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Hirving Lozano: De Coyoacán a Nápoles, la tierra conquistada por 'el Diego'

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Lozano realizó pruebas médicas del Napoli (0:33)

El jugador mexicano se presentó en Roma para hacer los exámenes médicos y estar listo para jugar en la Serie A. (0:33)

COLUMNA ‘El PULSO’

CIUDAD DE MÉXICO -- De niño le iba a las Chivas, pero a los seis años sus padres lo inscribieron en una escuelita del Pachuca, con lo que no solo cambió su pasión, también su destino.

Hirving, con H por un error del registro civil, creció en la Delegación Coyoacán del entonces Distrito Federal, y en 2006 cuando tenía 11 años disputó un torneo de filiales de los Tuzos, en donde lo descubrieron y lo invitaron a formar parte del club.

En la Universidad del Futbol, Lozano tuvo una formación integral como futbolista, persona y estudiante, llevado de manera ejemplar por cada categoría hasta que a los 18 años realizó su debut en Primera División.

Con la sabiduría que dan los años, llenos de títulos y algunos tropiezos, Enrique Meza mandó al campo al entonces novato en un escenario perfecto y ante un rival soñado: no tenía ni cinco minutos en la cancha y Lozano le marcó un gol al América en el Estadio Azteca.

Fue el 9 de febrero de 2014, el ‘Ojitos’ le dijo que entrara a encarar, y el chamaco obediente cumplió de sobra con la instrucción: recibió la pelota, enfiló hacia el arco a toda velocidad, eludió como si se tratara de un cono al ‘Maza’ Rodríguez, y de zurda disparó para marcar… Fue el inicio de una gran historia que hoy sigue su curso nada menos que en el Nápoles de Maradona.

Desde entonces e incluso tiempo atrás en su etapa como juvenil, Lozano era conocido como ‘Chucky’ por sus compañeros, pero contrario a la creencia general que indica un posible parecido con el famoso ‘muñeco diabólico’, el sobrenombre se lo debe a sus bromas recurrentes.

“Fueron a un partido a Veracruz y, de regreso en la noche, en el camión, espantaba a sus amiguitos. Entonces, un niño de adelante gritó: ‘ahí viene el Chucky, ahí viene el Chucky’. Y se le quedó’”, relató en alguna ocasión Jesús Lozano, padre del futbolista.

Como profesional mantuvo la tendencia, pues cuentan que en las concentraciones se metía abajo de la cama de su compañero de cuarto para asustarlo por la noche.

Con apenas la mayoría de edad, el ‘Chucky’ tuvo un doble debut, pues a la par de presentarse en el Máximo Circuito, nació su primera hija (tiene dos), a quien llamó Daniela.

Admirador de Cristiano Ronaldo y Damián Álvarez, Lozano ha tenido un ascenso meteórico en su carrera; la velocidad, habilidad y picardía por cualquiera de las bandas, así como su buen disparo de media distancia lo convirtieron en un diamante en bruto al que el PSV catapultó.

Hoy tiene 24 años recién cumplidos y ya carga en la espalda con pergaminos propios de un adulto: Campeón de la Liga MX, Campeón de la Concachampions, Balón de Oro de la Liga MX, Bota de Oro de la Concachampions, Mejor Jugador Joven, mundialista y autor de un gol inolvidable ante Alemania, y monarca de la Eredivisie, entre otros.

El ‘Chucky’ hace escala en Nápoles, definida por Eduardo Galeano como una “ciudad condenada a las furias del Vesubio y a la derrota eterna en los campos de futbol”, hasta la llegada de un tal Diego Maradona.

Es su examen de graduación, las ligas mayores.