La victoria del Barça tuvo a dos nombres propios indiscutibles. Para mal Lewandowski, en una noche para olvidar en que fue expulsado, y para bien Frenkie de Jong, innegociable protagonista, con un excelente juego primero como volante, después como central de urgencia y finalmente como asistente de lujo para sentenciar la remontada.
Lewandowski sufrió su primera expulsión desde que juega en el Barcelona... Y la segunda de toda su carrera, al cabo de casi diez años desde que viera la cartulina roja durante un partido entre el Borussia Dortmund y el Hamburgo el nueve de febrero de 2013. Dos rojas después de 901 partidos contando los 134 con su selección.
El delantero polaco, que fue amonestado en la primera falta que cometió sobre Nacho Vidal, en apariencia menos grave, a los diez minutos, vio la segunda tarjeta amarilla a la media hora de partido, tras golpear en un salto con el brazo a David García. La expulsión, que provocará que no pueda jugar el siguiente partido liguero frente al Espanyol tras la disputa del Mundial, afectó a un Barça que completó una primera mitad muy discreta, rematando apenas una vez a puerta y con un juego muy descordinado ante la presión local.
No fue, de todas maneras, una noche especialmente afortunada de Lewandowski hasta su expulsión. Se quejó de un codazo que no apreció el árbitro y no pudo rematar, durante esa primera media hora, a puerta cerrando su primer tramo de la temporada como jugador azulgrana con una estadística, a pesar de todo, excepcional: 18 goles en 18 partidos.
DE JONG
Comenzó como volante, multiplicándose ante las pérdidas de Busquets, buscando sacar el balón hacia adelante con criterio y manteniendo al equipo en sus peores momentos. Excelente en la llegada desde la segunda línea, la marcha de Christensen provocó que se situase de central de urgencia, manteniendo un gran nivel... Y cerrando la noche con una asistencia magnífica a Raphinha, al que vio desmarcarse y entrar en el área por sorpresa.
PEDRI
El canario despertó a tiempo al Barça, apenas comenzar la segunda mitad, rematando de forma impecable un balón que, centrado por Jordi Alba, parecía perderse sin más peligro en el área local. Si le costó, víctima de un marcaje muy fuerte, hacerse ver en la primera mitad, en la segunda no solo mantuco el tipo sino, más aún, se convirtió en protagonista destacado junto a De Jong. Perfecto en la conducción, en la pausa y la combinación, cerró con nota el partido.