Fútbol Americano
Jordi Blanco, Corresponsal en Barcelona 4y

Se cumplen seis años de la muerte de Tito Vilanova, un triste recuerdo para el Barcelona

BARCELONA -- Si el 25 de abril es una fecha especial en los libros del fútbol por conmemorar el nacimiento de Johan Cruyff, quien este sábado habría cumplido 73 años, en la historia de Barcelona guarda también un significado trágico. Tal día como este, en 2014, falleció Tito Vilanova, mano derecha de Guardiola en el mejor Barça de siempre y su sustituto efímero al mando del equipo cuando Pep dejó el club. Contaba 45 años y murió víctima de un cáncer de glándula parótida contra el que luchaba desde diciembre de 2011.

Se cumplen seis años de la desaparición de un personaje especial, cercano, tranquilo y cuya conexión con los futbolistas, se afirma, es la cara B del éxito de aquel Barcelona. Un tipo que, en sus últimos días, aún tuvo los arrestos de recibir a Leo Messi en la habitación de la clínica en la que estaba internado para quitarle la idea que le rondaba por la cabeza de marcharse del Barça. Y que dejó un recuerdo imborrable tanto en el vestuario como en el club, en todo él.

Canterano del Barça que se quedó en puertas de debutar en el primer equipo, Tito Vilanova abandonó el club en 1990 para desarrollar su carrera deportiva en el Figueres, Celta, badajoz, Mallorca, Lleida y Elche antes de retirarse, en 2001, como jugador de la Gramenet e inmediatamente regresó al Barcelona para dirigir al Cadete B, donde conoció a Leo Messi. En 2003 volvió a dejar el club, dirigiendo a distintos equipos catalanes hasta que en 2007 su amigo Pep Guardiola le reclutó para que fuera su segundo en el Barça B. Y con él pasó al primer equipo un año después...

Y con él permaneció durante cuatro temporadas inolvidables hasta que el 27 de abril de 2012, el mismo día, y en el mismo acto, que Guardiola daba a conocer su marcha Sandro Rosell le anunció como nuevo entrenador. Presentado dos meses después con un contrato de dos temporadas, Vilanova solamente pudo cumplir la primera de ellas. El cáncer ya estaba presente.

Los primeros síntomas habían aparecido en diciembre de 2011, cuando fue operado y se mantuvo algunas semanas de baja, durante la última temporada junto a Guardiola. Y reaparecieron al cabo de un año, a finales de 2012. Tres días después de golear al Atlético por 4-1 el 16 de diciembre, con el Barça lanzado en la Liga (15 victorias y un empate), Rosell, acompañado de los capitanes, anunció que Vilanova había recaído de su enfermedad, fue operado y sustituido por su ayudante Jordi Roura durante los siguientes 16 partidos oficiales del equipo azulgrana, hasta finales de marzo.

Volvió a tiempo para celebrar el título de Liga desde el banquillo, sufrió el desengaño de la Champions en las semifinales frente al Bayern y cuando la siguiente temporada comenzaba a caminar, todo se acabó, deportivamente, de un plumazo. “Esta es la noticia que nunca hubiera querido dar. Tras evaluar los resultados de las pruebas rutinarias y de seguimiento a Tito Vilanova, se le ha presentado la opción de realizar un tratamiento para seguir controlando su enfermedad que le hace incompatible desarrollar la responsabilidad de ser el primer entrenador del primer equipo de fútbol”, anunció Sandro Rosell el 19 de julio de 2013, cerrando de esta manera su etapa como entrenador y fichando el Barça pocos días después a Gerardo Martino.

Los siguientes, y últimos, nueve meses fueron una lucha constante contra un cáncer que le fue ganando terreno a Vilanova mientras el Barça peleaba por una Liga que acabó perdiendo en el último partido del torneo frente al Atlético de Madrid en el Camp Nou el 17 de mayo. Para entonces Tito ya no estaba.

Murió el viernes 25 de abril, un día después de ser sometido a una operación desesperada que ya no pudo superar. Seis años después, su figura sigue presente alrededor del Camp Nou.

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