Fútbol Americano
Rafa Ramos, Analista ESPN Deportes Digital 1y

Blog de Rafa Ramos: América, un espejo de la Liga Mx; Chivas, un complejo de la Liga Mx

LOS ÁNGELES — Hoy, Chivas no tiene alternativa. No hay disyuntivas. Ganar este Clásico Nacional es su obligación. Obligación y necesidad absolutas.

Entiéndase algo: el Guadalajara es el último reducto, la última trinchera del futbolista mexicano, más allá de que Pachuca levanta la mano con reflectores.

En el último decenio, se han enfrentado 27 veces en competencias oficiales. Trece victorias para América, nueve empates y cinco triunfos rojiblancos. Números que humillan.

Por eso, América es el reflejo actual de la Liga Mx: sus futbolistas mexicanos son un accidente, una excepción, con una estructura de extranjeros de buena, mediana o mala calidad. Hoy, incluso, apenas tiene un tímido referente de la cuna de Coapa, otrora prolífica, generosa. Hoy sólo Emilio Lara conserva el calostro y balbucea el abecedario del americanismo.

Y Chivas es el complejo de la Liga Mx. Porque intenta por donde el resto, a excepción de Pachuca, ha claudicado. Se consagra a su esencia nacionalista, lastimada, cuestionada, maquillada a veces con futbolistas mexicanizados por segundas instancias. Hipocresía, pues.

Pésimamente administrado durante años, con una nostalgia acendrada hacia Matías Almeyda, refugiándose hoy en el proyecto de Fernando Hierro y Veljko Paunovic, Chivas finalmente ha encontrado protagonismo, accidental, accidentado, fortuito, al arrullo del chiripazo, a veces, pero, protagonismo al fin.

Tras años de lamentos, con sólo una edición casi ficticia de aquellos tres chicotazos de Cristian Calderón, Chivas ha inclinado la cerviz en este decenio trágico ante las Águilas. Humilla cargar con 13 derrotas por sólo cinco victorias.

Hoy, que ha encontrado sangre orgullosa de su cantera (Beltrán, Torres, Chiquete, Flores, Pérez, Sepúlveda, González, Cisneros, etc.), y la solidaridad absoluta de algunos reclutados de otros clubes, el entorno reclama a Chivas que entienda que este Clásico del próximo sábado debe ganarlo por obligación.

Puede parecer simplona la conjetura esa de que Chivas es el último bastión del futbolista mexicano. Especialmente porque a veces, ni el mismo jugador del Guadalajara, entiende, asume, se perfuma, con esa distinción de militar en uno de los dos equipos más populares e importantes de México. A veces ni siquiera asimila, entiende o interpreta, la trascendencia emocional y social que lleva a cuestas.

Lamentable ha sido que varios de sus entrenadores, plañideras de sus propias desgracias y frustraciones, han lloriqueado y suplicado compasión porque dirigen “a un equipo donde sólo hay mexicanos”, como lo dijeron Víctor Manuel Vucetich, y hasta su adorado Almeyda, quien en Argentina declaró que “debía trabajar el triple” y hasta “explicar tres veces”, porque eran futbolistas mexicanos.

¿Habrá mayor humillación para Chivas y sus jugadores que los pobreteen públicamente por ser mexicanos? Discursos de ese tipo son una traición a la historia del Guadalajara, y al principio de competencia del mismo Jorge Vergara, quien más de una vez estableció que “porque somos mexicanos debemos ser los mejores”.

Y no se trata de engendrar un entorno de presión o de asfixia hacia el jugador de Chivas de cara a este Clásico. Por el contrario, deberían entender la dimensión del privilegio de encarar el reto. No sólo defienden a un club, un oficio y un salario, sino que defienden al desdeñado, ninguneado, sobajado y maltratado futbolista de su misma sangre y de su misma carne.

Porque, el resto de los clubes, trata al futbolista mexicano entre el menosprecio y el abuso. ¿Por qué el mismísimo Pachuca aborta las transferencias de Luis Chávez al Feyenoord y de Kevin Álvarez al Barcelona? Por centavero y por poca astucia financiera y negociadora. Espíritu de abarrotero y no de empresario.

¿América? Hizo a la Liga a su imagen y semejanza. Fue el primer equipo mexicano con las grandes inversiones por futbolistas extranjeros, jugadores casi de talla mundial. Le siguió

Pumas. Después el León y Cruz Azul. Pero, entonces, priorizaban la importancia de concebir, educar y fortalecer a sus propios jugadores de raza, de casa.

Y hoy, el América termina por ser el reflejo de la misma Liga Mx, con futbolistas extranjeros de medio pelo, en el que sobresalen el accidente absoluto que fue Álvaro Fidalgo, la fortuna de fichar a Richard Sánchez, pero que, con un trabajo sólido, sobrio, Fernando Ortiz ha mantenido a las Águilas a un nivel competitivo, más allá de la mueca de dolor en dos Liguillas, y que podría alargarse a una tercera, porque su defensa central, es una calamidad.

Coapa había acostumbrado a armar planteles de altísimo nivel, algo parecido a lo que hoy tiene Monterrey, más allá de que lo manden a la cancha con el freno de mano puesto. Hoy, la nómina de Rayados, compite y rebasa, en calidad, con la de cualquier liga del Continente Americano. Busque Usted una más poderosa, sólida y mejor armada en Argentina, Brasil o Uruguay, y no la encontrará.

Por eso, este Clásico Nacional se salpica con una cantidad de ingredientes que lo enriquecen, más allá de la posición en la Tabla, y de los resultados inmediatos con los que llegan. Agregue ahí al América y su hegemonía sobre Chivas con los viejos vicios de una Liga, y un Guadalajara que hoy levanta la última trinchera del jugador mexicano, ante los vicios de una Liga Mx corrupta --también--, en el tema de contratar extranjeros de catálogos apócrifos.

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