Hace exactamente 13 años, el mundo del futbol fue recompensado con uno de los goles más bellos de la historia.
Lionel Messi, todavía un prometedor jugador de 19 años, se quitó la defensa, regateó a todos los oponentes que encontró por delante, incluido el portero, y anotó una obra maestra en la victoria de Barcelona 5-2 sobre Getafe. Un movimiento de enorme similitud al que hizo Diego Armando Maradona en la Copa del Mundo de México 1986.
El gol de Messi fue inolvidable. Sin embargo, ese movimiento no fue la única hazaña inolvidable que reservó la confrontación. Después de todo, el partido de vuelta de la semifinal de la Copa del Rey terminaría con una victoria por 4-0 de Getafe, que eliminó al Barça de una manera impresionante e inesperada. Messi no estaba en el campo.
Tal derrota generó una revuelta de los fanáticos, hasta el punto de ir al día siguiente para protestar.
"Mercenarios y sinvergüenzas" fueron insultos contra jugadores por parte de un centenar de aficionados. Ronaldinho, quien no estuvo en el campo en la victoria por 5 a 2, pero estuvo en el campo los 90 minutos del 4 a 0, fue uno de los objetivos principales.
Algunos fanáticos ya veían al brasileño en Milán, lo que ocurrió a mediados de 2008.
"Tienen razón en quejarse, pero los necesitamos", dijo el delantero Samuel Eto'o en ese momento.
En el próximo partido, el Barça empataría en casa con el Betis, que luchó al final de la clasificación, por el Campeonato de España. Los catalanes terminaron la competencia en segundo lugar, detrás del Real Madrid solo en la confrontación directa, ya que ambos tuvieron 76 puntos.
En la Copa del Rey, Getafe fue derrotado en la final por Sevilla 1-0.