Fútbol Americano
Artur Petrosyan 4y

¿Cómo lucha Bielorrusia contra el coronavirus? Vodka primero y fútbol después

El fútbol de Bielorrusia no ha logrado establecerse en el radar de los amantes más fervientes del balompié a nivel mundial con el pasar de los años. Bielorrusia se ubica en el puesto 32 del ranking que clasifica a las 56 federaciones miembros de la UEFA, justo entre Liechtenstein e Israel; mientras que su selección nacional (dueña del sitial 87, entre Haití y Zambia, dentro de la Clasificación Mundial FIFA) nunca ha sellado su pase a torneos importantes. (Su mejor actuación: el tercer lugar de su grupo de eliminatorias mundialistas, a dos puntos de avanzar a los playoffs ... en 2002).

Sin embargo, los bielorrusos logran figurar en la agenda noticiosa internacional de vez en cuando, aunque por razones muy distintas a la acción en la cancha. Por ejemplo, tenemos lo ocurrido en 2012, cuando el Liverpool de Brendan Rodgers viajó para jugar un partido de Europa League contra el FC Gómel y se le advirtió a jugadores, cuerpo técnico e hinchas que viajaron para alentar a los Reds de abstenerse de consumir agua del grifo, ya que la ciudad de Gómel se ubica a 70 millas al norte de Chernóbil y aún podrían generarse consecuencias de ciertas situaciones. O en 2018, cuando Diego Armando Maradona desfiló dentro de un imponente vehículo militar dentro del estadio, antes de revelarse su designación como nuevo presidente del Dinamo Brest.

Por estos días, Bielorrusia ocupa un puesto central en la atención internacional, despertando el interés de cualquier seguidor del fútbol a nivel global. La razón es simple: es el único país del continente europeo que sigue jugando al fútbol en medio de la crisis del coronavirus. ¿Por qué? Esto se debe a que Aleksandr Lukashenko, presidente de esa nación y un hombre que frecuentemente recibe el calificativo de "último dictador de Europa" así lo ordenó. (Las otras ligas que aún se mantienen en actividad, por los momentos, se encuentran en Turkmenistán, Burundi y Myanmar).

"[El coronavirus] es simplemente otra sicosis, que beneficiará a algunas personas y hará daño a otras", expresó Lukashenko la semana pasada. "El mundo civilizado se está volviendo loco. Cerrar las fronteras entre países es una estupidez absoluta. El pánico nos puede hacer más daño que el propio virus".

Adicionalmente, Lukashenko sugirió que, en vez de entrar en pánico "como lo hicieron en Europa Occidental", cada persona debería ingerir entre 40 y 50 gramos de vodka al día, acudir a un banya (una sauna rusa) dos o tres veces a la semana y seguir trabajando en las granjas porque "el trabajo duro y un tractor pueden curarlo todo".

No puede haber muchas dudas que, en un país donde sus habitantes siguen las instrucciones de su presidente al pie de la letra (no tienen otra opción), la vida prosiguió normalmente y se inauguró la temporada 2020 de la Premier League Bielorrusa el pasado jueves, tal como estaba previsto, siendo el partido más destacado de la fecha la victoria 3-1 del Energetik-BGU sobre el BATE Borisov.

"Por un lado, como es obvio, todos mantenemos precaución, viendo lo que sucede en el mundo", expresó a ESPN Vitaly Zhukovsky, director técnico del FC Isloch. "Por el otro, en nuestro país de 10 millones de habitantes, durante todo este periodo, solo hemos tenido 86 infectados sin una sola fatalidad. Hay que estar de acuerdo con que estas cifras son bastante impresionantes y no se pueden comparar con lo sucedido en otros países".

"Confío en nuestro sistema sanitario", indicó Valery Isaev a ESPN. Isaev es uno de los agentes futbolísticos más importantes de ese país. "Confío en él, mucho más que en los sistemas de países vecinos, incluyendo Rusia y Ucrania. Por supuesto que me preocupan mi familia, mis jugadores [tengo 15 representados jugando en la Premier League Bielorrusa] y sus familiares, pero se nos ha asegurado que no existe una situación crítica ni un estado de emergencia en Bielorrusia y confío en esa información".

Sin embargo, entre los futbolistas se percibe una actitud algo distinta a la mostrada por el representante.

"No existe pánico dentro del equipo, pero seguramente todos escuchamos y vemos lo que sucede en el mundo y eso afecta nuestras mentes", indicó Sandro Tsveiba, volante del Isloch e hijo de la ex estrella de la selección de la Unión Soviética Akhrik Tsveiba, el único futbolista que ha vestido la camiseta de cuatro selecciones nacionales distintas (URSS, Comunidad de Estados Independientes, Ucrania y Rusia). "No han cambiado muchas cosas sobre la cancha; pero ya no estrechamos manos, solo chocamos puños. Ah, además tosemos y estornudamos en el vestuario, por diversión".

"De hecho, es una sensación agradable [saber] que todo el mundo está viendo", afirma Tsveiba. "Todos nos podemos beneficiar de ello, no solamente los futbolistas, sino el fútbol bielorruso en su totalidad. Me alegra poder jugar, mientras que la mayoría de mis colegas alrededor del mundo están matando el tiempo, sentados en sus hogares. Pero reitero que nuestra salud y la salud de nuestros familiares sigue estando por encima de todo".

"Lo gracioso de todo esto es que los hinchas bielorrusos han comenzado a ver nuestro fútbol", expresó a ESPN Yuri Dovnar, uno de los principales periodistas deportivos de su país y jefe del periódico Pressball. "Obviamente, todos veían la Premier League inglesa o La Liga española, algo que puedes hacer gratuitamente en Bielorrusia, y no le prestaban mucha atención al balompié local, particularmente cuando chocaban los horarios. Ahora, todo ha cambiado y ciertamente, nuestro fútbol se beneficia por ello".

Según indicó el DT del FC Ruh Andrey Ferapontov en conversación con la web sports.kz, esta situación es producto de una batalla política entre Bielorrusia como nación y la totalidad de sus pares europeos, incluyendo la UEFA.

"Existen muchas razones [por las cuales no se ha suspendido la liga bielorrusa] y una de las principales es la voluntad política de nuestros líderes. Nuestra liga ha comenzado a ser transmitida por muchos canales deportivos de televisión en países vecinos y eso les da una excusa para seguir celebrando partidos. El torneo atrae una atención cada vez mayor, las casas de apuestas están felices y en general, esta situación le da popularidad al fútbol bielorruso".

"Sigo creyendo que existe la posibilidad de una eventual suspensión de la liga bielorrusa. La Federación de Fútbol y el Ministerio de Deportes siguen resistiendo mucha presión por parte de la UEFA y las Federaciones futbolísticas de otros países y eso podría ser vital".

A pesar de todo, persiste la firme creencia de que todo seguirá igual y que no se producirán daños mayores.

"Tienes que entender cuán estrictas son las cosas aquí", prosiguió Dovnar. "La semana pasada, mi colega recibió una llamada telefónica en su oficina. Era la policía. Aparentemente, el compañero de clases de su hijo acababa de volver del extranjero y debía permanecer en cuarentena; en consecuencia, todas y cada una de las personas que tuvieron contacto con el jovencito en la escuela y los que tuvieron contacto con aquellos que interactuaron con él tenían que acudir al hospital para hacerse las respectivas pruebas. 'Ahora no puedo, voy al estadio', respondió mi colega. 'O viene por sus propios medios o tendrá que venir esposado', esa fue la respuesta que le dieron".

"Deseo creer que esa actitud es positiva en este caso. De hecho, nuestro departamento médico es uno de los mejores, contamos con la mejor cifra de camas hospitalarias per cápita en Europa y la calidad de nuestra sanidad es sumamente alta. Por eso, solo podemos esperar que Bielorrusia no sólo siga viviendo dentro de la normalidad, sino que logre mantenerse como el único país europeo [relativamente ileso]", concluyó Dovnar.

Mientras tanto, la Premier League Bielorrusa se prepara para la acción de este fin de semana, que comenzará este viernes con los choques entre Torpedo-Belaz Zhodino vs. Belshina y Ruh Brest vs. Energetik-BGU, seguidos por el "Derbi de Minsk" (FK vs. Dínamo) a disputarse en horas de la mañana del sábado.

^ Al Inicio ^