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Barcelona recobra la figura con un Lionel Messi en papel de líder y un equipo comprometido

El Barcelona comenzó el año 2021 en sexta posición de la Liga, derrumbado a 10 puntos del Atlético y ocho atrás del Real Madrid, incluso, detrás de la Real Sociedad, Sevilla y Villarreal y sólo el descuadre de jornadas evitaba que, tras el empate en el Camp Nou ante el Eibar, condujera a una depresión con sabor a fracaso indiscutible.

Un mes después, el Barça es segundo en la clasificación tras ligar cinco victorias en el campeonato con su apretado triunfo, pero triunfo al fin, sobre el Athletic, algo que no ocurría desde 2016, y el equipo de Ronald Koeman ya dio alcance al Real Madrid, al que ahora supera por diferencia de goles a falta del Clásico en el Santiago Bernabéu y sólo contempla por encima al Atlético de Madrid, eso sí, a la misma distancia que convierte la caza en un reto descomunal.

¿Imposible?

"Quedan muchos partidos. Tenemos que ir ganando y luego ya veremos hasta dónde llegamos", aseveró Antione Griezmann, autor del segundo gol en el duelo ante el Athletic en una noche muy trabajada por el equipo azulgrana y que dejó otras visiones en el plano.

Una de esas visiones es que éste aún es el Barça de Lionel Messi, quien se cobró su particular desquite frente a los leones que le habían derrotado en la Final de la Supercopa y habían provocado la primera expulsión de su carrera con el primer equipo.

El Barcelona de un Messi que se exhibió hasta donde alcanzaron las fuerzas en una jornada especialmente complicada.

La pincelada de gol fue su contestación final a la publicación de su contrato en un domingo especialmente incómodo alrededor del Camp Nou y el argentino demostró que, se marche o no al acabar la temporada, hasta el último día estará plenamente entregado a la causa azulgrana.

"Estamos disfrutando de él. Es una leyenda y ojalá sigamos disfrutando para que nos ayude a ganar", destacó Griezmann sobre Messi.

El discurso del francés podría ampliarse a todo un vestuario que respira conjuntamente a su ritmo y en el que hubo otras buenas noticias, como la reaparición, 18 partidos después, de Sergi Roberto por fin recuperado de su lesión. También el atrevimiento, rapidez y descaro de Ousmane Dembele, el buen tino de Samuel Umtiti y la rebelión de Oscar Mingueza, señalado de manera cruel por un informe técnico al que respondió con un partido estupendo y redondeado con la asistencia para el 2-1 definitivo.

No fue la noche esperada de Miralem Pjanic, pero eso ha dejado de ser, por desgracia para el Barça, noticia, porque el bosnio sigue sin mostrar el nivel que de él se espera. Esta fue, probablemente, la única noticia negativa en un Barça que en un mes ha escalado cinco posiciones y pasado de ser un cadáver a creer en sí mismo.

Alcanzar a un Atlético que cabalga sin freno se adivina una quimera para muchos y un desafío descomunal para otros. Habrá que ver hasta dónde llegará el Barça, pero con sufrimiento y bajo el liderazgo de Messi, el cuadro catalán parece dispuesto, con más brillantes unos días y menos en otros, a intentarlo.