius, o por lo menos que su rendimiento en esta temporada le había decepcionado. Ni tan siquiera había que esforzarse mucho para hacer esa lectura entre líneas: de octubre a diciembre, Zidane ha dejado fuera de la convocatoria a Vinícius en cuatro partidos.

Pero no es menos cierto que el mensaje que mandaba Zizou era siempre de optimismo. Jamás ha criticado las habilidades de su pupilo, al contrario, ha hablado de lo mucho que podía llegar a aportar el ex del Flamengo con su potencia, su regate y su facilidad para el desborde. El técnico madridista siempre decía que Vinícius tenía que esperar su oportunidad, y que cuando le llegara, debía estar preparado para aprovecharlas.

Eso fue justo lo que hizo el brasileño el fin de semana ante el Espanyol. Por primera vez esta temporada, Vinícius Jr. mostró la versión más fiable de su juego. La del jugador explosivo que enamoró el año pasado durante el frío invierno en que Santiago Solari se hizo cargo del equipo.

En un soleado mediodía madrileño, el 25 merengue se dio un festín de carreras que destrozaron a cualquiera de los defensas espanyolistas que salieron a su paso. Vinícius recuperó la sonrisa, dejó controles maravillosos, sorpresas en cada jugada. Fue un torbellino que nadie, más que él y su todavía poco pulida finalización, logró frenar.

Y no fue el partido perfecto para él justamente por eso. A Vinícius ya no es que se le atragante el gol, que también, sino que su falta de pausa le impide siquiera cerrar sus jugadas con pases eficaces a sus compañeros. Ante el Espanyol se le vio intentar corregir este aspecto, con lo que dejó un par de pases de calidad en el área que lograron encontrar a sus compañeros, aunque ninguno acabó siendo lo suficientemente bueno para convertirse en asistencia de gol.

Sus remates, sin embargo, y por más que llegará con tiempo y suficiencia a las cercanías del marco de Diego López, siempre fueron repelidos por el cancerbero gallego. Es sin duda su mayor handicap y el foco de su trabajo en los entrenamientos debería pasar por ahí.

Pero la buena noticia es que Vinícius está de vuelta. Con su sonrisa de oreja a oreja, Vini fue sustituido en la segunda parte bajo una atronadora ovación del Santiago Bernabéu, un estadio que le ha criticado muchísimo en los últimos tiempos, pero que siempre sabe reconocer a los jugadores que lo dejan todo en la cancha y que luchan por sobreponerse a los momentos más complicados.