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Claves del triunfo alemán sobre Irlanda del Norte

Alemania necesitó poco para vencer a Irlanda del Norte y avanzar a la ronda de octavos de final como primer lugar del Grupo C; la superioridad del campeón del mundo ante una de las 'Cenicientas' fue evidente desde el primer instante, que si no acabó goleando, fue gracias a una magnífica actuación de su portero.

Mario Gomez es el antídoto a la falta de gol

Al margen de la nula vocación ofensiva del rival y la enorme diferencia entre la calidad y experiencia entre ambos planteles, surtieron efectos los cambios de Joachim Löw para hacer de la Mannschaft un equipo más peligroso al ataque. Y no necesito mover demasiadas fichas; envió a Mario Gomez y Joshua Kimmich, un centro delantero puro y un hombre de banda con mayor profundidad, en lugar de Höwedes y Draxler, un defensa más estático y un extremo. Esto ocasionó que Göetze, que había jugado de falso ‘9’ sin lograr postularse como referente al ataque, cayera en banda. El equipo fue más dinámico, agresivo, pero sobre todo, productivo. Alemania se hartó de crear ocasiones. Registraron 26 disparos, nueve de ellos a portería y una impresionante cantidad de intentos de centrar al área, 32 (más que cualquier equipo en lo que va del a competición). Mario Gomez fue particularmente incisivo; con cuatro disparos a portería y tres ocasiones de gol. Preocupa, sin embargo, que a los germanos les cueste un mundo anotar y si bien esta vez tuvieron un atenuante por la gran actuación del arquero Michael McGovern, no pasa por alto que Thomas Müller fallara cuatro oportunidades claras o que Mario Götze dispusiera de apenas tres ocasiones de gol.

Kroos y Özil derribaron el muro defensivo a base de precisión

Sorprende aún más que Alemania sólo haya marcado un tanto después de ejercer un domino absoluto de la cancha. De nuevo, hay que tener en cuenta las limitaciones del rival, que ha navegado durante todo el torneo defendiendo con nueve, pero esta vez les costó mucho más trabajo robar un balón e hilvanar alguna jugada después. Una y otra vez la selección alemana salía jugando desde la portería y casi peloteando avanzaba hasta el borde del área de McGovernn con toda tranquilidad (sobre todo en el segundo tiempo, tras del ingreso de Schweisteiger). Además de verse incapaces de robar en la media, lo que mató a los norirlandeses fueron los pases filtrados entre la segunda línea, donde Kroos y Özil fueron amos y señores, y la delantera. Los de Löw tuvieron el 71 por ciento de la posesión y nuevamente hicieron gala de su gran precisión al pase. Toni Kroos sumó otros 119 pases acertados -- dos más del total registrado por el cuadro norirlandés entero - mientras Özil, que hoy se ha lucido, falló solo uno de los 69 que intentó. En total, Alemania registró 652 pases completos con un 92 por ciento de acierto.

Irlanda del Norte compitió hasta el final gracias al arquero

Dadas las enormes diferencias entre un plantel y otro, Irlanda del Norte mantuvo el plan de acción con el que ha navegado durante todo el torneo, el repliegue con cuatro defensas, cinco medios y un hombre en punta en espera de una oportunidad de contraatacar. El muro los mantuvo relativamente a salvo durante algunos tramos del partido; los centrales Craig Cathcart y Gareth McAuley trabajaron a destajo para despejar los intentos lejanos de Alemania, que probó todo para aumentar su ventaja, pero si a alguien le deben haber terminado con una remota esperanza de acabar entre los cuatro mejores terceros fue al arquero Michael McGovern. Más allá de los fallos en los disparos de Müller o Mesut Özil, Alemania probó suerte de cara a gol en casi una decena de ocasiones -- algo que sólo Portugal había hecho hasta el momento -- pero el portero impidió una goleada con ocho atajadas en total.