El Manchester City se llevó el premio y Erling Haaland, el mayor goleador del universo futbolístico, será Sky Blue durante, por lo menos, las próximas tres temporadas. El fenómeno noruego firmó un contrato de cinco años con una cláusula de salida a partir de 2025 (algo similar a lo que acordó en su momento con el Borussia Dortmund) sumándose de esta manera a un proyecto muy asentado y sin fisuras, dirigido por un entrenador, Pep Guardiola, cuyo ascendente en el City es incuestionable y en el que el músculo económico va en paralelo al poder deportivo.
En la decisión de Haaland, quien no escatimó elogios para su nuevo entrenador al hacerse oficial su fichaje, puede aceptarse un componente sentimental, también, por haber elegido la propuesta del Manchester City. La realidad es que, definida su marcha de Dortmund, no había demasiados clubs que pudieran incorporarle.
Quisieron los dos grandes de España, más el Barça que el Real Madrdrid que acabó quedándose sin Mbappé, seguramente pensó en él el Bayern Munich, le sondeó el PSG y es más que probable que ManUnited, Chelsea y Liverpool movieran también ficha, pero entre todos ellos el City tenía ventaja.
La ventaja sentimental y económica pero por encima de todo la deportiva. Haaland será cabeza de cartel de un proyecto tan solvente (cuatro títulos de Premier en cinco años) como atractivo y trabajará a las órdenes de un entrenador que hace tiempo aparcó su intransigencia táctica para, mucho más pragmático, saber adaptarse a sus futbolistas sin olvidarse de sus ideales.
Haaland jugará en el City en el que jugó su padre cuando él nació y su reto es convertirse en la estrella que ya fue en Molde, Salzburgo y Dortmund. El mejor goleador de la actualidad, el heredero de Cristiano Ronaldo, llega en el momento justo y al lugar oportuno.