Fútbol Americano
EFE 8y

Previo del Grupo A: Francia, con la obligación de arrasar

FRANCIA, DINAMITA OFENSIVA, INQUIETUD DEFENSIVA

Francia afronta en su propio terreno una Eurocopa en la que los últimos resultados han desatado la euforia, soportada en la dinamita de un ataque encarnado en la figura de Antoine Griezmann, pero matizada en los últimos días por las dudas que suscita una defensa plagada de bajas.

El seleccionador, Didier Deschamps, el hombre que ha conseguido reconstituir un grupo que quedó descompuesto tras el Mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012, parece haber compensado mejor las ausencias ofensivas que las que, a última hora, le han surgido en la zaga.

Las bajas de Raphael Varane y Jérémy Mathieu en los últimos días, se suman a la de Mamadou Sakho, sospechoso de dopaje, lo que le dejan sin algunos de sus hombres más asiduos en la defensa y le obligan a improvisar.

Por si fuera poco, a última hora también se cayó de la convocatoria, por un problema en la rodilla, el veterano Lassana Diarra, un centrocampista de corte defensivo que el seleccionador repescó por su experiencia para equilibrar el equipo.

En ese contexto, Laurent Koscielny se perfila como el principal pilar defensivo y, las circunstancias deben asociarle al sevillista Adil Rami, convocado a última hora pese a que no era un asiduo de las listas de Deschamps.

Al igual que el jovencísimo Samuel Umtiti, que ha entrado en la convocatoria definitiva para afrontar los problemas en la defensa.

Los laterales serán para Bacary Sagna y para el veterano Patrice Evra, mientras que en la portería todo apunta a la presencia del meta del Tottenham Hugo Lloris, capitán del equipo.

Más fácil ha resultado para Deschamps compensar los problemas que le surgieron en ataque.

Karim Benzema, ausente tras estar imputado por complicidad en un intento de chantaje con un vídeo sexual a Mathieu Valbuena, y Frank Ribéry, que decidió acabar con su carrera internacional, han dejado al seleccionador sin dos de sus opciones con más experiencia en duelos internacionales de alto voltaje.

Dos bajas que en otra selección hubiera hecho mucha sangre pero que Deschamps ha gestionado apostando por la fuerza del grupo, su prioridad a la hora de conformar la lista.

El seleccionador no pareció incómodo con la imposición de prescindir de Benzema, que aceptó bajo el credo de que la paz interior es la prioridad, algo que también tuvo que ver en la ausencia de Ribéry.

Sin ellos, Francia pierde dos piezas de calidad, pero su ausencia hace resurgir a un grupo que, además, no está exento de estrellas.

Deschamps cuenta con Antoine Griezmann como principal estilete ofensivo, asentado en su buena temporada en el Atlético de Madrid y, sin Benzema, convertido en el principal referente en ataque.

Con una personalidad totalmente diferente de la del madridista, el rojiblanco se ha ganado, además, el favor de la grada, que ha olvidado ya sus desmanes juveniles, que le valieron una sanción federativa tras haber abandonado una concentración de los sub-20.

Pese a que solo tiene 25 años, Griezmann pone rostro a la nueva selección francesa, en la que también destaca al juventino Paul Pogba, otro de los hombres llamados a impulsar a Francia hasta lo más alto.

El centrocampista de la Juve es el principal elemento de un medio del campo en el que también destaca el parisiense Blaise Matuidi.

Junto a Griezmann, Deschamps puede combinar a hombres de movilidad, como el jugador del Manchester United Antoni Martial, junto a "9" más puros como el estilete del Arsenal Olivier Giroud o el de los Tigres mexicanos André-Pierre Gignac.

RUMANÍA, SIN BRILLO Y SIN ESTRELLAS, BUSCARÁ LOS 8VOS. CON DISCIPLINA TÁCTICA

Con un juego sin brío y sin jugadores estrella, Rumanía explotará su virtud de equipo homogéneo y disciplinado a nivel táctico en la Eurocopa de Francia, donde debutará el próximo 10 de junio en el partido de inauguración contra el país anfitrión.

Imbatible desde marzo de 2014, la selección rumana terminó la fase de clasificación con buenas estadísticas: tan sólo dos goles encajados en diez encuentros, demostrando así la solidez de su defensa, liderada por el central Vlad Chiriches, del Nápoles, y el lateral Razvan Rat, del Rayo Vallecano.

Tras ocho años de ausencia en competiciones internacionales, Rumanía buscará su pase a octavos de final con las esperanza puesta en el juego de ataque del delantero del Córdoba Florin Andone y del centrocampista del Steaua Bucarest Nicolae Stanciu dos jóvenes promesas del fútbol rumano, que ya han mostrado señales de calidad.

Ambos atacantes demostraron su gran ambición de ganar al poner en aprietos al guardameta español Iker Casillas, quien se tuvo que esmerar para dejar el marcador a cero en el amistoso que las dos selecciones disputaron el pasado 27 de marzo en la ciudad rumana de Cluj-Napoca, que terminó en empate.

El seleccionador rumano, Anghel Iordanescu, conocido como el "General" por el puesto militar que ostenta, es una verdadera institución en el país, ya que es considerado como uno de los mejores jugadores y entrenadores rumanos de la historia.

A sus 66 años, la exestrella goleadora del Steaua Bucarest, que dirige el combinado nacional por tercera vez, ha afirmado que desea superar los cuartos de final que Rumanía alcanzó en la Eurocopa de 2000, en los que fue derrotada por Italia, su mejor clasificación de los cuatros torneos continentales disputados.

Para ello, Iordanescu ha optado por una táctica ultradefensiva ante la evidente falta de rapidez y precisión con las que sus discípulos mueven la pelota, lo que se traduce en un escaso goleador: sólo 11 tantos marcados durante la fase de clasificación, el segundo peor equipo después de Albania, su rival más flojo en el grupo A.

"Tenemos un juego muy disciplinado. Todos los jugadores saben qué tienen que hacer. Respetamos la táctica que preparamos durante los entrenamientos", declaró recientemente Viorel Moldovan, segundo entrenador de la selección.

A priori, Rumanía lidiará contra una dura y rígida Suiza para lograr la hazaña de obtener el billete a la siguiente eliminatoria, ya que la lógica hace pensar que debería caer ante la potente Francia e imponerse a la novata Albania, cuyos jugadores militan todos en ligas extranjeras.

Sin duda alguna, regresar a la época dorada del fútbol rumano, que protagonizaron Gica Hagi y Gica Popescu en la década de 1980 y 1990, forma parte del plan lanzado por la federación rumana de fútbol, como así contó hace poco a Efe su presidente, Razvan Burleanu.

Su objetivo pasa por impulsar este deporte rey entre los jóvenes, reclutando a jugadores que están destacando en clubes extranjeros, para intentar mejorar el rendimiento en futuras competiciones internacionales.

SUIZA, UNA ESPERA TENSA Y ESPERANZADORA

Suiza afronta con incertidumbre la próxima edición de la Eurocopa. La sensación, siempre incómoda, no llega tanto por el papel que pueda hacer el combinado en la cita sino por el futuro que debe afrontar cuando todo acabe.

La admisión como miembro de Kosovo por parte de la UEFA y de la FIFA supone una amenaza especialmente peligrosa para el combinado helvético y el albanés, ambos encuadrados en el grupo A junto a Francia y Rumanía.

Si bien se espera que la diáspora no sea grande, lo cierto es que de la noche a la mañana el país podría perder algunos de sus referentes. Nombres como Shaqiri, Behrami o Xhaka estarán en condiciones de decidir qué camiseta defender. Esa situación refleja la realidad del equipo, unido bajo el mismo himno pero con un ADN multicultural.

Dadas las circunstancias el torneo puede ser una oportunidad única, quizás la última, para que se vean los frutos del gran trabajo que se ha hecho en la zona con el fútbol de base a lo largo de los años precedentes.

El motivo es que al fin coinciden, en su madurez futbolística, dos generaciones consecutivas muy interesantes. Una, la que conquistó el Mundial sub-17 en 2009. La otra, esa que fue finalista ante España en el Europeo sub-21 del 2011.

En dicha franja se encuentran nombres que van desde el guardameta Sommer hasta el lateral Ricardo Rodríguez pasando por gran parte de aquellos que podrían acabar jugando para Kosovo. Una amalgama muy atractiva que completan quienes aparecieron antes como Lichtsteiner y los que vienen por detrás, entre los que destaca el punta de diecinueve años Breel Embolo. En su caso habrá que esperar hasta última hora para saber si se recupera con garantías de los problemas físicos que arrastra.

En el plano de las ausencias, quizás la del delantero Josip Drmic por lesión sea la más sensible de todas ellas. Además destaca la del centrocampista Gökhan Inler y en menor medida las de Timm Klose o Valentin Stocker. Ninguno de ellos ha pasado el corte y se quedan fuera de la lista del seleccionador Vladimir Petkovic.

Estos tres últimos y otros muchos han pasado antes o después por el Basilea, club cuya aportación ayuda a entender la realidad nacional presente. Su buen trabajo de cantera y su atrevimiento para dar minutos de calidad a los jóvenes garantiza unos primeros pasos de relevancia en los futbolistas antes de dar el salto a las grandes ligas. La recompensa por ello ha sido ganar cierto respeto como entidad en el viejo continente y buenas sumas de dinero en traspasos.

Sin embargo, en lo que a la selección se refiere, hasta el momento todo ha sido más ruido que nueces. Con un papel discreto en la Eurocopa donde fueron anfitriones junto a Austria (2008) y su ausencia en el mismo torneo cuatro años después, solo el último Mundial de Brasil puede dar esperanzas.

En aquella ocasión Suiza pasó no sin apuros la fase de grupos pero fue capaz de poner en aprietos a Argentina, que en su camino a la final tuvo que eliminarles en octavos con un tanto de Di María cuando la prórroga agonizaba.

Por todo ello el panorama es impredecible. Tras firmar una fase de clasificación cómoda a la sombra de Inglaterra llegan como tapados, esperando que al fin sus elementos clave exploten en conjunto. Si algo así sucede, puede ser la gran sorpresa.

ALBANIA MODESTA DE DE BIASI, ORGULLO E HISTORIA

La modesta selección albanesa de fútbol competirá por primera vez en una Eurocopa, un acontecimiento histórico que ha enorgullecido a toda esta nación balcánica, de las más pobres de Europa.

La clasificación de Albania fue una auténtica sorpresa en la fase eliminatoria al conseguir posicionarse segunda en el grupo I, por detrás de Portugal, dejando a equipos más potentes como Dinamarca y Serbia sin billete para Francia 2016.

De hecho por hacer realidad este sueño incumplido durante los 85 años de historia oficial del fútbol albanés, el presidente del país, Bujar Nishani, condecoró a la selección con la medalla "Honor de la Nación".

Este éxito del fútbol nacional tiene un nombre detrás: el del entrenador italiano Gianni De Biasi, cuyo papel con una de las 'cenicientas' de Europa le llegó a poner entre los candidatos a dirigir a la selección italiana.

De Biasi, de 59 años, se ha convertido en una figura muy popular no solo entre la afición a este deporte, sino para toda la población albanesa, y desde marzo de 2015 tiene pasaporte del país.

Apodado en albanés 'Gani', exjugador de Palermo y Brescia y extécnico entre otros equipos del Levante, la clave de su éxito estuvo en haber sabido superar el tradicional individualismo balcánico y así crear un combinado compacto y sólido basado en el juego colectivo y de equipo.

De hecho Albania es una escuadra sin estrellas y su mejor jugador, el defensa Elseid Hysaj (Nápoles) tiene un valor de mercado de unos diez millones de euros.

Para configurar el mejor combinado De Biasi, dado el bajo nivel del campeonato nacional, reclutó futbolistas que juegan en otras ligas europeas como la alemana, suiza, turca, croata o italiana.

Algunos son hijos de emigrantes albaneses, y otros tienen origen albano-kosovar, muchos de ellos ni siquiera dominan el idioma albanés.

El juego de la selección de Albania se basa en una fuerte defensa y centro del campo, clara influencia del modelo italiano.

La participación en un torneo de primer nivel internacional ya es considerado un éxito, por lo que pasar de la fase de grupos, lo que sería una sorpresa, no quita el sueño a los jugadores.

La formación rojinegra jugará en el grupo A con la anfitriona Francia, además de Suiza y Rumanía.

Para sacar máximos resultados en Francia, De Biasi ha confiado en el mismo bloque que consiguió la clasificación, es decir, una combinación de futbolistas experimentados y talentos jóvenes.

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