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Mientras Xavi prepara su debut al mando del Barcelona, Vicente Moreno y el Espanyol buscan arruinárselo

Ahora que es director técnico del Barcelona, Xavi Hernández tiene una lista de objetivos tan larga como su brazo. Uno de ellos es asegurarse de que sus rivales de patio del Espanyol no superen en la tabla de LaLiga a los ocupantes del Camp Nou por primera vez en 79 años.

El primer bloque de construcción llegará este sábado, cuando el entrenador de 41 años debute en su patio como DT del club de sus amores, en una ocasión marcada por la intensidad de un derbi. Como futbolista (por favor, borren lo anterior: como genio del mediocampo, que figura en el debate para definir quién es el mejor jugador producido por España), el récord de Xavi contra el club periquito es poco menos que asombroso. Sólo se enfrentó más veces a un rival eterno de su club (Real Madrid) que al Espanyol, y en las 36 ocasiones que disputó el derbi de Barcelona, sumó 25 triunfos con apenas dos derrotas.

Ni una vez en las 17 temporadas en las que este apasionado hincha barcelonista con magia en sus botines (de haber nacido con plomo en los botines, de todos modos, habría estado cada dos semanas en el Camp Nou alentando a sus héroes blaugranas), hubo alguna posibilidad factible de avergonzarse viendo al Espanyol superando al Barcelona en la tabla de LaLiga. La ocasión en la que se acercaron más a los culés fue en 2005, cuando solo cuatro puestos separaban a ambos clubes catalanes. El contexto era que Xavi, Andres Iniesta, Ronaldinho, Deco, Samuel Eto'o, Lionel Messi y compañía ganaron el título; mientras que el Espanyol de Miguel Ángel Lotina, que contaba en su plantilla con Dani Jarque, Iván de la Peña y Raúl Tamudo, terminó en un poco normal quinto puesto... sin embargo, los separaba del campeón la holgada cifra de 23 unidades.

Para preparar el escenario de cara al sumamente exigente debut de local del sábado (y no sería tonto especular que el Espanyol puede ver una oportunidad), vale la pena saber que la última vez que el lado blanquiazul de la ciudad quedó por delante del blaugrana en LaLiga, aún faltaban tres años para la conclusión de la II Guerra Mundial. El otro récord no deseado es que la última victoria del Espanyol en el Camp Nou ocurrió en febrero de 2009. Dicho triunfo tuvo algunas lecciones para Vicente Moreno, técnico visitante del choque de este sábado. Posteriormente hablaremos de ello.

Varios elementos convierten al encuentro de la noche del sábado en un encuentro fascinante e imperdible, siendo apenas uno de ellos el convertirse en testigos de la primera incursión de Xavi como DT en LaLiga. (El inicio de lo que muchos creen, incluyéndome, puede ser una carrera muy especial en la dirección técnica). Los otros aspectos que hacen de este derbi más atractivo de lo usual son, vale decirlo, menos positivos para el Barcelona.

No sólo el Barça cuenta con una lista de lesionados muy debilitante. Adicionalmente, Xavi no estará del todo seguro de cuantos jugadores lesionados y "dudas" estarán al 100 por ciento hasta pocos minutos antes del pitazo inicial. No estarán presentes varias figuras clave. Peor aún es el hecho de que el banquillo rival tendrá a alguien que parece capaz de convertirse en uno de los pesos completos de la dirección técnica en España durante la próxima década y más allá.

Como futbolista, Vicente Moreno no sólo estuvo (con todo debido respeto) muy lejos de la liga de Xavi. Ni siquiera orbitaron en la misma estratósfera. La única ocasión en la que se vieron las caras como volantes rivales, por un sumamente breve momento, fue cuando un Barcelona inspirado por Xavi se encontraba jugando una temporada en la que alzaría el triplete, ganando una batalla acalorada contra Xerez en el Camp Nou en abril de 2010. Ese día, como suplente que pasó cerca de media hora en la cancha cuando el equipo local ya ostentaba ventaja 3-1, Moreno fue uno de los nueve expulsados y dos sancionados con tarjetas rojas sumados por el Xerez mientras intentaba intimidar a una electrizante plantilla del Barça, con la intención de sacarla de su ritmo. Dichos intentos fueron infructuosos. Sin embargo, para quienes gustan de pronosticar lo que puede ocurrir en grandes partidos con altas expectativas, aquí podrían encontrar una temática.

Podemos encontrar vínculos con esa idea del Xerez (amedrentar, patear, empujar) en el último triunfo del Espanyol en el Camp Nou.

En aquél entonces, específicamente en 2009, los Periquitos hicieron lo que el Barcelona acaba de copiar: contratar a un joven exjugador y héroe del club como técnico, pidiéndole que salvara el pellejo de todos. En vez del Xavi de 2021, el Espanyol confió en Mauricio Pochettino: el argentino había sido favorito de la afición del Espanyol a lo largo de casi 300 partidos, y luego de hacer su pasantía en la cantera del club, asumió la dirección técnica de un Espanyol hundido en el sótano de la tabla y con un partido en el Camp Nou como prioridad.

El Espanyol se enfrentó con el Barcelona de Pep Guardiola que perseguía el triplete (hazaña que concretaron en la conclusión de la temporada) ostentando todo lo necesario para intentar dar la gran sorpresa. Metafóricamente hablando, tenían listos alfanje y escudo. Pero no cabe duda de que el Espanyol jugó con bríos y eficiencia quirúrgica (Iván de la Peña marcó doblete), o que jugaron con total confianza hasta asegurar el triunfo 2-1 a domicilio. Pero utilizar el eufemismo "robusto" sería privar a su actuación del elemento de lucha callejera que marcó la diferencia.

El Espanyol intimidó al Barcelona por toda la cancha. Aquella noche, ambos equipos sumaron 13 tarjetas amarillas y el volante Seydou Keita fue expulsado. Fue un encuentro muy ácido, pero ganó el Espanyol y a final de temporada, los periquitos quedaron en un muy notable décimo puesto en la tabla de LaLiga tras haber sido últimos al momento cuando "Poche" asumió las riendas del equipo.

Aún está por verse si Moreno cree que estropear el debut de Xavi pasa por exhibir un fútbol muy robusto y físico contra una plantilla barcelonista joven, tambaleante y sumamente agotada, especialmente después de una prolongada fecha FIFA. Sin embargo, nadie debería sorprenderse si lo hace. Lo que resulta más amenazante, debemos admitir, es el tiempo que ha tenido Moreno, hombre astuto, bien preparado y sumamente ambicioso, para armarse con miras a esta prueba.

Moreno sería el primero en admitir lo minucioso (podría decirse que obsesivo) que es a la hora de trabajar para hacer que su equipo ostente la mejor forma; bien ubicado en el puesto 11 de la pizarra, con la misma cantidad de puntos que el equipo heredado por Xavi, para superar a los grandes. Cada día laborable, sale de casa a las 7 a.m., llega a su sitio de trabajo 30 minutos después y, tal como lo comenta su cuerpo técnico, disimula cualquier signo de cansancio cuando la norma es pasar entre 12 y 13 horas laborando en la Ciutat Esportiva Dani Jarque, complejo de entrenamientos del Espanyol emotivamente bautizado con el nombre del histórico jugador periquito, trágicamente fallecido en 2009.

"Si el día tiene 24 horas, me gusta dedicar 25 a entrenar, preparar, ver videos. Aunque, a medida que te haces mayor, al menos intentas imponer un horario sensato a tu semana", es una de las confesiones recientes de Moreno. "Cada vez que los jugadores tienen tiempo libre [como ha sido el caso un par de veces durante este parón internacional], es un componente vital en mi trabajo; porque es cuando tengo más tiempo para ver videos del rival, deducir qué tipo de entrenamientos quiero hacer durante la semana previa al partido, y cómo quiero que juguemos".

Eso significa que, al momento en el que lean esta columna, Moreno ya ha visto suficientes "ediciones" de material del Barcelona, habrá ingerido todos los detalles del colapso culé durante el segundo tiempo de su visita al Celta de Vigo de hace dos semanas y habrá intentado definir un plan de juego tan atrevido (y exitoso) como el que utilizaron él y su plantilla para imponerse al Real Madrid el mes pasado.

"La pasada temporada, cuando subimos de Segunda División, teníamos un objetivo claramente definido: ascender", afirmó Moreno recientemente. "Este año, es un poco más difícil tener claros nuestros nuevos objetivos. Las victorias que obtengamos nos comenzarán a decir hasta dónde podemos llegar, pero aún no pondremos límites a nuestras ambiciones".

"Tal y como van las cosas, con buenas actuaciones y más gente que viene a vernos a nuestro estadio, tenemos una oportunidad única de seguir produciendo al nivel que mostramos contra el Real Madrid. Lo que sí es seguro es que, si seguimos rindiendo, más hinchas nos apoyarán; y si mezclamos eso con el proyecto que planifica el club, podemos convertirnos en un club importante en LaLiga en los años por venir".

El Barcelona y su flamante técnico se juegan mucho en el encuentro de este sábado, es una noche igual de importante para Vicente Moreno, para sus planes ambiciosos y la oportunidad de borrar algunos récords poco deseables en el derbi catalán. Compren sus refrigerios, pongan el teléfono en silencio, preparen las sillas, siéntense a disfrutar. El derbi catalán será delicioso.