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Rayadas se confirma como líder de la Liga MX Femenil con contundente goleada a Necaxa

Nadie para a las Rayadas, quienes se confirman como líderes del torneo, al golear 5-2 a las Centellas de Necaxa

Las campeonas del futbol mexicano, las Rayadas de Monterrey, golearon 5-2 a las Centellas de Necaxa y se confirmaron como líderes del Torneo Clausura 2022 de la Liga MX Femenil.

El conjunto regiomontano siguen sin perder, tras disputarse la fecha 10 del torneo, y ya suman 27 puntos en nueve juegos. Las rojiblancas, por su parte se quedaron con 9 unidades en 10 actuaciones y suman su quinto descalabro.

Las Rayadas desarrollaron su futbol sin mucha resistencia de las Centellas, aunque las rojiblancas dieron la pelea en los primeros 25 minutos. Las regiomontanas abrieron el marcador al minuto 8 con gol de Daniela Solís y, aunque ya dominaban el juego, Necaxa empató al 24’ mediante disparo de Fanny Grano Velasco.

El poder de reacción de las visitantes fue importante, pero no aguantaron el ritmo de las campeonas del futbol mexicano, pues 2 minutos después del 1-1, Christina Burkenroad volvió a adelantar al equipo local por 2-1.

Las dirigidas de Eva Espejo no bajaban la intensidad de su futbol y no fue raro que al 32’ Diana García marcara el 3-1. Al 45’, Daniela Solís hizo el 4-1 y su doblete de la noche, con el que llegó a 50 anotaciones en su carrera.

Tras el descanso, las Centellas de Necaxa volvieron al campo mejor ordenadas, aunque al 56’ recibieron la quinta anotación, el 5-1, producto de un descuido en el área. La silbante marcó penalti que cobró la capitana de las Rayadas, Rebeca Bernal; desde los 11 pasos mandó un derechazo potente hacia arriba.

Necaxa le daba más tiempo a su labor defensiva, pero tuvo los arrestos para aprovechar una llegada al campo contrario y acortar distancias al 83’. Con un gran cabezazo, Fanny Grano Velasco marcó el segundo en su cuenta personal, por lo que el marcador se puso 5-2. Fanny no cayó al césped de buena forma, debido a un aparente calambre que le provocó un intenso dolor y no contuvo las lágrimas; para su fortuna, el mal momento pasó y continuó jugando.