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La transición de Thibaut Courtois, de chivo expiatorio a líder silencioso del Real Madrid

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Hugo Sánchez: "Zidane ha manejado bien al equipo a pesar de los jugadores (James y Bale) que lo han incomodado un poco" (1:33)

Nuestro experto habla sobre el desempeño que ha mostrado el francés frente a un Real Madrid que poco a poco ha logrado recuperarse. (1:33)

Ahora parece ridículo, pero esta temporada hubo momentos en los que algunos pensaron que el ciclo de Thibaut Courtois en Real Madrid era un fracaso y hasta que podría terminar de forma prematura. Y en lágrimas. El contexto es que la primera temporada del arquero había sido una experiencia horrible para él y para su nuevo equipo. Y al principio parecía que ésta sería igual.

Recuerda que, a pesar de sus años con Chelsea, muchos hinchas de Madrid aún resentían al internacional belga que los había desafiado con tanta genialidad en la final de la Copa del Rey 2013, cuando Atlético de Madrid cortó su racha de 25 partidos y 14 años sin ganar contra Los Blancos. Courtois fue escandalosamente bueno en esa temperamental victoria por 2-1 en el Bernabéu. No todos los madridistas estaban dispuestos a perdonar u olvidar.

Su primer problema en el club para el que contó que siempre había deseado jugar tras haber sido inspirado por Iker Casillas, fue que era el hombre del presidente. Keylor Navas era el héroe popular. A los fans les encantaban las acrobacias que había hecho camino a tres títulos de Champions League, y eso no era lo peor.

Los jugadores de Madrid básicamente veían a Keylor como un amuleto de la buena suerte. En aquel entonces jugaban casi con total abandono, con la seguridad de que el costarricense era excepcional en los contraataques. Era el rey del uno contra uno.

El principal admirador de Keylor era el capitán Sergio Ramos. El defensor adoraba el hecho de que podía incursionar adelante a voluntad, y contar con que Navas rescataría una de sus (eternas) nueve vidas.

La llegada de Courtois, totalmente patrocinada por la determinación del presidente de repatriarlo de Stamford Bridge, abrumó a los jugadores, a los fans y a los medios. Nadie podía ignorar el hecho de que Courtois había sido el número uno del mundo en su mejor momento, y que fácilmente podría recuperar dicha corona no oficial. Pero la temporada pasada fue humillante para Madrid, y para todos los tripulantes del barco que se iba a pique.

Courtois trabajó para tres entrenadores diferentes --Julen Lopetegui, Santi Solari y Zinedine Zidane-- y jugó solamente 27 partidos de La Liga, en los que cedió una alarmante cifra de 36 goles. No fueron todos culpa suya. Pero los arqueros saben muy bien que, culpables o no, la gente supone que sus huellas siempre están en la escena del crimen cuando el rival anota. Es injusto, pero es así. Mientras tanto, silenciosamente, Navas solamente cedió ocho en los 10 partidos de La Liga que jugó.

¿Y en la Champions League, el torneo referente de Madrid? Courtois custodiaba el arco cuando Los Blancos cayeron 0-3 ante CSKA Moscú y 1-4 ante Ajax de locales. Reveses históricos. Le metieron siete goles en dos partidos locales y fueron eliminados temprano -- precisamente la misma cifra que había cedido en DOCE partidos cuando ayudó a Atleti a marchar a la final de la Champions League 2014.

Y la prueba de fuego --que ahora parece haberlo hecho muy fuerte, pero en aquel entonces parecía que podría quemarlo-- no estaba cerca de terminar. ¿Te has olvidado del verano pasado? No estamos muy lejos del primer aniversario del 7-3 de Atlético contra Real Madrid en su partido por la International Champions Cup en el MetLife Stadium de Nueva Jersey. Courtois abrió el partido, y fue reemplazado por Keylor en el entretiempo. El problema es que para entonces Madrid ya perdía 5-0.

CINCO-cero. Contra Atleti.

Estaban señalando con el dedo, Keylor seguía en los libros -- algunos no sólo esperaban que el costarricense fuera indultado, sino que Courtois, el elegido de Florentino Pérez por el que habían desembolsado de €35m, pasara al banco.

Para el 1ro de octubre, Courtois, uno de los principales héroes de lo que será el noveno título de Madrid en 30 años, aún no se había puesto la capa de Superman, que ahora parece tener cosida en los hombros. Sólo había mantenido el arco en cero dos veces en seis partidos de liga, cediendo un promedio de un gol cada 90 minutos, y Madrid había ganado apenas el 50 por ciento de dichos partidos.

El primer día de octubre, el humilde Club Brujas desembarcó en el Bernabéu, Courtois jugó de manera extraña mientras sus compatriotas apilaban una ventaja de 0-2, y no volvió a aparecer después del entretiempo. Pareció ser un punto de quiebre, quizá no un punto de no retorno, pero Madrid se vio obligado a desmentir una historia inventada de que su altísimo arquero, alguna vez triunfal, sufría de nervios. Eso era una tontería, estaba muy enfermo. Tan deshidratado y enfermo que su padre, Thierry, tuvo que llevarlo a casa mientras Alphonse Aréola tomaba su lugar con una excelente actuación y Madrid remontaba el partido para empatar 2-2.

Desde ese día hasta el día de hoy, aun aceptando las derrotas ante Mallorca, Betis y Manchester City, Courtois sólo ha tenido competencia de Sergio Ramos, Karim Benzema y Casemiro para ser nombrado jugador más influyente de Madrid en lo que se convertiría en una temporada ganadora. El lunes por la noche el belga volvió a ganar el Rey del Partido de los patrocinadores, ya que Madrid se valió de grandes atajadas para superar a Granada y mantener su ventaja de cuatro puntos sobre Barcelona con apenas seis puntos más en juego.

No sólo ganará el codiciado premio Zamora, otorgado al arquero que cede menos goles en La Liga (que parecía haberse convertido en una posesión personal de Jan Oblak). Courtois también será el arquero que habrá disfrutado el mejor rendimiento defensivo de Madrid en muchas décadas.

Los números obvios muestran que este tremendo arquero ha continuado, después de su comienzo un tanto moderado en la temporada, para conceder sólo 13 veces en los siguientes 27 partido de La Liga. Lo mejor de todo es que ha sido el Fort Knox de las performances de alto estándar de Madrid desde que se retomó la acción con seis partidos en los que no concedió y sólo tres goles concedidos en 810 minutos.

Pero Courtois sin dudas ha tenido mucho ayuda al enviar su mensaje afirmando que "nunca había perdido la confianza" mientras que se recuperó de su revés con Club Brujas.

El record de goles en contra de Madrid no sólo se debe al accionar de Courtois. Esta es la primera vez desde que el equipo de José Mourinho ganó un título record en 2012 que Los Blancos no sólo defienden en toda la cancha, sino que lo hacen con una actitud de uno para todos y todos para uno. Luka Modric y Toni Kroos, esta temporada, se encargan de hostigar a los rivales, algo que la temporada pasada los dejó ignorados e indiferentes.

Casemiro ha pasado de ser el hombre apesadumbrado para afrontar casi todas las entrevistas después de las derrotas de la temporada pasada con su refrán: "ninguno de nosotros está haciendo bien su trabajo y lo sabemos", a ser un mediocampista central dominante. La mayoría de los derribos, la mayoría de las pelotas recuperadas, la mayoría de las intercepciones -- Courtois, unos 40 metros (43.7 yardas) atrás, debería estar entre los postes escribiendo cartas de amor al brasileño. Ellos se sientan al lado en el vestuario y se llevan como una casa en llamas.

Tal vez, Courtois ha influenciado sobre Casemiro - el muchacho más joven ahora es más serio y trabaja más duro, aunque siempre está al borde de la tarjeta roja, es más aplicado y se ha convertido en el mejor en lo suyo. Las estadísticas para respaldar su calidad son impresionantes. Real Madrid ha marcado el primer gol en el 66% de sus partidos. Ni una sola vez han perdido después de ese arranque. Madrid juega con la tercera línea defensiva más alta en La Liga, 39.5 metros en promedio, entre el último hombre y Courtois.

Ahora, lo más importante, no creen que serán contratacados de manera regular por medio del vasto espacio detrás de Ramos y Raphael Varane, y tampoco piensan que Courtois, en enfrentamientos uno a uno o dos a uno, fallará en atajarlos. Madrid es el mejor equipo de La Liga en evitar conceder cuando sus rivales están en el último tercio - el 96% del tiempo el equipo de Zidane está bajo presión dentro y alrededor de su propia zona defensiva, pero descartan el peligro y evitan que su rival anote.

En segundo lugar, Courtois ha cambiado. El podrá discutir que la venta de Keylor a Paris Saint-Germain ayudó, pero es un hecho. Ningún jugador de Madrid se podía lamentar que Keylor estuviese en la banca - incluso antes de que su forma pasase a ser apremiante, ya que Courtois era el No. 1 indiscutido del equipo de Zidane. Allí se terminaba el debate. Ha aprovechado eso, de manera gradual, para convertirse en un personaje más importante, más ruidoso y más influyente dentro del vestuario.

Este hijo de dos jugadores de voleibol internacionales que arrancó su carrera en el fútbol como un lateral izquierdo larguirucho siempre ha sido elocuente e interesante. Un muchacho amigable, inteligente, respetuoso que habla francés, español, inglés y holandés de manera fluida y además también maneja bien el alemán, Courtois siempre era alguien que mantenía silencio. No es uno de los líderes dentro del vestuario o en los entrenamientos, está más cómodo liderando con el ejemplo antes que imponerse con su voz o haciendo ruido.

Poco a poco, pasó a tener una de las voces más resonantes, ayudando a llenar el vacío detrás de Ramos cuya personalidad masiva y cuyo dominio total de cuestiones del equipo significó que no había una larga lista de compañeros que pensaron que era necesario tomar las riendas. Ramos nos hizo pensar a todos que él iba a estar eternamente a cargo, pero no fue así.

En este momento, apenas cumplidos los 28, y con una década de fútbol en el primer nivel por delante de él si realmente así lo desea, Courtois está feliz de ser una personalidad importante, un líder en Madrid dentro de este grupo de ganadores natos, duros e inconformistas.

Depende de tu parecer definir cuál es su ubicación dentro del firmamento mundial. La belleza, con respecto a los arqueros, reside en el ojo del que observa. ¿Es tan preciso y libre como Marc-Andre ter Stegen, Alisson o Ederson con sus pases o cuando maneja el estrés de jugar 'a mí, a ti' con sus defensores dentro del área de Madrid? No. ¿Pero alguno de ellos, Oblak incluido, puede decir que es mejor que el belga cuando hace su mejor juego en su principal tarea como arquero - evitar que las chances de los rivales se conviertan en gol? Probablemente no.

Sólo dos partidos más en los que Courtois logre evitar que les marquen goles, contra Villarreal y Leganés y, no importa lo que hagan los demás, él se convertirá en miembro de un exclusivo grupo de hombres que han ganado el título español para Atlético y Real Madrid. Un grupo tan pequeño que no puedo encontrar a nadie más. Después de un período en el que parecía que las cosas malas lo perseguían hacia dónde él fuera, Courtois es ahora un hombre que hace que las cosas sucedan.