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España pone a prueba sus alcances ante una Croacia impredecible

BARCELONA -- España envalentonada tras el aplastamiento con el que castigó a Eslovaquia y Croacia confiada después de cerrar con buen tono su pase junto a Inglaterra y por delante de la República Checa.

La Roja catapultada a la euforia, reconquistada la efectividad ante portería, y los ajedrezados entregados al liderazgo del eterno Modric... Y agobiados por la baja a última hora de Ivan Perisic, positivo por coronavirus y que dejará huérfano el ataque del equipo de Zlatko Dalic.

El duelo de este lunes en Copenhague significará la última revancha entre dos selecciones que en la última década se han visto las caras en partidos entre decisivos y claves, que tanto favorecieron a españoles como a croatas, hoy subcampeones del mundo... Aunque conscientes de sus limitaciones en un torneo que disputan con la misma ambición de siempre pero sin la presión que se le supone al combinado hispano.

Candidata pero no favorita, España acudió a la Eurocopa con el objetivo mínimo de alcanzar los cuartos de final contando con superar la fase de grupos en primer lugar, un reto que se le escapó por sus errores iniciales y un gol a última hora de Suecia que le apartó de un cruce que habría sido mucho más amable, sobre el papel, contra Ucrania, para llevarla a Copenhague y enfrentarla a una Croacia con las miras probablemente más modestas pero que se adivina convertirá este choque de octavos de final en una prueba mayúscula.

Un cruce, el de octavos, que se le atragantó a los españoles tanto en el último Mundial, eliminados en la tanda de penalties por Rusia, como en la anterior Eurocopa cuando en París cayeron contra Italia. De hecho no disfrutan de una eliminatoria de cuartos desde su último gran éxito en la Eurocopa de 2012, instalados desde entonces en una suerte de depresión de la que le quiere rescatar Luis Enrique.

No se esperan sorpresas en el once que presente el entrenador español, por más que Jordi Alba y Sergio Busquets, indiscutibles, están amenazados de sanción y no jugarían un teórico partido de cuartos de final si son amonestados, tal como les ocurre a Pau Torres y Rodri (que fueron suplentes contra Eslovaquia). Así, se entiende que la Roja repetiría la misma alineación frente a una rival que tiene en el binomio formado por Modric y Kovacic a su mayor argumento y que deberá buscar un sustituto de urgencia para Perisic.

España y Croacia encuentran sus caminos por tercera vez en la historia de la Eurocopa en el que será su primer duelo de eliminación directa pero con el sabor de la revancha en el escenario. Entre el gol de Jesús Navas, en el torneo de 2012, que eliminó a los croatas en la fase de grupos en la última y decisiva jornada y la derrota hispana en Zagreb en noviembre de 2018 por 3-2 que la dejó fuera de la final four de la Liga de las Naciones, fue acaso más sonado su duelo en Francia, que cerraba la fase de grupos de la Eurocopa de 2016 y significó el principio del fin para la España de Vicente del Bosque.

Allí compartieron con Turquía y la República Checa el grupo D de la primera fase y se enfrentaron en la última jornada. A España, líder tras vencer los dos primeros encuentros, le bastaba el empate para pasar como primera y ganaba hasta rozar el descanso gracias al gol de Morata... Pero los ajedrezados le dieron la vuelta al marcador, ganaron (2-1) con un gol en la recta final del mañana ausente Perisic y descabalgaron a la Roja del primer puesto final.

Aquella derrota condujo a España a cruzarse en octavos de final con Italia en París, donde la azzurra la venció por 2-0, provocando su eliminación y el adiós de Vicente del Bosque del banquillo.

Ahora, al cabo de cinco años y un día, en Copenhague, Luis Enrique tiene la misión de devolver un crédito del que tan necesitada está España en su ruta por recuperar las sensaciones de su pasado más brillante.