El 25 de mayo del 2007 a Guillermo Ochoa se le escurrió un disparo de Juan Carlos Cacho, el 1-0 que le abrió la puerta al Pachuca para ganar el campeonato.
En el 2019, en el regreso de Ochoa al América, Pachuca le recordó la noche en la que los Tuzos apagaron el Estadio Azteca, en la final de ida del 2007. Esa es la llaga más dolorosa para el arquero de las Águilas en un partido de liguilla contra el equipo de Hidalgo y que pudo superar gracias al apoyo de su ex compañero Armando Navarrete, su suplente. En el Clausura 2022, esperan la revancha.
“Así es el futbol, te da revanchas, a veces al siguiente partido, a veces al siguiente torneo o a veces 15 años después, ahora con Ochoa en la portería y varios de nosotros, de los que estuvimos en esa final, atentos a la eliminatoria, esperando que sea la nuestra”, recuerda Armando Navarrete, ex arquero del América.
Esa noche llovió, la del 25 de mayo del 2007, y a Guillermo Ochoa se le escurrió un disparo de Juan Carlos Cacho, el 1-0 que le abrió la puerta al Pachuca para ganar el campeonato, dos días más tarde en el en el Estadio Hidalgo.
“Todo el vestidor lo apoyó no sólo yo, pero le dije que había sido el mejor portero de todo el torneo. Él nos había salvado en partidos de Copa Libertadores y por él estábamos en la final, era muy joven, aún así, al otro día estaba con la mejor actitud y buscando la remontada”, recuerda Armando Navarrete, el encargado de recuperar el ánimo de Ochoa en esa ocasión.
Pachuca no olvida y por eso en agosto del 2019 le recordó ese partido al actual capitán del América: “A propósito de nuestro partido de hoy en la #J7AP2019... ¿Qué recuerdos tienen de aquella noche del #Clausura2007 en el Azteca?”, escribió en redes sociales.
De los 11 que jugaron esa final contra el Pachuca, sólo queda en activo el actual capitán del América. Por eso, sus ex compañeros estarán atentos, a que las Águilas de Guillermo Ochoa eliminen a Pachuca en las semifinales del Clausura 2022, una revancha que ya ha demorado 15 años.