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Matías Tatangelo: su adiós de Cobán, la relación con Bini y el fugaz paso por Malacateco

El argentino no se guarda nada en una charla exclusiva con ESPN

ALTA VERAPAZ -- Días después de oficializar su desvinculación de Cobán Imperial, el argentino Matías Tatangelo se toma un respiro y acepta charlar con ESPN Digital sobre su incursión como asistente técnico de su compatriota Sebastián Bini. No se guarda nada. También recuerda su paso por Deportivo Malacateco.

El Torneo Apertura 2021 ha sido una etapa especial en su carrera. Solo estuvo al frente de ‘los Toros’ en las primeras cinco fechas. Llegó a Cobán como asistente técnico con el objetivo de rescatar un barco que se hundía, pero las cosas no resultaron.

Pese a eso, Tatangelo, un técnico de 36 años, saca lo positivo. Asume sus errores y aprende para continuar. “Es un cúmulo de sensaciones. De cosas positivas y negativas. Ha estado muy movido el último tiempo para mí y para mi carrera. Trato de sacar lo positivo, de aprovechar todo al máximo para seguir creciendo”, acepta el estratega.

No pretende bajar los brazos, ni cambiar su filosofía. Al contrario, toma fuerza y ya analiza ofertas para volver al banquillo para el Clausura 2022. La charla:

¿Qué pasó en Cobán Imperial?

“La decisión de ir a Cobán Imperial fue una decisión impensada, en el sentido que no imaginaba que llegaría esa propuesta por parte de Sebas -Sebastián Bini-. Yo esperaba propuestas de la Primera División, porque no podía volver a dirigir en Liga Nacional durante la temporada. Uno siempre quiere estar vinculado al fútbol. Cobán es hermoso, una ciudad linda y un club que siempre pelea por cosas importantes. Además, los nombres en el plantel seducen a cualquier jugador”.

“Me sedujo la idea de sacar el equipo de la situación en la cual se encontraba y conseguir el objetivo de meternos dentro de los ocho. Lastimosamente no siempre los resultados se dan como uno quiere. Era una situación compleja, había muchas situaciones internas que, de a poco, se iban mejorando, pero los tiempos eran muy cortos. Tuvimos buenas situaciones de juego, pero cuando no empiezas de cero es difícil sostener”.

“Presenté mi renuncia como 15 o 20 días antes. No tiene nada que ver con algo que haya pasado con Sebas. Independientemente que fuéramos campeones, clasificáramos o no, yo me iba. Era mi primera experiencia como asistente. Obviamente nunca vas a estar en todo de acuerdo con el entrenador, pero hay que aceptar las ideas y respaldarlas. Hay que respetar al equipo. Mi idea es ser entrenador, tengo un equipo -de trabajo- con el que tengo que trabajar”.

¿Cómo fue la relación con Sebastián Bini?

Fue muy buena la relación con Sebastián, muy buena. No nos conocíamos mucho, tuvimos charlas vía redes sociales y una sola vez nos juntamos a cenar; compartimos muchas ideas a la hora de trabajar, de planificar. Hay veces que no estuvimos de acuerdo en algunas cuestiones y es lógico porque todos los entrenadores tenemos ideas distintas, obviamente mi labor como asistente era tratar de hacerle ver los pros y contras y después la decisión que tome apoyarla y así fue el trabajo”.

“La relación fue buena, a veces uno también tiene la ilusión de seguir creciendo, de seguir forjando la carrera de entrenador y creo que fue una aventura que tratamos de hacer ambos porque fue nueva para los dos. Es lógico que la prensa siempre necesite información y a veces cuando no la tiene, tenga que inventar o dibujar una información. A mí no me afecta en nada, no me ofende, no tengo problema en salir a aclarar si hubiese existido algún problema”.

¿Qué le pasó a Cobán, desde el punto de vista futbolístico?

“Tenía un nivel de jugadores con jerarquía para pelear arriba. El plantel se armó para eso, el profe Chapa hizo un gran trabajo, lastimosamente a veces los resultados no se dan. Todos nos imaginábamos a Cobán peleando en lo más alto y creo que a la interna también. Cuando entras a un bache, en donde cuesta salir, donde te esfuerzas al máximo y no salís, cada vez cuesta más”.

“Cuando llegamos a Cobán cambiamos un poco la mentalidad, la energía. Cuando llega un técnico se renueva todo. Hay que motivar y hacer unos retoques tácticos. El envión anímico nos hizo tener una racha positiva, pero después que no ganas vuelves a la falta de convicción, a las dudas. Cada técnico tiene su idea, su metodología, y cuando llegas en plena competencia es difícil. Lo pagamos caro. Pero, creo que no todo es desechable”.

¿Qué sucedió en Malacateco?

“De las propuestas, la de Malacateco me pareció la más seria, no por lo económico, porque había mejores, pero si porque habían mantenido un proceso con el anterior técnico y yo buscaba eso, un proceso a largo plazo. Esas eran las consignas de la directiva, querían alguien exigente y que apostara por los jóvenes. Les dije que con jóvenes los resultados no se dan de inmediato, pregunté si iba a tener ese respaldo y, bueno, a veces las palabras se las lleva el viento y uno peca de inocente, de inexperto”.

“Soy un entrenador exigente, vengo de una escuela italiana y argentina. Creo que el trabajo es la mayor esencia para lograr el éxito. Armamos un gran plantel con bajo presupuesto. Hicimos una de las mejores pretemporadas y eso se ve reflejado ahora. Lastimosamente, hay jugadores que, a veces, están acomodados, que están en su zona de confort y cuando vienes y cambias porque quieres llevarlos al profesionalismo, eso les molesta. Nos costó, no le voy a echar tierra a nadie, a mí me costó a adaptarme al club, a los jugadores”.

“Me dolió que no me dieran el tiempo. Yo planifiqué la pretemporada, elegí al 99% de los jugadores, pero no me dieron el tiempo necesario. Fui algo irritante para los directivos porque siempre pedía mejoras: un hotel digno, alimentación, indumentaria. Creo que se hizo un gran trabajo, a pesar que los resultados no nos acompañaron. Tuvimos un calendario difícil”.

“Cuando estas en un club resultadista es mejor dar un paso al costado. Yo me quedo con lo que le dije a cada jugador, lo que piense la directiva, lo que piense la gente no me importa. Yo sé que hoy veo a los jóvenes de Malacateco y están agradecidos con mi trabajo, quizá algunos no porque les molesta la exigencia o mi persona y está bien, no soy un resentido, no tengo ningún problema. Pero, que sepan que no voy a cambiar mi forma de trabajar”.