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TOULOUSE -- No había muchas caras largas entre los húngaros tras la aplastante derrota por 0-4 a manos de Bélgica. De hecho después de que los belgas ya se habían dirigido al vestidor, los jugadores de Hungría se quedaron para saludar a los simpatizantes que se acercaron hasta Toulouse. Los jugadores se agarraron de la mano, hamacándose para arriba y para abajo ante el grito incesante de sus fanáticos, que no se habían movido de sus asientos. “Disfrutamos cada segundo de la Eurocopa”, dijo el arquero Gábor Király. “Todo el país estaba con nosotros y el torneo fue positivo”. Fue una especie de agradecimiento de los hinchas, que de alguna manera recibieron más de lo que esperaban de su selección, que llegó a octavos de final tras haber ganado el Grupo F. “Dejamos todo en la cancha, estamos exhaustos”, continuó Király. “Simplemente nos enfrentamos a un gran conjunto de Bélgica, que creo tiene altas posibilidades de ganar la Eurocopa”. Había positivismo en el ambiente a pesar de la derrota. “Esto nos da confianza para encarar la etapa clasificatoria al Mundial”, admitió el técnico Bernd Storck. “Estamos muy optimista”. Hungría tuvo sus posibilidades, sobre en el complemento, pero no las pudo capitalizar. “Fue un partido similar al de Portugal, con la salvedad que esta vez no concretamos”, explicó el mediocampista húngaro Gergő Lovrencsics. “Tenemos que mantener nuestras cabezas en alto y mejorar nuestros errores”. Lejos está esta selección de estar en la crema de Europa, pero ciertamente está adelantado a la curva en comparación a una década atrás. Hungría tiene una rica historia futbolística, aunque hace tiempo que no es relevante. Más allá de la derrota, los húngaros se van confiados en que pronto participar de este tipo de torneos será la norma y no la excepción.
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