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Barcelona se sacude el confeti de la Copa del Rey y la polémica por la Supercopa

BARCELONA -- Barcelona y Getafe cerrarán este jueves una jornada con tintes no dramáticos pero sí trascendentales. Cómodamente instalado en la Primera División durante las últimas tres temporadas, el equipo de Bordalás comienza a verle las orejas al lobo de un descenso del que le separan apenas cuatro puntos con siete jornadas por delante y en las que se convierte en imperativo arrancar buenos resultados sea quien sea el oponente, como mostró ante el Real Madrid. Lograrlo en el Camp Nou es otra tarea monumental... Pero, casi, obligada.

Monumental por cuanto apenas le ha ganado al Barcelona en tres de los 31 partidos que han enfrentado en la historia de la Liga y que del Camp Nou solamente ha arrancado cuatro empates en 15 visitas.

El reto se adivina mayúsculo también atendiendo a que encontrará a un rival que de pronto, en tres meses impensables, ha pasado de la mayor de las depresiones (a todos los niveles y también deportivo) a pelear por un título que tiene en sus manos, porque el equipo de Koeman, ahí es nada, depende de sí mismo para conquistar la Liga.

Frenado en Valdebebas después de una fenomenal racha de 19 partidos sin conocer la derrota en el torneo de la regularidad pero relanzado por su exhibición en la final de la Copa del Rey frente al Athletic, el Barça disfruta de un optimismo indiscutible y al que quiere su entrenador se agarren los jugadores para continuar esta carrera que se presume apasionante hasta el final del campeonato.

"Son ocho finales", constató Koeman en la previa, consciente de la dificultad máxima que entrañan y con el aviso indiscutible del último tropiezo, precisamente en Getafe, de un Real Madrid que le acompaña en la persecución del liderato que mantiene a duras penas el Atlético... Y sin descuidarse del empuje que desde atrás protagoniza el Sevilla de Lopetegui, insistente en su intención de sumarse a la pelea.

Manteniendo entre algodones a un Piqué cuyas molestias no parecen remitir totalmente y recuperado definitivamente, parece, Sergi Roberto, Ousmane Dembélé se convirtió en la temida y mala noticia al ser baja por unas molestias en el pubis de las que el club azulgrana no dio más información pero que devuelven al escenario la intranquilidad respecto al físico de cristal del exterior francés, cuya ausencia mantendrá, se supone, a Griezmann en una alineación de la que no se esperan demasiadas sorpresas.

El Barça se engrasa en busca de ese acelerón que le catapulte hacia la Liga para cerrar un año de lo más convulso con la mejor de sus sonrisas. Mientras Koeman va dando forma junto al área deportiva del club a la plantilla del futuro, plantea el presente con la filosofía del Cholo Simeone: partido a partido. Así se plantea el camino hacia la cumbre... de manera no muy distinta a como lo hace Bordalás en el Getafe, que vivió días mejores y se agarra a la fe para no caer en el pozo del descenso.