Se quedó por fuera de la final pero David Ospina ahí apareció en el césped del estadio Olímpico de Roma para reclamar ese título tan suyo. El de la Coppa Italia, con el que redimió una campaña que amenazó con condenarlo a ser suplente por una falla en su regreso a la titularidad contra Lazio por la Serie A.
Ese 11 de enero pasado y a siete minutos del final, David falló en su intento de salir jugando tras un pase que le dio Giovanni Di Lorenzo. La presión de Ciro Immobile que se avivó para quitarle la pelota, terminó en el gol de la derrota 1-0 del Napoli por la fecha 19 del torneo.
Señalado y mirado bajo sospecha preparó en silencio esta misión que se consumó en la capital italiana. Tres días después se paró debajo de los tres palos para enfrentar a Perugia por los octavos de final de la Coppa. Atajó un penal y sacó su arco invicto en esa clasificación.
De ahí en adelante fortaleció su confianza. Se desquitó contra Lazio en los cuartos al que eliminó con su portería bajo llave. En las semifinales contra Inter fue determinante. En la primera en Milán no recibió goles.
Durante la pausa señaló que tiene una “relación hermosa” con el técnico Gennaro Gatusso. El DT lo respaldó y en su regreso ratificó su categoría. Tuvo atajadas memorables ante Eriksen, Lukaku y Candreva. Además con saque largo, rápido y preciso, generó la jugada del gol del empate y del paso a la final.
"Ospina fue el mejor. Hizo atajadas fantásticas", lo elogió Antonio Conte, entrenador del Inter. Una amarilla lo dejó sin jugar en Roma, pero el fútbol que es sabio lo premió con su primer título en Napoli.
David refundó su historia con el equipo. Napoli venció a Juventus en los penales. Con la titularidad garantizada, los retos siguen.