Erik Lamela fue pieza fundamental de la clasificación del Tottenham en la Copa de la Liga frente al Chelsea.
El argentino fue autor del gol del empate, a 7 minutos del final del tiempo reglamentario y luego convirtió su penal en la definición desde los 12 pasos.
El gol para el exjugador de River llegó con un centro cruzado desde la izquierda y con su aparición por el segundo palo en posición de centro delantero. Buen control y definición sin problemas desde el área chica para poner el 1-1 final y forzar la definición por penales.
Además, fue de los futbolistas más punzantes del ataque para los de Mourinho, generando varias chances de gol propias y para sus compañeros.
Los Spurs avanzaron a los cuartos de final en los penales por 5-4, ayudados por el fallo de Mason Mount.