Fútbol Americano
Jordi Blanco, Corresponsal en Barcelona 3y

Guardiola, siempre dueño de su destino, convierte a Manchester en su segunda casa

BARCELONA -- Pep Guardiola acordó el jueves su renovación por otros dos años con el Manchester City, la segunda desde que se comprometiera con el club inglés en febrero de 2016, acercándose al final de su contrato con el Bayern Munich y oficializando que no seguiría en Alemania. Hombre de contratos cortos, el entrenador catalán siempre ha querido ser dueño de su destino, no firmando por más de tres años... Pero convirtiendo Manchester en su segunda casa tras una renovación que le convertirá en el entrenador más longevo del club desde que Les McDowall permaneciera durante trece temporadas en su banquillo, hace ya más de medio siglo.

Si en las últimas semanas se pudo especular con que su nombre fuera un arma electoral en el Barcelona, esta circunstancia se cerró de golpe con el anuncio de su continuidad en el Manchester City... Y puede que en las próximas semanas lo que entre en el escenario sea el nombre de Lionel Messi relacionado con el club inglés.

Y es que cuando aún resuenan los ecos de la última queja pública del crack argentino, cuya continuidad en el Camp Nou más allá del final de la temporada no está para nada claro, es una evidencia que el City mantiene, con el apoyo implícito de Pep, el interés en fichar a Messi en cuanto sea el jugador quien le traslade su deseo de vestir de azul.

La realidad, de momento, es que Guardiola, contra todo lo imaginable en su momento, ató su futuro a un Manchester City en el que alcanzará esos siete años de permanencia. Algo que no ocurrió ni en Munich, donde apenas estuvo tres temporadas, ni antes en el Barça, en su casa, donde abandonó al cabo de cuatro cursos al mando.

Cuando se cumplen ocho años de su salida del Barcelona, que hizo oficial un 27 de abril de 2012, tres días después de que el equipo azulgrana fuera eliminado por el Chelsea en las semifinales de la Champions League, Guardiola se siente feliz en Manchester, donde ha encontrado el apoyo incondicional que perdió en el Camp Nou y nunca llegó a tener por completo en Munich.

En el Barça, el deterioro de su relación con la dirigencia del club fue un hecho a partir de la llegada de Sandro Rosell a la presidencia en sustitución de Joan Laporta, en paralelo con su ascendente entre algunos de los futbolistas de la plantilla que contemplaron su mando debilitado hasta provocar que no llegase a firmar un tercer contrato con el club de su vida, convencido de ser el momento idóneo de marcharse.

PLAZOS
En el verano de 2007 Guardiola firmó su primer contrato en el Barcelona. Lo hizo como entrenador del equipo filial por una temporada, más otra opcional, que fue modificada en junio de un año después, en 2008, cuando fue ascendido por Laporta al primer equipo en sustitución de Frank Rijkaard.

Ahí ya dejó claro que, contemplando que el mandato del presidente acababa en 2010, su presencia no podía provocar debates en la junta por lo que firmó únicamente por dos temporadas, hasta el final del mandato de Laporta, y no fue hasta marzo de aquel mismo 2010 que aceptó continuar otra temporada, hasta 2011.

En plena era dorada, futbolísticamente hablando, del equipo, ya con Rosell al mando del club, Guardiola aceptó prolongar por una campaña más, no por dos como le exigía el presidente, y en febrero de 2011 firmó su renovación hasta junio de 2012. "No será la última”, aventuró el entonces presidente en una predicción que el tiempo se encargaría de desmentir.

El Barça ganó la Champions y la Liga aquella temporada pero las relaciones de puertas adentro ya se intuían menos felices al comenzar el siguiente curso. En diciembre de 2011, pocos días después de exhibirse en el Mundial de Clubes, que conquistó el Barça aplastando al Santos en la final con un 4-0 que mereció los elogios de todo el mundo, Pep trasladó al Director Deportivo, Andoni Zubizarreta sus dudas respecto a continuar y con el paso de los meses decidió abandonar.

En abril de 2012 Guardiola anunció su marcha y en junio, tras ganar la Copa del Rey, abandonó el club, tomándose un año de descanso, con no pocas opciones abiertas para su futuro...

ALEMANIA
Instalado en Nueva York, al entrenador catalán le sedujo en primera persona Alex Ferguson para tomar su relevo en el Manchester United, de la misma forma que Ferran Soriano, director general del Manchester City le ofreció todo el poder, junto a Txiki Begiristain, en el City... Pero sorprendentemente fue Rummenigge quien le convenció para suceder a Jupp Heynckes en el Bayern Munich.

Y el 16 de enero de 2013, por sorpresa, el Bayern Munich anunció el fichaje de Guardiola por tres temporadas, encargándole un cambio de ciclo con el reto de mantener al club bávaro en la élite. Apoyado por sus hombres de confianza y dominando el idioma alemán de forma más que correcta, el catalán cumplió su contrato conquistando la Bundesliga en sus tres años de permanencia, estrellándose en la Champions y contemplando cómo su figura no disfrutaba de un respaldo incondicional que siempre entendió indispensable.

Se cansó del entorno del Bayern como se había cansado del entorno del Barça, con la diferencia de que en Alemania no tenía las ataduras morales que sí podía tener en Barcelona y descubriendo que no podía controlar como deseaba todos los aspectos deportivos del club, en las Navidades de 2015 comunicó al club que no renovaría su contrato. Dos meses después se descubriría su destino.

PARADA FINAL
El 1 de febrero de 2016, una semana antes de acabar el parón invernal en Alemania, el Manchester City anunció el fichaje de Guardiola de cara a la siguiente temporada y con un contrato de tres años. Manuel Pellegrini, entrenador en aquel momento del equipo citizen, reconoció abiertamente que hacía algunas semanas ya conocía la decisión del club y al acabar el curso viajó a Inglaterra... donde encontró el destino soñado.

En el City, acompañado del mismo Txiki Begiristain con quien trabajó en el Barcelona, el entrenador catalán tuvo desde el primer momento la estabilidad y apoyo incondicional que siempre deseo. El reto del equipo, conocido de sobras, sigue sin alcanzarse en Europa pero el proyecto deportivo gira siempre a su alrededor, donde sus opiniones no solo son tenidas en cuenta, sino, lo más trascendente, se convierten en la decisión final.

Así fue como en mayo de 2018, con un año de adelanto al final del contrato firmado dos años antes, Guardiola resolvió prolongar su permanencia en Manchester por otras tres temporadas, hasta junio de 2021, dando a entender en aquel momento que ese sería su final en el equipo. "No me veo entrenando muchos más años”, reveló en aquel momento a la vez que, una y otra vez, rechazaba un posible regreso al Barcelona por más que su nombre se ligará al Camp Nou.

El desafío en el Manchester City es tanto conquistar Europa como mantener la excelencia en un futbol de autor que con Pep se da por supuesto y así se entiende que su absoluto mando en el club y el conseguir que no hayan las filtraciones que se sucedieron tanto en Barcelona como en Munich le sedujeran para, contra aquella voluntad expresada dos años antes, mantener su compromiso con el club.

Justo cuando en el Barcelona empieza la campaña electoral y su nombre podría entrar en juego, Guardiola cerró el grifo de las especulaciones de un plumazo. Seguirá en Manchester. Allá donde quiere estar. Y a su manera.

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