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Charlas de café: Liverpool de Klopp vs Miami Heat Big 3

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Fanáticos del Liverpool celebran el campeonato afuera de Anfield (0:48)

Con luces de bengala y cánticos los seguidores de los Reds celebran su primer título de la Premier League. (0:48)

El futbol regresó a la actividad recientemente, al menos en buena parte de las principales ligas de Europa. La NBA se prepara para volver dentro de su burbuja al igual que la MLS. El Beisbol ya tiene fecha de inicio. La nueva normalidad comienza a ser realidad.

¿Y las charlas de café? ¿Esas discusiones que supimos practicar cuando no había penales para discutir? Esas charlas también están de regreso tras haberse llamado a silencio por un corto tiempo.

Y vuelven con renovadas energías, aunque con la misma filosofía: encontrar qué tienen en común y qué no las peras con las manzanas.

Para hoy, nos propusimos comparar dos equipos históricos de la presente década: el Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh, con el Liverpool de Klopp, Salah, Mané y Van Dijk. ¿Están listos?

Jordi Blanco: ‘The Big Three’. Suena tan glamoroso, tan especial, tan... No sabría decirte, Marcelo, cómo suena. Me vienes a comparar un equipo soportado en tres estrellas, fenomenales, con otro liderado por un entrenador sin igual, que surgió de la nada en Alemania en un club de segundo orden, se hizo grande en Dortmund y comenzó un trabajo de titanes en Liverpool.

Marcelo Bousquet: Es que de eso se trata esta charla. ¿Acaso no venimos comparando un primer plato con el postre? ¿Para qué cambiar de receta?

JB: Comparar un equipo de baloncesto con uno de futbol (5 contra 11) o una plantilla (12 contra 25) ya me parece aventurado de por sí... pero es que en este caso entiendo que el camino, el desempeño del Liverpool de Klopp tiene mucho más empaque que lo conseguido por los Heat.

MB: No me hables en difícil que me pierdo. ¿Qué quieres decir con eso de tener más empaque?

JB: Te lo explico. Cuando Klopp llegó a Anfield, el Liverpool era un equipo decadente y lo primero que hizo fue proclamar que era un tipo normal, alejado de toda vitola especial y entregado a una causa, a un club, una forma de ser para devolver el orgullo ganador a los ‘reds’.

En Miami no saben, no sabían, de humildad. Contrataron a tres estrellas indiscutibles. Imagínate, juntar en la misma plantilla a tres jugadores seleccionados entre los primeros cinco puestos del draft de 2003. Como si el Liverpool hubiera fichado de una tacada a Messi, Cristiano Ronaldo, Mbappé, Xavi y Neymar, en el mejor momento deportivo de todos ellos...

MB: Empezamos con el tiki-taka dialéctico. Ninguno de los dos caminos que mencionas, querido Jordi, son ilegales. Por el contrario, son perfectamente válidos. Y te digo algo: Miami tuvo que realizar una movida de alto riesgo para fichar a tres jugadores semejantes porque tenía un tope salarial que respetar. Así y todo lo hizo y le salió bien: tres contratos máximos y jugadores de reparto que pudieran ayudar a las estrellas. El resultados fue dos títulos en cuatro finales disputadas… en cuatro años. ¡No le bajes el valor a lo conseguido en South Beach, por favor!

JB: No hombre, no pretendo llegar a eso, pero sí remarco que el Liverpool lo fue moldeando a la medida de Klopp con fichajes estratégicos entendiendo las necesidades colectivas del equipo. Salah puede ser una estrella, como también lo son Van Dijk o Alison, pero por encima de todo lo que prima en Anfield es el potencial del grupo. El 'Rock and Roll', tal como se conoce la filosofía futbolística que impregna la personalidad de Klopp.

MB: Si hablamos de 'Rock and Roll', te cuento que en Los Beatles había cuatro genios y no por eso se los criticaba. Además si me hablas de falta de humildad, eso cabe para el primer año que jugaron juntos cuando les parecía que nadie podía mojarles la oreja. Pero se estrellaron en la final contra Dallas y aprendieron la lección. Desde ese momento respetaron siempre a sus rivales e impusieron su ley.

JB: Yo no sé, lo confieso, el ascendente que entre los fans de Miami puedan tener LeBron o Bosh; sí Wade, que fue personaje capital ya en el título de 2006 y completó hasta 13 temporadas seguidas en los Heat. ¿Pero los otros? En la NBA, en Estados Unidos, convendrás conmigo que eso de la fidelidad a un club, a una franquicia en este caso, está muy en desuso mientras que en Europa es un signo de identidad que algunos incluso ponen por encima de los títulos.

MB: Si hablamos de identidad entonces hay que nombrar a Alexander-Arnold solamente porque se hizo en el club. Pero ninguna otra figura del Liverpool se crió en Anfield. Ni Henderson, ni Firmino, ni Salah, ni Mané… Ni Klopp.

JB: Puedes tener por seguro, Marcelo, que Klopp es en Anfield una divinidad, como lo sigue siendo Rafa Benítez, como lo siguen siendo Fowler, Keegan o Dalglish... Porque son personajes que, siendo normales, van más allá de la normalidad. Y, bueno, en el caso de Klopp y su grupo de jugadores es una circunstancia que lo tiene todo: el amor de los fans, el respeto de los rivales y la gloria de los títulos.

MB: En eso que dices de Klopp estoy totalmente de acuerdo. Nadie como él. Solamente el Cholo Simeone creo que siente tanto amor por su equipo y los fans del Atlético Madrid, por dar otro ejemplo como el que mencionas. Eso en la NBA es más frío, mas “bussines as usual” si quieres.

JB: El Liverpool de Klopp nos deja momentos legendarios en el terreno de juego como aquella remontada imposible contra el Barcelona pero, además, nos ha devuelto la fe y estima en los entrenadores que no son ‘Special One’, como se autocalificó Mourinho el día que fichó por el Chelsea o como muchos contemplan a Pep Guardiola en el Manchester City.

MB: Es cierto. No hay postal más linda que la de jugadores y cuerpo técnico cantando con sus fanáticos el “You’ll never walk Alone” después de eliminar al Barcelona.

JB: Este Liverpool trasciende al futbol y recupera su grandeza icónica de la década de los 80 del siglo pasado. Y lo ha hecho, lo hace, gracias a una labor entregada de todos y cada uno de sus integrantes porque si algo exige a los suyos Jurgen Klopp es una entrega innegociable y una proximidad con los fans que hoy es la excepción que confirma la regla. Dime, cuéntame, estimado Marcelo, ¿tienen esa sensación en Miami cuando recuerdan al Big Three? ¿O más allá de los dos títulos y cuatro finales consecutivas queda algo que recordar con un cariño especial?

MB: No al nivel del Liverpool porque en la NBA es todo más frío. Si hasta la gente se estaba retirando del estadio cuando Ray Allen empató el juego 6 del 2013 con un triple milagroso y posibilitó ganar el segundo título de la franquicia. Esa es la gran diferencia entre estos dos excelentes equipos y organizaciones: los fanáticos. En ese terrenos, el Liverpool gana por goleada… En fin… Debo pagar la cuenta otra vez.