Los alcaldes de las ciudades de Liverpool y Mánchester pidieron que la semifinal de la FA Cup entre Liverpool y Manchester City cambie de sede, de Wembley a otro estadio, por la falta de trenes a Londres.
El partido se jugará el fin de semana del 16 al 17 de abril en el estadio de Wembley, pero, debido a unos trabajos de reforma, no habrá trenes de Mánchester y Liverpool a Londres del 15 al 18 de abril.
El alcalde de Mánchester, Andy Burnham, y el de Liverpool, Steve Rotheram, han pedido en una carta a la federación inglesa que se elija un estadio "más accesible para los aficionados" y que no implique tener que conducir, volar, complejos viajes en tren o sobrepagar alojamiento.
"Con la subida de los combustibles, está claro que los aficionados de ambos equipos tendrán que asumir grandes costes, además de que el impacto medioambiental será mayor. Durante los últimos dos años, hemos escuchado el eslogan "el fútbol no es nada sin los aficionados". Si la decisión es jugar en Wembley, esas palabras no tendrán ningún significado", dijeron los alcaldes en la carta.
"Creemos que la solución más obvia es mover el partido a un estadio más accesible".
Según explicaron los alcaldes en la carta, las obras de la red ferroviaria estaban programadas desde 2019 y que la FA era consciente de ello desde el pasado otoño y, pese a ello, colocaron el partido ese fin de semana.
Tradicionalmente, las semifinales y la final de la FA Cup se ha disputado a partido único en Wembley. La otra semifinal la jugarán dos equipos de la capital, Crystal Palace y Chelsea.