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Los problemas de los fichajes récord: Dinámica del plantel, debate sobre salarios y presiones de la directiva

Cuando tu club invierte una cuantiosa cantidad de dinero para fichar a un nuevo jugador, todo va bien... ¿cierto? Pues no. La historia está repleta de fracasos costosos e incluso, si logran arrancar con buen pie, hay numerosos factores para tomar en cuenta mientras se adaptan a su nuevo sitio de trabajo.

Entonces, ¿qué aspectos pueden verse impactados cuando un club tira de chequera y hace un fichaje récord? A continuación, ESPN cuenta detalladamente los problemas que tentativamente pueden surgir al contratar a una joven sensación del fútbol, a cambio de un pase por cifras considerables.

Dinámica del vestuario

Es probable que la plantilla actual reciba la noticia de un fichaje de alto perfil con sentimientos encontrados. Algunos podrían preocuparse de que un cuantioso pase venga con un ego de similar tamaño; por ende, el recién llegado debe mostrar la actitud correcta para que sea aceptado rápidamente dentro del camerino.

Si se trata de un jugador ya reconocido y con historial que sugiere que podría aportar ayuda inmediata, el ambiente será de expectativa positiva. A fin de cuentas, todos quieren ganar trofeos (junto con la ganancia añadida de los bonos personales que llegan con los éxitos). Sin embargo, si sus nuevos compañeros se ven obligados a hacer búsquedas exhaustivas en Google o YouTube para entender qué podría aportar este fichaje, es probable que la bienvenida no sea tan entusiasta.

Para quienes juegan en la misma posición, es comprensible que muestren mayores reservas, ya que podrían temer su caída en el orden jerárquico. Mientras algunos rivales directos podrían tirar la toalla como respuesta a la competencia añadida, otros aceptarían el reto y mejorarán su nivel en los entrenamientos. Desde el punto de vista del club, el último escenario podría generar una energía muy necesaria, junto con una dinámica positiva.

Impacto salarial

Actualmente, los precios de los traspasos se dan a conocer con mayor o menor exactitud, y las cifras aproximadas de los salarios ofrecidos a una novel figura no mantienen en secreto por mucho tiempo. A diferencia del deporte estadounidense donde todo se revela, la teoría del mundo del fútbol indica que las disposiciones de un contrato son conocidas únicamente por club y jugador. Sin embargo, algunas cláusulas del contrato (incluyendo salario, bonificaciones, hasta beneficios y complementos) pueden compartirse casualmente dentro del vestuario. Aunque los futbolistas de primer nivel raramente envidian el sueldo de un nuevo compañero, un fichaje récord suele marcar un nuevo hito para los niveles salariales del plantel.

Si el recién adquirido demuestra ser valioso para la causa del club desde el primer día, no habrá quejas. Por el contrario, no pasarán muchas semanas para que los agentes de los jugadores que previamente eran los mejor remunerados exijan aumentos a niveles similares si el flamante fichaje causa poca repercusión en la cancha. En el fútbol, los jugadores de mejor rendimiento por un periodo prolongado suelen conseguir formas de volver al tope de la escala salarial a pesar de todo.

Presiones de la junta directiva

Es lógico que un jugador que llega a cambio de un pase récord tenga mayor atención por parte de los dueños del club y la junta directiva. Mientras que la mayoría de los clubes más dispendiosos no necesariamente se preocupan por la depreciación del valor del pase de un futbolista, la mayoría de los propietarios siguen considerando sus fichajes dentro de un contexto de inversión. En el pasado, un club tenía que invertir cifras significativamente menores para hacerse con los servicios de los talentos mejor cotizados del fútbol mundial. Sin embargo, el cambio de filosofía entre los clubes más acaudalados, que ahora favorecen el fichaje de las figuras del mañana sobre nombres establecidos (que a menudo son inalcanzables a cualquier precio) ha disparado los montos de los traspasos a niveles sin precedentes.

Obviamente, el fichaje del potencial por encima de la experiencia conlleva un riesgo adicional y esto complica las cosas. Comprensiblemente, es probable que los responsables de las finanzas de los clubes no estén tan preparados para esperar éxitos futuros (lo que, en definitiva, es más fácil pronosticar que garantizar) como los ejecutivos conocedores del fútbol que reportan a la junta directiva. Dado que la mayor parte del debate sobre temas futbolísticos en categorías de mayores suele girar en torno al desempeño individual de los jugadores, quienes recomendaron el fichaje récord no tendrán que esperar mucho hasta ser cuestionados sobre sus avances (o la falta de ellos) por los impacientes miembros de la junta.

El DT es responsable

Uno se imagina que los directores técnicos estarían inequívocamente a favor de fortalecer la plantilla; sin embargo, un fichaje cuantioso podría fortalecer o acabar con el encargado de elegir el XI titular, al punto de definir su carrera futura.

Mientras existen entrenadores que disfrutan trabajando con talentos de primer nivel y grandes figuras, un fichaje de semejante categoría conlleva nuevos retos para otros en lo que respecta a la gestión personal de dichos talentos. Adicionalmente, hay mayor presión por parte de la junta directiva (por sutil que sea) para garantizar que el jugador se incorpore rápidamente al plantel.

Un técnico puede pasar varios años ganándose la confianza de su plantilla (frecuentemente gracias a una cuidadosa rotación de la alineación titular para mantenerlos contentos a todos) y eso es algo que no se quiere arriesgar. Si bien se puede concretar el fichaje un nuevo jugador en pocos días, se puede tardar varios meses en despachar futbolistas altamente remunerados y que ya no se requieren en la plantilla. Mientras estos sigan formando parte de la nómina del club, se sigue requiriendo el toque personal del técnico: nunca se sabe cuándo serán requeridos en la cancha. En tales circunstancias, tener que alinear un costoso fichaje debido a su precio podría generar más preocupaciones que puntos.

Carlo Ancelotti (Real Madrid) y Pep Guardiola (Manchester City) han trabajado con las figuras más destacadas del fútbol y tienen una reputación que no depende de si un jugador brilla o se hunde, independientemente del precio de su fichaje. Sin embargo, en caso de fracaso, es probable que se acuse a un entrenador de menor renombre de ser incapaz de manejar talentos de cierto calibre.

La realidad es que, si un gran fichaje termina siendo exitoso, no necesariamente será debido al trabajo de su director técnico (después de todo, es lo menos que se espera considerando los cuantiosos recursos económicos invertidos), pero si el jugador no satisface las expectativas, un entrenador inexperto corre el riesgo de verse obligado a asumir la responsabilidad.

Es probable que dicho jugador no haya sido la primera opción del técnico desde el inicio y que éste haya tenido otros objetivos en mente, basándose en necesidades inmediatas y no en potencial o valor futuro. No obstante, la tarea de lograr una adaptación sin inconvenientes recae en una sola persona: el director técnico.

Así que, aunque a primera vista la llegada de un fichaje cotizado pueda parecer un sueño, los vericuetos de la selección de la plantilla, la gestión personal y las políticas internas del club pueden convertirlo en una caminata sobre la cuerda floja.