|
MÉXICO -- A nadie tengo que explicarle que este año ha sido en el mejor de los casos…complicado. A diferencia de otros en los que marcamos fechas en el calendario y nos ilusionamos ante la posibilidad de que esos días lleguen, el 2020 ha sido un eterno camino de desilusiones. Para empezar, lo más sano es ni siquiera hacer planes (sano en la cuestión física para no arriesgarse a un posible contagio, y sano en la parte mental. Para no venirse abajo cuando estos no se concretan). No quiero ponerme excesivamente dramático ni mucho menos, por supuesto que en el deporte hemos tenido plazos que se cumplen y que traen consigo momentos de alegría. Terminamos la mayoría de las ligas locales de Europa y con la NBA las cosas marchan bastante bien…siendo honestos, el deporte dentro de todo ha sido un poco más afortunado que otras actividades. Pero esta semana es distinta. Esta semana, viene la Champions. Razón suficiente para estar contentos, el escuchar el himno y ver salir a la cancha a los mejores. Me queda claro que el tiempo que la hemos extrañado y la posibilidad real de que no se jugara, no hará más que potenciar las ganas que teníamos de que volviera. En este periodo de reflexión y de aprender a valorar lo que cotidianamente nos daba felicidad, el volver a encender la televisión a media tarde para ver futbol al más alto nivel competitivo nos sabrá mejor que nunca. No pretendo hablar de lo que espero pase en la cancha, a final de cuentas apenas comienza la semana y los próximos días estarán repletos de análisis, previos, planteamientos tácticos, apuestas y bueno ya saben perfectamente lo que pasa cada que vienen duelos esperados. De la grandeza del Madrid y lo bien que se siente en este torneo, de la obligación de Pep a ganar la 'Orejona' sin Messi, del buen presente del Bayern y de esa necesidad de que Lionel y Cristiano ganen todos los títulos…mejor platicamos en otra ocasión. Hoy estoy emocionado como tenía mucho tiempo no lo estaba. Después de muchos días que me han parecido calcas exactas de los anteriores, el despertar fue diferente. Ya se tacharon suficientes días en el calendario como para pensar que el impredecible 2020 me va a quitar lo que se decretó hace unas semanas. Los equipos están trabajando, próximamente emprenderán el viaje a los diferentes escenarios de los octavos de final…y después todos a Portugal. Que el formato es raro…es cierto. Que se va a extrañar la localía…también…que no es lo mismo la Champions sin gente…¡Por supuesto! Pero es lo que tenemos, es lo que ahorita se puede. Si a estas alturas no han logrado desarrollar un poco de empatía y de compresión ante lo que se está viviendo…me parece que nunca la encontrarán, y también cuidado porque el mundo cambiará en muchos aspectos y más vale que nos vayamos acostumbrando. De laterales interiores, extremos a perfil cambiado, falsos nueves y porteros que juegan como líberos prometo que hablaremos en otra ocasión. De si Barça es favorecido por el arbitraje, la UEFA quiere que gane el Madrid, Messi es un pecho frío, Ronaldo es egoísta, el PSG, el City y los equipos financiados por petrodólares nunca serán grandes, en serio, después le damos a todo eso.  Ahorita solo quiero que ruede la pelota, solo quiero sentarme frente a la tele y volver a disfrutar eso que ya era tan normal en nuestras vidas. Hace meses parecía impensable que equipos cruzaran fronteras para jugar un partido de futbol; esta semana se va a poder. No quiero decir que ya se vea el fin a todo de todo este suplicio, pero si esto todavía va para largo, al menos desde Europa a varios nos llegarán nuevos bríos. Combustible tan necesario para seguir enfrentando un año que sabemos que avanza, solo porque tachamos días en el calendario.
|
