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Federico Valverde, "el Pajarito" que nunca tuvo miedo de volar

Apenas tiene 21 años, pero "el Pajarito" Federico Valverde vuela sin miedo al cambio desde que era un niño, cuando su inteligencia para ejecutar jugadas sorprendentes llamó la atención mucho más que sus piernas delgadas.

Eso es, al menos, lo que rememoran en un encuentro con EFE el exfutbolista uruguayo Néstor "Tito" Gonçalves, descubridor del jugador, y el vicepresidente del Club Atlético Peñarol, Rodolfo Catino, que estaba al frente de las categorías formativas cuando el hoy mediocampista del Real Madrid llegó a la entidad aurinegra, en la que creció como futbolista.

Rondaba los diez años de edad cuando el exfutbolista uruguayo Néstor Gonçalves se fijó en Valverde. El descubrimiento, relata, fue "solo".

"Tenía una capacidad para tomar decisiones sorprendentes. Una lectura de juego que a veces nosotros de afuera, mirando el partido, veíamos otras opciones (...), y de repente él tomaba otra decisión que ninguno de nosotros tenía, con diez años de edad", asegura.

Ahí no dudó ni un segundo, y quiso que Valverde fuera directo para Peñarol, propuesta que el joven no pudo rechazar porque tanto su familia como él eran hinchas "a muerte" del club aurinegro.

El vicepresidente de Peñarol, Rodolfo Catino, que era presidente de las Formativas del equipo en aquella época, no olvida el momento en el que Gonçalves apareció de la mano con él.

"Me lo trae, yo estaba revisando la cancha y me dice: (...) 'este señor va a ser el mejor jugador uruguayo de los próximos tiempos'. Yo por supuesto le di la mano pensando que me estaba hablando en broma, pero en realidad era en serio", recuerda.

Poco a poco, el trabajo duro fue forjando al futbolista, que siempre se mostraba dispuesto a aprender y a ir más allá.

"Federico tiene una cualidad para mí que es el poder de adaptación. Él, ante un nuevo estímulo, se adapta. Es como que pasa un umbral sin saber qué hay del otro lado, pero tiene esa necesidad de crecimiento", afirma Gonçalves.

SU MADRE, EL "ÁNGEL" QUE CUIDA AL FUTBOLISTA

En su crecimiento como futbolista, Valverde tuvo un apoyo incondicional: su madre, Doris.

La madre del jugador merengue es un "ángel", en palabras de Catino, ya que acompañaba a su hijo a todos los partidos, algo que Valverde supo devolver con buena educación y cariño hacia su familia, a la que tenía muy en mente.

De pequeño, Valverde disfrutaba en las posiciones en las que más podía manejar la pelota, y no le gustaba ser delantero pero, obediente, "jugaba calladito la boca", reconoce Catino.

Sin embargo, un día, cuenta el vicepresidente, Doris se acercó al entonces coordinador de Formativas de Peñarol, Juan Ahuntchaín, para pedirle que no lo pusiera más en esa posición porque "lloraba".

Ahuntchaín, indica Catino, hizo caso omiso y no paró hasta que Valverde aprendió a marcar, algo que hoy día "muestra estando en todos los lugares de la cancha".

UNA PATADA QUE "CUALQUIERA" HABRÍA HECHO

Ahora, en las canchas, el volante toma decisiones que no gustan a todo el mundo, pero que quienes lo vieron despuntar en sus inicios defienden a capa y espada.

Es el caso de la falta que cometió en el minuto 115 de la final de la Supercopa de España sobre Álvaro Morata, delantero del Atlético Madrid, cuando éste se escapaba en solitario hacia el área rival, impidiendo así un gol decisivo.

La acción le costó a Valverde la expulsión con roja directa -por lo que se perderá el próximo partido de LaLiga contra el Sevilla-, pero sirvió para que el Real Madrid aguantara el 0-0 y venciera al conjunto rojiblanco en los penales.

Esa misma jugada la había vivido el 'Pajarito' en un Clásico uruguayo contra Nacional, en el que su compañero Guillermo Rodríguez se abalanzó sobre Sebastián Fernández para evitar otro gol en un juego en el que iban perdiendo por 2 a 1 y que terminó en empate a 2.

"Todo lo que aprendió acá, lo está mostrando allá", asevera Catino, quien también añade que, aunque "se merecía la tarjeta roja", "se sacrificó" y fue esa jugada la que dio el título al Real Madrid.

"Cualquiera hubiera hecho lo mismo", agrega Gonçalves.

CRECIENDO SIN LÍMITE

Fue en 2015, con un"'Pajarito" de apenas 17 años, cuenta el vicepresidente de Peñarol, cuando el Arsenal y otros equipos europeos, incluido el Barcelona, se interesaron por él.

Sin embargo, sólo el Real Madrid se mostró dispuesto a pagar la cifra que Catino y su equipo consideraban digna.

Ahora, Valverde se ha convertido en una de las estrellas del equipo madridista, pero tanto Catino como Gonçalves coinciden en que todavía le queda mucho por crecer.

"Yo le dije a la madre 'no tiene techo' cuando tenía 10 años. Se lo dije cuando tenía 14. Se lo dije cuando tenía 17, cuando tenía 20, y se lo sigo diciendo", comenta el exfutbolista.

Orgullosos de ver cómo un chico "de barrio" triunfa en uno de los cuadros más importantes del fútbol mundial, quienes lo vieron crecer solo esperan que el 'Pajarito' siga volando y demostrando lo que vale.