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Llorente, el nuevo héroe del Atlético, que siguió una costumbre familiar

“Hoy me voy del Real Madrid, de la que ha sido mi casa desde los 14 años. Me voy sin nada que reprocharme y sin nada que reprochar. Me llevo grandes recuerdos, muchos amigos, títulos inolvidables en noches mágicas, el respeto y el cariño de todos. Gracias por vuestro apoyo y vuestra leal exigencia. Llevaré siempre en mi corazón cada vez que escuché su aliento y defendí esta camiseta”, publicó Marcos Llorente el 20 de junio de 2019, cuando confirmó su paso del Real Madrid, su cuna futbolística, al Atlético Madrid.

Por su rendimiento desde su debut en el Real Madrid Castilla en 2014, los primeros pasos con el Merengue y la cesión al Deportivo Alavés en 2016, se calificó a Llorente como una de las mejores proyecciones del fútbol español en el verano europeo de 2017, luego de que estuviera una temporada fuera en el cuadro de Vitoria.

Sin embargo y bajo las órdenes de Zinedine Zidane, el mediocampista de 25 años nunca consiguió la continuidad que deseó en el Real Madrid. El canterano apenas logró esporádicas apariciones entre la catarata de títulos que el equipo Blanco consiguió: dos Mundiales de Clubes, una UEFA Champions League, dos Supercopa de Europa y una Supercopa de España.

Sumó minutos y hasta convirtió un gol en la final del Mundial de Clubes ante el Al Ain en 2018 y, aunque salió mejor jugador del partido, los minutos terminaron para Llorente cuando finalmente el ‘Indiecito’ dio un paso al costado tras quedar eliminado de la UCL 2018/19 vs. Ajax y caer en el derbi ante Barcelona. Además, cuando parecía tener un lugar ante la baja de Casemiro, fue el ahora volante del Atlético Madrid que corrió la misma suerte que su colega y quedó marginado de la actividad.

A Zidane, cuando volvió al Madrid en 2019, no le parecía imprescindible sostener a Llorente en el plantel y el mediocampista decidió continuar su carrera en otro club: cruzó la vereda y se transformó en jugador del Atlético Madrid, uno de los eternos rivales del Merengue. El objetivo del volante era claro y desde un principio se trató de sumar los minutos que nunca pudo tener en la Casa Blanca.

Del Real Madrid se fue con la suma de 39 partidos (solo dos goles) divididos en tres temporadas entre 2015 y 2019, con la interrupción que tuvo al jugar para el Alavés cedido en la 2016/17, cuando fue una pieza clave para el equipo que llegó a la final de la Copa del Rey y la perdió ante Barcelona. En Vitoria, disputó 38 partidos (uno menos de todos los que acumuló en el Merengue), no convirtió tantos pero fue la causa de seis anotaciones, debido a que firmó esa cantidad de asistencias entre La Liga y la competencia copera.

En España hizo ruido: un canterano del Real Madrid pasó al Atlético a cambio de 40 millones. Si bien en lo económico fue una operación en la que se consideró favorecido el club presidido por Florentino Pérez, en lo deportivo generó ‘molestia’ por dejar ir a un nacido en el club al Colchonero. Además, Diego Simeone pudo conseguir un jugador que deseaba desde hace dos años, pero su equipo no podía obtenerlo ante la negativa del Real Madrid por ser rivales.

Pero el caso de Marcos Llorente no es el único. A lo largo de la historia, muchos jugadores vistieron las dos camisetas de los equipos madrileños. Lo curioso del exDeportivo Alavés es que es un capítulo más dentro de su familia, a causa de que el jugador de 25 años es la tercera persona de su árbol genealógico que viste los dos mantos, tanto el del Merengue como el del Colchonero.

El actual volante del Atleti es el nieto de Ramón Grosso (abuelo materno) e hijo de Paco Llorente. Los dos antecesores del centrocampista español también jugaron tanto para el Real Madrid como para el Atlético Madrid, con la particularidad de que formaron parte de equipos importantes y consagraciones históricas para ambos clubes.

Llorente, el nuevo héroe del Atlético, que siguió una costumbre familiar El jugador del Colchonero llegó a mediados de 2019 a su vigente club, procedente del Merengue, luego de una operación de 40 millones de euros. Menos de un año después, fue clave en una nueva hazaña del equipo del Cholo Simeone y escribió un capítulo más en la historia de su padre y abuelo, quienes también vistieron ambas camisetas.

“Hoy me voy del Real Madrid, de la que ha sido mi casa desde los 14 años. Me voy sin nada que reprocharme y sin nada que reprochar. Me llevo grandes recuerdos, muchos amigos, títulos inolvidables en noches mágicas, el respeto y el cariño de todos. Gracias por vuestro apoyo y vuestra leal exigencia. Llevaré siempre en mi corazón cada vez que escuché su aliento y defendí esta camiseta”, publicó Marcos Llorente el 20 de junio de 2019, cuando confirmó su paso del Real Madrid, su cuna futbolística, al Atlético Madrid.

Por su rendimiento desde su debut en el Real Madrid Castilla en 2014, los primeros pasos con el Merengue y la cesión al Deportivo Alavés en 2016, se calificó a Llorente como una de las mejores proyecciones del fútbol español en el verano europeo de 2017, luego de que estuviera una temporada fuera en el cuadro de Vitoria.

Sin embargo y bajo las órdenes de Zinedine Zidane, el mediocampista de 25 años nunca consiguió la continuidad que deseó en el Real Madrid. El canterano apenas logró esporádicas apariciones entre la catarata de títulos que el equipo Blanco consiguió: dos Mundiales de Clubes, una UEFA Champions League, dos Supercopa de Europa y una Supercopa de España.

Sumó minutos y hasta convirtió un gol en la final del Mundial de Clubes ante el Al Ain en 2018 y, aunque salió mejor jugador del partido, los minutos terminaron para Llorente cuando finalmente el ‘Indiecito’ dio un paso al costado tras quedar eliminado de la UCL 2018/19 vs. Ajax y caer en el derbi ante Barcelona. Además, cuando parecía tener un lugar ante la baja de Casemiro, fue el ahora volante del Atlético Madrid que corrió la misma suerte que su colega y quedó marginado de la actividad.

A Zidane, cuando volvió al Madrid en 2019, no le parecía imprescindible sostener a Llorente en el plantel y el mediocampista decidió continuar su carrera en otro club: cruzó la vereda y se transformó en jugador del Atlético Madrid, uno de los eternos rivales del Merengue. El objetivo del volante era claro y desde un principio se trató de sumar los minutos que nunca pudo tener en la Casa Blanca.

Del Real Madrid se fue con la suma de 39 partidos (solo dos goles) divididos en tres temporadas entre 2015 y 2019, con la interrupción que tuvo al jugar para el Alavés cedido en la 2016/17, cuando fue una pieza clave para el equipo que llegó a la final de la Copa del Rey y la perdió ante Barcelona. En Vitoria, disputó 38 partidos (uno menos de todos los que acumuló en el Merengue), no convirtió tantos pero fue la causa de seis anotaciones, debido a que firmó esa cantidad de asistencias entre La Liga y la competencia copera.

En España hizo ruido: un canterano del Real Madrid pasó al Atlético a cambio de 40 millones. Si bien en lo económico fue una operación en la que se consideró favorecido el club presidido por Florentino Pérez, en lo deportivo generó ‘molestia’ por dejar ir a un nacido en el club al Colchonero. Además, Diego Simeone pudo conseguir un jugador que deseaba desde hace dos años, pero su equipo no podía obtenerlo ante la negativa del Real Madrid por ser rivales.

Pero el caso de Marcos Llorente no es el único. A lo largo de la historia, muchos jugadores vistieron las dos camisetas de los equipos madrileños. Lo curioso del exDeportivo Alavés es que es un capítulo más dentro de su familia, a causa de que el jugador de 25 años es la tercera persona de su árbol genealógico que viste los dos mantos, tanto el del Merengue como el del Colchonero.

El actual volante del Atleti es el nieto de Ramón Grosso (abuelo materno) e hijo de Paco Llorente. Los dos antecesores del centrocampista español también jugaron tanto para el Real Madrid como para el Atlético Madrid, con la particularidad de que formaron parte de equipos importantes y consagraciones históricas para ambos clubes.

Ramón Grosso fue delantero y se inició en el Plus Ultra, en aquel momento (1964/65) una filial del Real. El Atlético Madrid puso los ojos en él, se lo llevó a préstamo y el abuelo de Llorente fue una pieza clave para la permanencia del Colchonero en la máxima categoría del fútbol español. Después de colaborar con ese objetivo, regresó al Bernabéu tras su cesión y desde allí conquistó siete ligas y una UEFA Champions League en 366 partidos.

Es una historia similar la que también tuvo el papá de Llorente, debido a que Paco surgió de las inferiores de la Casa Blanca pero pasó a la filial del Colchonero. Allí se lució e incluso llegó a hacerse dueño de la banda izquierda (fue extremo) en dos temporadas, pero aplicó una 'cláusula de rescisión' de aquellos tiempos (1987) y regresó al Real Madrid a cambio de una 'indemnización' (300 mil euros). Su salida no fue bien vista por parte del conjunto Rojiblanco pero Paco se desempeñó exitosamente en la Casa Blanca, ya que allí obtuvo nueve títulos.

Y Marcos decidió escribir un capítulo más en la familia de los Grosso-Llorente. Claro, porque el volante del Atlético Madrid llegó con pocos minutos desde el Real Madrid pero seis coronas en su espalda.

Fue difícil el proceso de adaptación para el tercero de la generación que vistió las dos camisetas, a causa de que solo tres meses y algo más desde su llegada, los medios españoles aseguraron que el ya estaba arrepentido de la decisión que había tomado porque jugaba menos que en el Real Madrid.

Luego de su primer semestre con el Rojiblanco y cerca del parate de invierno europeo (diciembre de 2019), los medios continuaron con los pocos minutos que había logrado el mediocampista y que incluso el Cholo Simeone 'estaba desencajado' por no poder colocar en el equipo al surgido en el Castilla. Ante esta situación, el DT argentino se las ingenió y reacomodó al español.

En tanto, llegó la primera hazaña para Llorente. Ingresó en Anfield para sostener la ventaja parcial sobre el Liverpool por los octavos de final de la UEFA Champions League por la banda derecha (dejó la marca, contención y despliegue) y terminó siendo el héroe de la jornada ante la chance que le brindó el entrenador argentino para defender el resultado.

El Cholo 'le inventó' un nuevo puesto y el volante, caracterizado por ser de contención y organización en el centro del campo, marcó dos goles para la trascendental victoria del Rojiblanco ante el Liverpool (defensor de la 'Orejona') en Inglaterra, con el que cerró un global de 4-2 y el pase a los cuartos de final de la UEFA Champions League.

El jugador español ya consiguió tres goles y una asistencia en 24 partidos, y dos de ellos quedarán en la historia dorada de las páginas que escribió el Atlético Madrid de Simeone. Cabe destacar que ya superó la cantidad de tantos que tenía a lo largo de toda su carrera (solo dos) y se mostró entusiasmado con su nuevo puesto, incluso antes del mata-mata con los Reds: “Es verdad que no es mi posición pero poco a poco me voy adaptando. Estoy muy feliz, me permite más llegar al área, correr más, estoy encantado”.