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Este es el club más grande de la era Premier League

Ganas cinco de seis trofeos en tu liga local. Acumulas 198 puntos de 228 posibles. Triunfas contando con ventaja de 15 puntos en diciembre y cuando tienes a un Liverpool respirando en la nuca hasta el último partido.

Claro, ahora puedes preguntarte con argumentos: ¿es el Manchester City el equipo más grande de la era Premier League? La respuesta es "sí". A pesar de su falta de éxito en el ámbito de la Champions League, éste no constituye un asterisco a poner en contra de su récord local. Simplemente, se trata de otro objetivo a alcanzar, entendiendo que, en una competición por eliminatorias, cualquier cosa puede ocurrir, incluyendo caer eliminado por la regla de gol de visitante.

Dos de los cuatro equipos ingleses que se han convertido en campeones de Europa en la era Premier League, a saber, el Liverpool en 2005 y el Chelsea en 2012, terminaron en quinto y sexto puestos en esa temporada, respectivamente. Manchester United, ganador del "Gran Triplete" de 1999 se alzó con el título de liga, excepto que lo lograron sumando 79 unidades. La versión de 2008 también fue campeón de Liga y terminó con 87 puntos. Este City llegó a ese total faltándole cuatro encuentros por disputar.

Sin embargo, están los resultados y después se encuentra la estética. Y este Manchester City combina ambos como pocos clubes lo han hecho en la historia reciente. ¿Conocen bien el total de puntos; además del hecho que, en los últimos dos años, el City ha perdido la batalla del departamento de expectativa de gol (xG) en apenas cinco ocasiones y en dos de éstas, fue por margen menor a 0.05 xG?

Ciertamente, este equipo fue armado a un alto costo, pero lo más impresionante es la clase de gasto hecho, el progreso logrado después de su incorporación y el hecho que, de cierta forma, todas las piezas son reemplazables. ¿Cuántos jugadores en el actual equipo fueron adquiridos como súper estrellas listas para brillar?

Se puede argumentar que ese fue el caso de Sergio Agüero, aunque ocurrió en 2011. ¿Y Kevin De Bruyne? Claro que sí. Y probablemente esos sean todos. De hecho, el grado en el cual los jugadores han florecido dentro del club es, francamente, digno de todo mérito.

David Silva llegó proveniente del Valencia con 24 años, percibido como "buen" jugador, aunque provinciano. Raheem Sterling se incorporó al City como un joven prometedor, con una percepción común de que se trataba de un futbolista que era todo ostentación y cero sustancia. Fernandinho jugaba en Ucrania hasta que cumplió 28 años (y no disputó su primer partido hasta los 27). Aymeric Laporte fue un joven con expectativas exageradas y que fue desestimado por clubes de mayor renombre hasta cumplir 23 y aún no ha jugado su primer encuentro con la selección francesa. Kyle Walker tenía 27 años y si bien fue por breve tiempo el defensa más costoso de la historia del fútbol, provenía del Tottenham donde se hizo jugador regular a los 21. Ederson tenía una campaña en primera división en su haber con el Benfica (y una aparición con su selección nacional).

¿Bernardo Silva? Otro "buen jugador", no precisamente considerado la segunda llegada de un mesías. ¿Illkay Gundogan? Un talento excepcional que llegó a tener en una ocasión a los scouts con la boca hecha agua, pero que jamás volvió a ser el mismo después de sufrir una lesión. ¿Leroy Sané? Herramientas superiores, pero tenía 20 años cuando llegó a Manchester con solo una temporada como regular con el Schalke. Y, ¿qué dicen de Oleksandr Zinchenko? Llegó al City como volante ofensivo adolescente oriundo de un club ucraniano del cual nadie ha escuchado (El Ufa, ya que lo preguntan) y dos años después, se convierte en el lateral izquierdo titular durante la carrera por el título. Y no solo se trata de que la mayoría de estos jugadores ha mejorado de nivel desde su llegada al City. Por el contrario, se trata del hecho que, con la excepción de Agüero, De Bruyne y posiblemente Riyad Mahrez, ninguno contaba con antecedentes excepcionales antes de arribar al Etihad Stadium. Esta es la primera historia de éxito global que la mayoría de estos jugadores han tenido. No se sienten como un equipo de barajitas Panini o un ejército de sicarios; perciben ser un grupo de jóvenes que han compartido un trayecto y están contentos de emoción por encontrarse en su sitio actual.

Y no, como no podemos mencionar a Guardiola sin mencionar sus incursiones previas con otros clubes, ésta es una situación muy diferente para Pep. El Bayern Múnich se había alzado con la Champions antes de su llegada, para entrenar a jugadores campeones del mundo un año después. El Barcelona ganó la Champions años antes y allí también fue técnico encargado de jugadores con un título mundial en su haber (aparte de la presencia de un sujeto llamado Lionel Messi). La mayoría de los miembros de su Manchester City no habían ganado trofeo alguno antes de su llegada al club e incluso, el equipo actual cuenta con cuatro miembros (Agüero, David Silva, David Kompany y Fernandinho) que formaron parte de los campeones de la Premier League de 2013-14.

Hay una mentalidad en este equipo sumamente evidente. Todos se adhieren al mensaje todo el tiempo, independientemente de si entran o no a la cancha. Y claro, es fácil ser buenos soldaditos cuando las cosas salen bien; pero el hecho radica en que el City ha sufrido su dosis de obstáculos. Como fue el caso de la primera campaña de Guardiola, cuando pasaron una porción importante de la temporada en el cuarto lugar. O, de hecho, cuando fueron eliminados de la Champions. Esa fue ocasión propicia para rumores de vestuario, recriminaciones y hasta cuestionamientos a sus decisiones con respecto a los jugadores. Por el contrario, no vimos nada similar. Eso es producto de un director técnico con el carisma y personalidad necesarias para mantener a sus jugadores adheridos a su idea de juego, al igual que un cuerpo de futbolistas que dan prioridad a los logros colectivos.

Esto nos lleva al tema de cuáles jugadores serían "indispensables". El sentido común indica que Fernandinho no puede ser reemplazado. Pues bien, cae lesionado, llega Gundogan y asume un rol más importante y el City no tiene que ver atrás. De Bruyne fue el jugador más valioso del club hace un año: sabemos bien cómo terminaron las cosas esta temporada. Se suponía que John Stones era la base de la defensa del City y cuando su nivel decayó, uno de sus compañeros asumió la carga, bien sea Nicolás Otamendi o Vincent Kompany. Y ni hablar del reparto rotativo de laterales izquierdos...

En el terreno de juego y la cancha de entrenamientos, el Manchester City constituye la unión de belleza y funcionalidad, siendo el equipo más grande de la era Premier League. El hecho de que este club ha sido construido de forma muy distinta a los demás lo hace aún más notorio.