Fútbol Americano
Alex Kirkland 2y

Jan Oblak y el arte del portero: 'No estamos locos'

MADRID – En una lluviosa tarde de noviembre, en el complejo de entrenamientos del Atletico Madrid, Jan Oblak quiere dejar en claro su opinión con respecto a algunos estereotipos que rodean a la posición de portero.

“No estamos locos”, afirmó a ESPN, pocos momentos después de conocer que había sido elegido mejor arquero masculino en nuestro ranking ESPN FC 100 de este año. “Somos gente normal. Pero somos especiales, somos distintos. Estoy muy contento de haberme convertido en portero”.

Oblak no representa la idea que cualquiera puede tener de un guardameta inconforme. El esloveno de 28 años se muestra educado, reservado, hasta algo tímido. Aunque tampoco parece apropiado calificarlo de “normal”. Después de todo, hizo su debut como profesional a los 16 años y a los 17, fue objeto de su primer gran pase al extranjero.

Es mejor llamarlo “especial”. También calificarlo de “distinto”. Solo hay que preguntarles a los hinchas del Atleti, que han pasado los últimos siete años viéndole hacer una atajada milagrosa tras otra. De hecho, el nivel de Oblak ha sido tan alto que llama la atención cada vez que experimenta un bajón. Es el precio por pagar a cambio de la excelencia constante e incansable.

Si le preguntan por sus modelos por seguir, los jugadores que admiró siendo niño, no recita nombres de leyendas tales como Gianluigi Buffon, Iker Casillas, Oliver Kahn o cualquier otro portero de alto perfil de la década del 2000. Por el contrario, habla sobre su padre Matjaz.

“Mi padre fue portero”, expresó Oblak. “Jugó toda su vida. Como yo era un niño muy, muy joven, siempre le veía. Siempre me ubicaba detrás de su arco y me arrojaba, me lanzaba hacia la izquierda, hacia la derecha, por el lado en el que él se arrojaba. Mi padre me ayudó mucho. Nunca me presionó. Nadie dijo ‘deberías ser portero’; sin embargo, decidí que, probablemente debido a mi padre, quería hacerme arquero como él”.

El precoz ascenso de Oblak a la cima del fútbol habría sido vertiginoso, si no fuera tan sensato. En 2009, se convirtió en el primer guardameta del Olimpija Ljubljana de la segunda división eslovena. Después de su primera temporada completa con dicho club, fue fichado por el Benfica, gigantes de la Primeira Liga portuguesa. “Empecé rápido”, comenta a ESPN. “Jugué con el primer equipo a los 16 años… Cuando dejé mi país, estaba un millón por ciento seguro de que sería así. Un día estaría con un club grande, jugando en grandes competiciones, disputando grandes partidos contra los jugadores más importantes del mundo”.

Oblak ya era el ‘1’ indiscutible del Benfica a la edad de 20 años. Seis meses después, fichó por el Atlético en una transacción valorada en €16 millones, cifra récord para un portero. A pesar de que se esperaba que Oblak reemplazara a Thibaut Courtois, recuperado por el Chelsea tras una cesión de tres años; el veterano Miguel Ángel Moya fue quien recibió en un inicio el llamado del técnico Diego “Cholo” Simeone al inicio de la campaña 2014-15. A Oblak no le ayudó un desastroso debut en Champions League contra el Olimpiakos, en el que toleró tres goles producto de cuatro tiros a puerta, sin jugar en Europa ni LaLiga en los seis meses posteriores. Luego de semejante retroceso, Oblak bajó la cabeza y esperó pacientemente por una oportunidad.

“No basta el talento para jugar con un club grande”, expresa el portero colchonero. “He trabajado toda mi vida, desde que era niño, siempre me quedaba después de los entrenamientos para asistir a otra (sesión de) entrenamiento con los chicos mayores… Sé que hay muchas cosas que puedo hacer mucho mejor. Esta es una historia sin fin, siempre se puede mejorar, siempre se puede ser mejor. Creo que todos los profesionales piensan así”.

Finalmente, Oblak participó en su primer encuentro en LaLiga en marzo de 2015 y desde entonces ha sido la primera opción indiscutible del “Cholo” Simeone. Las estadísticas sumadas por él en la temporada siguiente son deslumbrantes: 38 partidos de liga jugados, 18 goles concedidos.

Desde entonces, ha demostrado que su actuación en el torneo 2015-16 no fue una excepción. Al convertirse en el portero más fiable del fútbol español, ha ganado el trofeo Zamora (otorgado al ‘1’ con menor promedio de goles por partido) en cinco ocasiones, igualando el récord del palmarés: todos los años entre 2016 y 2019, volviendo a imponerse en 2021.

Oblak ha experimentado malos momentos, incluyendo su derrota en la final de Champions de 2016 ante Real Madrid, en la que falló al intentar atajar un penal en la tanda decisiva. Pero han sido más los grandes momentos. Por ejemplo, su triple atajada contra Bayer Leverkusen en marzo de 2017, rechazando el primer disparo para después lanzarse hacia la izquierda y luego a la derecha, siendo la demostración más concisa de la grandeza de un guardameta en la reciente historia de la competición.

Sin embargo, el reconocimiento internacional de Oblak se ha tardado en igualar su reputación en España. No siempre ha sido fácil destacarse dentro de la que parece ser una era de oro de la portería, siendo los ejemplos más evidentes Alisson y Ederson en la Premier League, Courtois y Marc-Andre ter Stegen en LaLiga, Manuel Neuer en la Bundesliga y Gianluigi Donnarumma, primero en Serie A y después en la Ligue 1 de Francia.

“Creo que en los últimos años (la gente) ve que el portero es más importante que antes”, comentó Oblak a ESPN. “Creo que realmente reconocen que todos los equipos, si quieren tener buenos resultados, necesitan tener un gran portero. Y siempre están buscando más cosas, debes jugar con los pies, debes armar jugadas… creo que es algo realmente interesante. Seguro que, en los próximos años, los porteros van a mejorar”.

Oblak es el arquero con más apariciones en la historia del Atlético de Madrid; aunque su contrato tiene previsto vencer en 2023. En los últimos dos veranos, el club ha temido que un gigante de la Premier League se sienta tentado a pagar su cláusula de rescisión, valorada en €120 millones.

Entonces, ¿qué le deparará el futuro? Es evidente una cosa: con 28 años, sigue siendo relativamente joven para la vida de un portero. Por ende, se ríe para descartar la sugerencia de que este año representa un punto máximo dentro de su carrera.

“La temporada pasada fue grandiosa, (ganar el título de LaLiga) fue asombroso, pero sé que todo el tiempo debo jugar así”, afirma. “Creo que, en temporadas previas, no fui mucho peor que en la pasada campaña. Pero ganamos el título y eso es sumamente importante, especialmente para los premios individuales. Como dije, es una historia interminable. Espero que este solo sea el inicio. Este es apenas el inicio de algo grande, de algo grandioso”.

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