Fútbol Americano
Jordi Blanco | ESPN Digital 4y

A 13 años de la crisis de España que pudo cambiarlo todo

BARCELONA -- España tiene la posibilidad de concretar su clasificación matemática para la fase final de la Eurocopa de 2020 el próximo martes en Solna. Allí, ante Suecia, jugará, se supone, Sergio Ramos, el último superviviente de un partido que se disputó hace trece años en el mismo escenario, el 7 de octubre de 2006, y que estuvo cerca, muy cerca, de cambiar la historia de la selección española.

Campeona de Europa en 2008, España comenzó un camino que la catapultó al primer plano mundial sobreviviendo a una crisis que estuvo a punto de llevárselo todo por delante en aquel mes de octubre 2006, hace trece años, cuando el entonces seleccionador Luis Aragonés sobrevivió casi de casualidad al frente de un equipo al que él mismo bautizó como ‘La Roja’.

Entre Belfast y Manchester la España futbolística vivió cinco meses (de septiembre de 2006 a febrero de 2007) al borde del desastre, con la ‘expulsión’ de Raúl de la selección, una exigencia casi unánime del cese del seleccionador y un equipo que sobrevivió in extremis... Para acabar besando la gloria en el verano de 2008.

Aparcando la legendaria furia y entregándose al fútbol de toque, Aragonés se hizo cargo del equipo nacional tras el fiasco que supuso la Eurocopa de 2004, sustituyendo a Iñaki Sáez y logrando la clasificación para el Mundial de 2006 tras una repesca en la que doblegó sin problemas a Eslovaquia después de la decepción que supuso verse superada en la fase de clasificación por Serbia. En Alemania, la Roja superó la fase de grupos con un pleno de victorias. Y fue sepultada en los octavos de final por la Francia de Zidane (a la postre subcampeona) para entrar en un bucle de polémicas y críticas que desembocaron en una crisis absoluta.

Tras un triste amistoso en Islandia (0-0) disputado en agosto, España comenzó la fase de clasificación para la Eurocopa de 2008 goleando sin brillantez (4-0) a Liechtenstein en Badajoz, disputando la segunda jornada en Belfast frente a Irlanda del Norte. La derrota por 3-2, el 6 de septiembre, abrió la caja de los truenos alrededor de la selección, que explotó en el siguiente partido, el 7 de octubre cuando cayó 2-0 en Suecia.

EL EFECTO RAÚL
Aragonés solventó tras la derrota en Irlanda del Norte dejar de contar con el intocable hasta entonces Raúl, quien coincidiendo con el décimo aniversario de su debut con el equipo nacional no fue convocado para el partido de Solna y provocó un encendido debate entre los medios y aficionados, alimentado por la derrota y que llegó a motivar que desde muchos ámbitos se exigiera el despido del seleccionador.

‘Luis se empeña en seguir pero nadie cree en él’, ‘España necesita mucho más que un cambio de técnico’, ‘El presidente Villar está obligado a mover ficha’, ‘Nadie quiere a Luis’ o ‘Solo Luis está animado’ fueron algunos de los titulares dedicados al entrenador al día siguiente de la derrota en Suecia, con palabras como ‘fracaso’, ‘vergüenza’ o ‘humillación’ que se mezclaron con toda suerte de análisis que daban por supuesta la necesidad de un ‘cambio inmediato’ en el banquillo y el ‘regreso urgente’ del 7 madridista al equipo nacional.

Ángel María Villar no solo solventó ratificar a Luis Aragonés en el cargo sino que públicamente le mostró su “apoyo incondicional” y expresó su “respeto absoluto” por sus decisiones técnicas, afeando a quienes convirtieron aquella crisis en una guerra entre el seleccionador y Raúl, cuyo nombre fue rotundamente aclamado por la afición de Murcia el 11 de octubre durante el amistoso que se venció por 1-0 a una Argentina en la que ya empezaba a sobresalir Leo Messi y la de Cádiz, un mes después, en la derrota (0-1) frente a Rumanía.

En aquella semana de octubre, se cumplen ahora trece años, fue cuando más cerca se sospechó el despido del entrenador, quien no comenzó a respirar hasta cuatro meses después, sufriendo en silencio una campaña en su contra de la que pocos pensaron pudiera sobrevivir.

SUPERVIVENCIA... Y ÉXITO
Aquel final de año, 2006, fue el momento más delicado tanto para el seleccionador como para el presidente de la federación. España estaba contra las cuerdas en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2008, la apuesta por el juego de toque personalizado por Xavi, Iniesta, Silva o Cesc no ofrecía los resultados esperados y se dio por hecho que Luis tenía una fecha de caducidad inmediata en el calendario: un amistoso en Inglaterra en febrero de 2007.

España venció (0-1) y convenció en Old Trafford. Marcó Iniesta pero, más allá de ese gol, el juego de la selección provocó encendidos elogios de la prensa europea que dio aire al proyecto de Luis Aragonés. A partir de entonces la Roja no volvió a perder, enlazando 13 victorias y 2 empates hasta la Eurocopa, incluyendo dos triunfos sonados en sendos amistosos contra Francia e Italia que convirtieron la crisis en esperanza.

Y de ahí... Al éxito. España conquistó el torneo disputado en 2008 imponiéndose en la final a Alemania (1-0 con gol de Fernando Torres), incluyendo a seis jugadores en el once ideal de la Eurocopa (Casillas, Puyol, Marchena, Xavi, Senna y Villa), siendo proclamado el centrocampista del Barcelona como mejor futbolista del campeonato y enterrando por siempre aquella crisis de 2006, hace ahora trece años, cuando el proyecto de Luis Aragonés estuvo a un paso de saltar por los aires.

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