BARCELONA -- El Barcelona estrena en 2021 visitando a un Huesca que, colista, solamente ha ganado uno de los siete partidos disputados en su estadio de El Alcoraz pero que en la última visita liguera del conjunto catalán (abril de 2019) fue capaz de arrancarle, siendo también último, un empate que si entonces no significó un grave contratiempo para el que era líder destacado ahora sí se entendería como una catástrofe, otra más, alrededor del Camp Nou.
El partido de este domingo significará el estreno de Lionel Messi en Huesca, ya que habiendo sido reservado por Valverde en ese referido encuentro, tampoco asistió en el duelo de Copa de diciembre de 2014 ni, tampoco, en uno de Liga, con el Barça B, disputado en marzo de 2005... Puesto que cumplía sanción por haber sido expulsado una jornada antes con el filial ante el Peña Sport.
Messi disputará su primer partido del año, entrando en sus últimos seis meses de contrato, liderando a un Barça atado a la necesidad de sumar de tres en tres con urgencia, tanto por mantener una mínima aspiración de reengancharse con la cabeza de la clasificación como, por encima de todo, regenerarse y recuperar unas sensaciones cada vez más olvidadas. Habiendo ganado solo dos de los seis partidos ligueros disputados lejos del Camp Nou, un nuevo tropiezo se encajaría de mala manera, tres días antes de visitar San Mamés y con la Supercopa de España, primer título oficial de la temporada, ya en el escenario.
Con la última baja de Philippe Coutinho, quien estará ausente tres meses y que se suma a Gerard Piqué, Sergi Roberto y Ansu Fati, pero el regreso de Jordi Alba, junto a Leo, después de haber cumplido el partido de sanción, habrá que ver si Ronald Koeman mantiene su apuesta de alinear tres centrales o cambia de esquema, consciente de que el Barça deberá afrontar el partido con la indiscutible faceta de dominador para sumar una victoria que aparque, aunque sea por pocos días, la eterna duda que acompaña a su equipo desde que comenzó el curso.